El dúo Karma, compuesto por los músicos cubanos, radicados en Buenos Aires, Xóchitl Galán y Fito Hernández, sacó a la luz hace ya tres años una obra que es posible hojear y admirar como el libro que también es su disco Firmamento.
Producido por Mundo sonajero, con arreglos y edición de Fito e ilustraciones de Xóchitl, este trabajo de sensibilidad doble se encuentra disponible en varias plataformas digitales. Tiene 12 canciones o poemas y en ellos es posible constatar que se trata de una obra firme en lo que concierne a sonido y visualidad.
La obra de Karma pensada para infantes ha sido llevada a papel otras veces. La primera fue en 2017, gracias a la casa bonaerense Pequeño editor, que convirtió el tema “Del camino lo que vi” (grabado en el disco Vámonos de viaje, 2013) en el hermoso libro Te cuento del camino lo que vi, bajo la colección Los Duraznos.
Al año siguiente sus muchos seguidores tuvieron otro tema-libro, editado por la misma editorial. Entonces correspondió a Big-ben, canción del disco antes citado. Fue así como comenzó este otro camino para los trovadores que ya cuentan así mismo con un creciente número de pequeños lectores y lectores grandes en Argentina y buena parte de Latinoamérica
En el caso de Firmamento, sus temas sobrepasan los límites etarios y resultan aptos e incluso recomendables para cualquier edad. Eso sin caer en explicaciones referidas a sus dibujos, en los colores y trazos de esos dibujos, hechos todo en formato digital.
Comienza con “Abre la ventana”, una exhortación a abandonar o poner a un lado, al menos por un rato, el mundo virtual que, si útil, siempre amenaza con absorbernos haciéndonos olvidar o dar la espalda a lo que tenemos delante de nuestras narices.
Debido a esto, han escrito ellos eso de: “apaga la compu, la tele y abre la ventana, que que no hay pantalla más verdadera y más sana”. Después de “Cha cha chá con tereré”, prueba de lo que inevitablemente sucede en ellos: la mezcla de culturas, la absorción de elementos argentinos, nos encontramos ante el tema que da nombre al libro.
Cuentan con la colaboración del trovador cubano Silvio Rodríguez para cantar esta letra que pareciera hecha para él, pues contempla muchos de los elementos que se encuentran en buena parte de su obra. De una admirable sencillez, la poesía de “Firmamento” se complementa con la música, y en el caso del libro, con todo un diseño puesto a disposición de lo que nos describe.
“Rondas de mar y río” y “Universo” preceden a “La luna”, “Camaleón, “Arbolito del otoño” y “De biajacas y majaguas”, cada una muy representativa de este dúo, que tanto canta a los elementos de la naturaleza y se vale de ellos para describir situaciones que nos siguen marcando como humanidad.
De las tres que cierran el libro, “Arriba y abajo” y “El sombrero de lunares” concentran la filosofía por la cual Karma se ha convertido en una de las propuestas musicales más interesantes y escuchas por los niños, al menos en Argentina. “El sombrero de lunares” concentra poesía y misterio y nos arrastra hasta una escena donde, a partir de la prestidigitación, viajamos por un río veloz de representaciones sensoriales.
El sombrero de lunares
Tiene dentro una gacela
Que dentro tiene un espejo
Que dentro tiene un ciprés.
El ciprés guarda una llave,
Llave para abrir la noche,
La noche que tiene luna,
La luna que tiene un pez.
Gacela en sombrero,
Espejo en gacela,
Ciprés en espejo,
La llave en ciprés.
La noche en la llave,
La luna en la noche,
Sombrero en la luna del pez.