Cuando el fotógrafo cubano-americano Hugo Fernández visitó por primera vez la casa de Hemingway en Cuba en 2016 se sintió frustrado de no poder pasar al interior de las habitaciones. Un cordón impedía el paso en cada puerta y solo era posible observar la Finca Vigía rodeándola, sin entrar. Fue entonces que decidió fotografiar los espacios y construir una sola foto a partir de múltiples imágenes, una manera de capturar mejor los detalles a los que nadie podía acceder.
Realizó más de ocho fotografías en cada espacio, dividiéndolos mentalmente en diferentes cuadrantes. Luego, de vuelta a Estados Unidos, utilizó la técnica de merging en Photoshop para crear imágenes panorámicas únicas a partir de varias tomas de los lugares más emblemáticos del hogar del escritor estadounidense.
“Siempre me ha cautivado la historia de Hemingway. Cuando voy a Europa, en Venecia o París, por ejemplo, voy a los lugares que él frecuentaba, como Harris Bar o Shakespeare and Company. Así que no podía dejar de visitar su casa en Cuba”, dijo Fernández.
“Sin embargo, cuando descubrí que la gente no puede entrar a su casa en Cuba (para preservar el museo y los objetos de las habitaciones), sino solo observar desde las puertas y las ventanas, pensé que era importante capturar lo mejor posible esos espacios para que otros pudieran verlo mejor”, explicó.
Fernández, quien es también profesor en la City University of New York, manejó desde Nueva York hasta la Florida para transportar sus fotos, algunas de casi 3 metros de largo (unos 9 pies).
Una vez que llegó a Miami a mediados de febrero, expuso su colección en la biblioteca Glenn Hubert de la Universidad Internacional de la Florida, en conjunto con el Instituto de Investigaciones sobre Cuba.
Las fotos fueron donadas posteriormente a la universidad.
Una de ellas recoge el interior de un cuarto preparado supuestamente para que el escritor trabajara en él, pero realmente nunca lo usó. Es el cuarto con el telescopio, que solo fue habitado por los numerosos gatos de Hemingway, según descubrió Fernández durante sus investigaciones.
En Cuba ya no existe rastro de los descendientes de esos gatos, pero Fernández explica que la casa del escritor en Cayo Hueso todavía tiene en sus alrededores los sucesores de las mascotas preferidas de Hemingway, “felinos famosos porque muchos tienen seis dedos en las patas delanteras, debido a una mutación genética”.
“No tengo en planes fotografiar esa casa, porque los objetos personales están en vitrinas y las cosas han sido conservadas como una exposición, a diferencia de Finca Vigía, donde el tiempo se congeló y parece que Hemingway va a entrar de un momento a otro”, dijo Fernández.
Durante su proceso de investigación y conformación de la exposición sobre la casa de Hemingway, Fernández contactó con la familia Villareal, donde el padre, René, es considerado “el hijo cubano de Hemingway”.
Raúl Villareal, hijo a su vez de René, le compartió un libro sobre las memorias de su padre con el escritor Premio Nobel de Literatura, de quien fue su ayudante más cercano.
“El libro y las conversaciones con Raúl me ayudaron a entender mejor los espacios y la historia detrás de ellos”, dijo Fernández.
Las fotos gigantes están montadas sobre canvas, como si fueran pinturas y, si se miran muy de cerca, se pueden notar los lugares donde se interponen las diferentes imágenes para formar una sola.
“Aunque las fotos son grandes, todavía no se ven los títulos de los libros, por ejemplo, pues hay detalles que son muy difíciles de captar desde tan lejos”, dijo Fernández.
La exposición se organizó según el orden de lo que se encuentra en la Vigía, en este caso un terreno de pelota, donde de vez en cuando juegan niños.
Luego se pasa por las varias habitaciones de la casa principal, la piscina y el lugar donde está ubicado el yate Pilar.
“Algún día quisiera regresar y tomar otras fotos, no ya como un fotógrafo-turista, sino con la intención de formar un libro de fotografías, con más detalles”, dijo Fernández.
Su próximo proyecto es materializar una idea que lleva dando vueltas en su cabeza desde hace mucho: capturar en 360 grados y con tecnología 3D las diferentes habitaciones de la casa de Hemingway.
“Esto ayudaría a que los investigadores, profesores y cualquier interesado, pudiera visitar el lugar virtualmente y acceder a más información de esa parte de la vida de Hemingway y, a la vez, el museo pudiera utilizarlo con fines educativos”, concluyó.