En el sur de Florida las reacciones al cambio de política de Washington hacia La Habana se han manifestado de acuerdo con los lineamientos y el pensamiento político tradicionales. Los demócratas saludan la flexibilización anunciada por la administración Biden; los republicanos hablan de “traición” a la libertad del país caribeño.
“La política hacia Cuba se lleva a cabo mejor con un bisturí, no con un machete”, comentó en un comunicado el ex alcalde de Miami, Manny Díaz, presidente del Partido Demócrata de Florida.
Según Díaz, “las medidas anunciadas por la administración Biden son alentadoras, especialmente para las miles de familias que siguen separadas por la política draconiana de la pasada administración de prácticamente cancelar los acuerdos migratorios y eliminar el parole de reunificación familiar cubana”, dijo Díaz.
Todo esto porque “la separación de las familias cubanas ha sido el resultado más trágico de la dictadura cubana y este paso ayudará a aliviar la carga de miles de cubanos”, agregó.
Ricardo Herrero, del Cuba Study Group, organización con sede en Washington DC favorable a una aproximación a la Isla, dijo también en un comunicado que “aplaude a la administración de Biden por tomar medidas para implementar una política hacia Cuba más sensata, que cumple la promesa de campaña del presidente de apoyar al pueblo cubano”.
Las decisiones de ayer de restablecer los vuelos comerciales y chárter autorizados a ciudades provinciales, liberalizar las reglas de viaje para los ciudadanos estadounidenses, eliminar los límites de remesas individuales y de donaciones y facilitar el apoyo al emergente sector privado aliviarán parte de la presión económica inmerecida que sienten abrumadoramente los ciudadanos cubanos, subrayó.
“Estas nuevas medidas”, dijo, “de ninguna manera invalidan las justas demandas por la libertad de los presos políticos y el fin de la hostilidad del gobierno cubano hacia la sociedad civil. El gobierno de Biden debe seguir presionando a las autoridades para que liberen a todos los que fueron detenidos injustamente tras las históricas protestas de julio pasado, y el gobierno cubano debe ser consciente de que es poco probable que Estados Unidos vuelva a abrirse si la situación de los derechos humanos en la Isla no mejora”.
Herrero subrayó que la decisión de la administración es el inicio de una vuelta de página en una política de “máxima presión” implementada por el ex presidente Donald Trump, que al hacer poco más que castigar al pueblo cubano “por las fechorías de su gobierno”, empeoró algunas de las causas profundas que impulsan la migración. “La pelota está ahora en la cancha del gobierno cubano para tomar medidas unilaterales, pero complementarias, incluso en materia de derechos individuales y reforma económica que pueden incentivar un mayor acercamiento”, enfatizó.
Del otro lado del espectro, el congresista federal republicano Carlos Giménez emitió un tuitt en el que asegura: “lo he dicho antes y lo digo ahora: nunca se debe escuchar lo que dice Biden; hay que ver lo que él está haciendo. Su mensaje a la comunidad del exilio cubano es claro. A Biden no le importa y no avanzará la causa de la libertad y la democracia en Cuba. Biden es una desgracia”.
Su colega Mario Díaz-Balart reaccionó en términos de “traición” al calificar esos cambios como una “concesión” de Washington a La Habana.
“Las repetidas concesiones de la administración Biden a la dictadura cubana son una traición al compromiso de nuestra nación con los derechos humanos y la libertad, y con el pueblo cubano, que lucha por una transición democrática”, afirmó en un comunicado firmado por varios congresistas republicanos, entre ellos los floridanos, Giménez y María Elvira Salazar y los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Rick Scott.
“Durante las históricas protestas del año pasado contra el régimen de Cuba, el presidente Biden dijo: “Estados Unidos apoya a los valientes cubanos que han salido a las calles para oponerse a 62 años de represión bajo un régimen comunista”. Sin embargo hoy, mientras cientos de activistas siguen encarcelados ilegalmente, la Casa Blanca está resucitando la política fallida de concesiones unilaterales del presidente Obama a la dictadura criminal de Castro/Díaz-Canel. En lugar de apoyar las súplicas de libertad del pueblo cubano mediante la expansión de programación democrática, la transmisión, la diplomacia global y las sanciones contra sus opresores, la Casa Blanca de Biden está recompensando a la dictadura comunista más larga del hemisferio occidental no solo con conversaciones de alto nivel, suavizando las sanciones, aumentando los viajes, el acceso a Estados Unidos y a nuestras instituciones financieras. Apaciguar al régimen asesino de Cuba no cumple con los requisitos legales de la ley y socava el apoyo de Estados Unidos a la oposición democrática de Cuba”, agrega la nota.
Mientras, el senador cubanoamericano Bob Menéndez, jefe del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado, pese a ser demócrata, se manifestó en la misma dirección.
“Para ser claros, aquellos que todavía creen que el aumento de los viajes generará democracia en Cuba están simplemente en un estado de negación”, dijo Menéndez. “Durante décadas, el mundo ha estado viajando a Cuba y nada ha cambiado. Durante años, Estados Unidos alivió tontamente las restricciones de viaje con el argumento de que millones de dólares estadounidenses traerían la libertad y nada cambió”.
El lunes la administración Biden anunció el desmembramiento de varias políticas implementadas por el ex presidente Donald Trump que pretendieron frenar el deshielo entre los dos países.
Washington ha decidido comenzar el procesamiento de visas de inmigrantes en la Embajada de La Habana, aunque mantendrá algunos procesamiento en la de Georgetown, Guyana. Asimismo, decidió reanudar los vuelos comerciales a provincias cubanas y poner fin al límite de las remesas.
También se autorizaron los viajes profesionales y educativos de estadounidenses a la Isla, así como los viajes en grupo contando con una licencia general.
Y, finalmente, la asistencia económica a emprendedores cubanos con bonificaciones para la banca estadounidense, así como banca virtual y pagos.
Respondiendo preguntas de OnCuba, dos altos funcionarios de la administración dijeron que “de momento no hay nada que decir sobre el aumento a los cubanos de uno a cinco años de las visas múltiples, como lo implementó la administración Obama”.
Tambien expresaron: “en relación con Georgetown, el plan es trasladar el procesamiento a la Embajada de La Habana, antes de fin de año, pero ahora no hay una fecha definida”.