Visitar un museo es un viaje al pasado. Recorrer estas instituciones nos permite conectar con otras épocas, lugares, personas de años y siglos atrás, y con las cosas que dieron forma y sentido a sus vidas.
En el centro histórico de La Habana, entre sus muchos y apreciados museos hay uno en particular donde podemos hacer ese viaje a través de antiguos coches. Montarlos no es permitido, pero gracias a las historias que ellos y otros objetos afines nos cuentan, el viaje en el tiempo ocurre.
El Museo de la Ciudad, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales, atesora entre muchas otras valiosas colecciones una dedicada a añejos medios de transporte.
Quitrines, carruajes, un antiguo coche de bomberos, monturas, trajes de caleseros y hasta una réplica de la primera locomotora de Cuba se exhiben en la institución, que en su momento fuera el centro del poder colonial español en la isla.
En el museo se muestran vehículos que alguna vez fueron tirados por caballos y que, por su excelente estado de conservación, parecieran listos para salir a las calles.
De fabricación española, francesa o inglesa, estos antiguos coches conservan muchas de sus piezas y atributos originales, y son acompañados por objetos empleados para su labor y mantenimiento, y también otros de uso cotidiano asociados a sus cocheros y propietarios.
Viendo estos coches de antaño, utilizados durante la colonia, podemos descubrir cómo se movían los habaneros en aquella época y hacernos una idea de la vida en un período distante en el tiempo, pero al alcance de nosotros gracias a este fabuloso museo.
Con esta idea, nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez visitó el Palacio de los Capitanes Generales y a través de sus imágenes nos propone un increíble viaje al pasado. ¿Nos acompañas?