A la entrada de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, se encuentra uno de los lugares más legendarios del tabaco cubano: el Hoyo de Monterrey.
Allí, en una especie de valle, se ubica una de las más famosas plantaciones tabacaleras de la región de Vuelta Abajo, la meca de los puros de la isla, donde se cosechan hojas destinadas a los mundialmente famosos Habanos.
La celebridad del sitio se remonta al siglo XIX y se debe al inmigrante español José Gener, quien trabajó en las vegas vueltabajeras desde su adolescencia. Luego, en la década de 1860, compró la plantación y creó la marca Hoyo de Monterrey, que hoy se mantiene como una de las más reputadas de Cuba.
Sin embargo, no todas las hojas que se obtienen en esa zona se emplean únicamente en los afamados puros de la marca, más suaves y aromáticos que otros habanos. También se utilizan para la confección de otros célebres puros premium, en particular para la tripa y el capote.
Ello no sería posible de no ser esa una tierra excepcional para el cultivo del tabaco, donde se producen hojas de la más alta calidad. Y, tampoco, de no mantenerse hoy la tradición que distingue a San Juan y Martínez y, en particular, al Hoyo de Monterrey, como uno de los santuarios de la producción tabacalera en la isla.
Así lo confirman los vegueros del lugar con su trabajo constante, lo mismo en las vegas que en las casas de cura. Ni huracanes como Ian ni otras crisis y tormentas han logrado detener el trabajo de estos hombres y mujeres de Vuelta Abajo, que año tras año obtienen maravillas de esa fértil tierra.
Cultivado prácticamente como en sus orígenes, el tabaco del Hoyo de Monterrey es apreciado en todo el mundo. Por ello, turistas y expertos internacionales visitan habitualmente estas plantaciones para conocer de primera mano sus “secretos” y compartir con sus artífices.
Así sucedió hace solo unos días, durante la 34 edición del Festival del Habano, la cita más importante de los puros premium de Cuba. Y hasta allá fue nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez, quien nos descubre con sus instantáneas el afán cotidiano de este lugar único para la producción de tabaco.