May Reguera lo consiguió. Rojo no es solo el nombre de su nueva exposición, inaugurada este viernes 6 de junio en la Galería Taller Gorría. Rojo es, por supuesto, color, pero fue energía, fuerza, dolores, grito, llamados de atención, desahogo y muchas otras cosas que pueden estar en los múltiples discursos que habitan en esta muestra.
“Rojo nació en Amar&Ya, una exposición que hice en 2018, y la clausura fue un desfile de moda con actores vistiendo diseños para teatro, porque esa muestra recogía mi trabajo con la moda. Cuando vi ese desfile dije que esto es lo que vendría, y que se iba a llamar Rojo, que iba a ser con actores, para unir un poco esa pasión mía con el teatro y la fotografía. Eso fue en 2018. Me ha costado todos estos años, pero lo he logrado”, resume May Reguera el proceso de nacimiento y creación de este proyecto, que es tal vez uno de los más ambiciosos que ha asumido.

La actriz y fotógrafa asegura que este proyecto “es un crecimiento, es la primera exposición grande que no necesariamente tiene que ver con maternidad, y sin dudas yo siento que tiene la madurez que he logrado después de convertirme en madre”.
Justamente la maternidad, plasmada y sugerida, es uno de los temas que han poblado el recorrido de May y que vuelven en Rojo, muchos de ellos para convivir entre sí por primera vez, después de haber formado parte de otros trabajos de la artista. “Yo creo que agrupa todas las cosas que a mí me mueven y que me arden”, lo resume ella.
En ese resultado de todo lo vivido, personal y profesionalmente, May quiere no solo mostrar, sino decir. “Con Rojo yo creo que hago un llamado a vivir, a sentir, a amar, a perdonar, a coger una vivencia, un suceso y decir: yo lo transformo en esto”.

Esa transformación estuvo para ella no solo en la creación en sí, sino en los procesos que la acompañan y la hacen posible. “Estoy en un momento que me pidió más que fotografía y trabajé mucho en cada pieza. Siento que he madurado. Disfruté mucho el proceso de montaje. Aunque siempre he disfrutado mi trabajo, solía ser muy perfeccionista, muy quisquillosa, y realmente con Rojo me lancé a fluir, a disfrutar cada cosa, hasta el error, hasta el defecto, hasta la costura que no salió perfecta. Me entregué a ella y dije: esto es Rojo, esta es la vida”.
Las fotografías impresas en lienzo e intervenidas con bordados; los vestuarios; los espacios vacíos o poblados por las líneas que teje un hilo rojo; el performance con el que, por más de dos horas, May Reguera —y quienes al final se sumaron a ella— destejieron los enredos de hilo rojo convertidos en madejas, tal vez organizando la vida misma en la paz de ese proceso. Todo eso es Rojo, que estará abierta al público hasta el 28 de junio en la Galería Taller Gorría.
“Yo soy esto: matices, contrastes, de pronto una foto en exterior, de pronto una foto con maquillaje, de pronto una foto sin nada. Y tengo que decirlo: estoy muy contenta, me quiero, me abrazo. Es como un sueño”.