La tensa circunstancia que atraviesa la economía cubana hoy ―opina el académico― se debe a tres problemas fundamentales: la coyuntura causada por la COVID-19, las deformaciones estructurales aumentadas por la actual circunstancia y los problemas asociados al diseño de funcionamiento de la economía cubana.
Para Fernández, el ejemplo más claro de esto se encuentra en la crisis alimentaria y de suministros causada por la disminución de las importaciones y los ingresos al país. El rediseño del modelo de funcionamiento de la economía, la articulación de todas las formas de propiedad con sus respectivas funciones, la transformación del modelo de gestión de las empresas estatales ― dotándolas de la autonomía que le corresponde― son algunas de las medidas que propone. Además, se impone la urgente necesidad de crear “opciones de actividades económicas para la gran masa de personas en edad laboral que van a quedar al margen a partir de la nueva coyuntura. El sector privado puede ser una de las piezas clave en la estrategia actual de la economía”.
Óscar Fernández fue presidente de la Sociedad Cubana de Planificación de la ANEC, y Jefe del Departamento Docente de Planificación de la Facultad de Economía de la UH. Es autor de una veintena de publicaciones entre artículos científicos y capítulos de libros. Entre los más recientes destaca el texto “Transformar la economía planificada para superar la economía de la escasez” publicado en la edición 2019 de la serie Miradas a la Economía Cubana. Es columnista en espacios digitales sobre temas económicos en Cuba.
No hay manera de rediseñar el “modelo económico” cubano. Allí no hay ningún modelo, se improvisa sobre la marcha sin ningún tipo de planificación. Además para cambiar lo más mínimo en Cuba tiene que pasar el filtro del Consejo de Estado y el Comité Central del PCC, ambos plagados de dinosaurios con ideas retrógradas que se resisten a cualquier cambio.