El ex productor, zar de Hollywood, Harvey Weinstein fue declarado culpable este lunes de violación y abuso sexual contra dos mujeres y de inmediato fue esposado y escoltado a una cárcel. Fueron solo tres de los cinco crímenes que se le imputaban.
Termina así la estrepitosa caída del magnate de Hollywood, símbolo y archivillano para el movimiento #MeToo que reivindica la condena a todas las formas de abuso y acoso sexual que sufren las mujeres y que tiene una particular expresión en el ambiente de la industria cultural.
Weinstein, de 67 años, escuchó con resignación el veredicto que podría ponerlo tras las rejas por hasta 29 años.
“Este es el nuevo panorama para los sobrevivientes de abuso sexual en Estados Unidos, creo, y es un nuevo día. Es un nuevo día porque Harvey Weinstein finalmente ha sido responsabilizado por los crímenes que cometió”, dijo el fiscal de distrito Cyrus Vance Jr.
“Weinstein es un depredador sexual en serie y violento que usa su poder para amenazar, violar, atacar y engañar, humillar y silenciar a sus víctimas”.
Weinstein fue condenado de cargos derivados de un abuso sexual en 2006 y de una violación en 2013.
No obstante, el jurado lo declaró inocente del cargo más serio, agresión sexual predatoria, que conllevaba una pena potencial de cadena perpetua.
El jurado de siete hombres y cinco mujeres deliberó por cinco días antes de declararlo culpable.
La condena más perjudicial, por el abuso sexual de la asistente de producción Mimi Haleyi, conlleva una sentencia máxima de 25 años tras las rejas. Por el cargo de violación podría recibir hasta cuatro años. La sentencia se dictará el 11 de marzo.
El juez James Burke ordenó que fuera encarcelado de inmediato.
Oficiales de la corte rodearon a Weinstein, lo esposaron y lo sacaron de la sala.
El veredicto llega tras semanas de testimonios a menudo desgarradores y dolorosamente gráficos de una serie de acusadoras que hablaron de violaciones, sexo oral forzado, manoseo, masturbación y proposiciones indecorosas justificadas en Hollywood como parte de la cultura del “casting de sofá”.
“Weinstein con su manipulación, sus recursos, sus abogados, sus publicistas y sus espías hacía todo lo que podía para silenciar a las sobrevivientes”, dijo Vance tras conocerse el veredicto.
El caso contra el otrora temido productor se construyó esencialmente sobre tres acusaciones: que violó a una aspirante a actriz en un cuarto de hotel en Nueva York en 2013, que tuvo sexo oral por la fuerza a Haleyi, y que violó y tuvo sexo oral por la fuerza a la actriz de “The Sopranos” (“Los Soprano”) Annabella Sciorra en el apartamento de ella a mediados de la década de 1990.
Tres mujeres más que dijeron que fueron atacadas por Weinstein también rindieron declaraciones como parte de un esfuerzo de la fiscalía por mostrar un patrón de conducta brutal por parte del acusado.
Aunque Weinstein no testificó durante el juicio, sus abogados sostuvieron que cualquier contacto sexual fue consensual y que sus acusadoras se acostaron con él con el fin de beneficiar sus carreras.
La defensa sacó partido del hecho de que dos las mujeres centrales en el caso se mantuvieron en contacto con Weinstein por medio de emails cálidos y hasta coquetos — y tuvieron relaciones sexuales con él — mucho después de los presuntos abusos.
El juicio fue el primer caso penal derivado del aluvión de acusaciones contra Weinstein de más de 90 mujeres, incluidas las actrices Gwyneth Paltrow, Salma Hayek y Uma Thurman. La mayoría de esos casos eran demasiado antiguos y habían prescrito.
Durante el juicio, Weinstein con regularidad entró caminando fatigosamente al juzgado jorobado y sin afeitar, usando una andadera tras su reciente cirugía de la columna —una imagen muy distante a la figura intimidante de mirada amenazadora que describieron sus acusadoras.
Muchas de ellas describieron a Weinstein como un personaje tipo “Jekyll y Hyde” que podía ser increíblemente encantador en un principio, haciendo chistes y mostrando interés por usar su inmenso poder para ayudarlas con sus carreras.
Pero ese era un acto, dijeron, dirigido a ganarse su confianza y llevarlas a un lugar —a menudo un cuarto de hotel o apartamento— para abusar sexualmente de ellas.
(AP / OnCuba)