Es una ciudad y sus callejones. Gente que pasa y que se encuentra. La belleza de edificios despintados y la tristeza de esos mismos edificios en escombros. Los bicitaxis, los carros americanos y los solares. Las puertas y los muros. Las paredes y los triste-hermosos graffitis de Yulier P. La Habana Vieja, muy vieja.
“La belleza esta en el ojo del observador” ( OnAleppo ).