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En las inmediaciones de la bahía de La Habana, y particularmente de la ensenada de Atarés, se levanta el castillo de igual nombre. Tras más de dos siglos de uso militar, la edificación fue rehabilitada hace apenas unos años para convertirse en museo.
Aunque menos célebre que otras fortalezas construidas por los españoles para la defensa de la capital cubana —como la Cabaña, la Fuerza o el Morro—, Atarés es una pieza paradigmática de ese sistema defensivo, un ejemplo de la arquitectura militar de su época devenido en importante sitio patrimonial de la ciudad.
![Puente y puerta de entrada al Castillo de Santo Domingo de Atarés, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.](https://oncubanews.com/wp-content/uploads/2025/02/Castillo-de-Atares4_Otmaro_2024.jpg)
Concluido en 1767, tras la recuperación de La Habana por España luego de once meses de dominio británico, el Castillo de Santo Domingo de Atarés debe su nombre a los Condes de Atarés. Algunas fuentes señalan que estos eran los padres del entonces gobernador de Cuba, mientras otras apuntan que eran los suegros del ingeniero del rey, Agustín Crame, quien los homenajeó de esa forma.
De acuerdo con los documentos de la época, su construcción fue dirigida por el ingeniero Silvestre Abarca y contó con la intervención de Crame, de origen belga. Se edificó siguiendo los patrones constructivos del siglo XVIII, con una planta de hexágono irregular, sin baluartes y con garitas hexagonales en sus vértices.
![Parte superior del Castillo de Santo Domingo de Atarés, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.](https://oncubanews.com/wp-content/uploads/2025/02/Castillo-de-Atares3_Otmaro_2024.jpg)
El castillo está rodeado por un foso y cuenta con una pequeña plaza de armas central, rodeada por varias construcciones también fortificadas para el alojamiento de las tropas, almacenar víveres y armas, y para otros servicios necesarios para su funcionamiento.
En sus azoteas se emplazaba una veintena de cañones, al tiempo que su ubicación, en la falta de una colina también preparada por los constructores, la hacían muy difícil de escalar o asediar por el enemigo. Aunque las naves podían llegar hasta la ensenada, no podían llegar directamente hasta el castillo.
![Cañones a la entrada al Castillo de Santo Domingo de Atarés, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.](https://oncubanews.com/wp-content/uploads/2025/02/Castillo-de-Atares5_Otmaro_2024.jpg)
El Castillo de Atarés nunca llegó a entrar en combate durante la colonia. Tras la llegada de la república siguió teniendo funciones militares y fue sede de los cuarteles de la guardia presidencial. También sería empleado como prisión y fue escenario de asesinatos y torturas durante la dictadura de Gerardo Machado.
Después de la caída de Machado, el 8 de noviembre de 1933 fue ocupado por elementos contrarios al gobierno del entonces presidente Ramón Grau San Martín. En respuesta, fue bombardeado por mar y tierra por fuerzas del ejército y la marina de guerra de Cuba, en el principal episodio bélico de su historia.
![Polvorín en el Castillo de Santo Domingo de Atarés, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.](https://oncubanews.com/wp-content/uploads/2025/02/Castillo-de-Atares2_Otmaro_2024.jpg)
Durante muchos años, que se extendieron luego de 1959, el Castillo de Atarés se mantuvo en poder del ejército y sufrió modificaciones. Finalmente, en 2013 fue entregado a la Oficina del Historiador de La Habana “en un estado de depauperación bastante avanzado, muy agredido por la cantidad de añadidos y de elementos ajenos a la fortaleza”, según el ingeniero Néstor Sad Rodríguez.
Entonces, comenzó un proceso de restauración y rehabilitación, con la cooperación italiana, que requirió de una profunda investigación histórica y arqueológica. Durante los trabajos se rescataron elementos originales, se añadieron instalaciones necesarias, y se hallaron vestigios históricos e, incluso, restos humanos.
![Sala de arqueología en el Castillo de Atarés, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.](https://oncubanews.com/wp-content/uploads/2025/02/Sala-de-arqueologia_Otmaro_2024.jpg)
Finalmente, ya restaurado, el Castillo de Atarés reabrió sus puertas en noviembre de 2019, como parte de las celebraciones por los 500 años de La Habana. En su inauguración hizo una de sus últimas apariciones públicas el recordado historiador de la ciudad Eusebio Leal, quien fue el orador principal del acto pocos meses antes de fallecer.
Tras su reapertura, el castillo ha funcionado como un museo en el que se muestra al público la historia del propio sitio. A ello se suman obras de Leonardo Da Vinci, donadas por Italia y vinculadas con los temas militares, de fortificaciones e ingeniería. Ello le ofrece una distinción dentro del sistema de museos habaneros. Podemos verlo por dentro este domingo gracias al lente de nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez.