¿Guiños a Cuba en tiempos de Trump?

Jason Greenblatt, el nuevo negociador de los Estados Unidos con Cuba. Foto: Uriel Hellman / Jewish Standard.

Jason Greenblatt, el nuevo negociador de los Estados Unidos con Cuba. Foto: Uriel Hellman / Jewish Standard.

Aun antes de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump no escondió sus intenciones con Cuba. Su postura crítica hacia al acercamiento con la Isla durante la presidencia de Obama se acompañó de la promesa de negociar “un mejor acuerdo” con La Habana.

Sin embargo, aunque Trump no ha dedicado palabras a la Isla en sus primeros días en la Oficina Oval, y va siguiendo hasta hoy sus lineamientos de campaña, algunas decisiones sugieren que su discurso electoral sobre Cuba pudiera suavizarse en la práctica.

El primer indicio llega de la mano de Jason Greenblatt, a quien el presidente de los Estados Unidos nombró como representante especial para las negociaciones internacionales de su gobierno.

Judío ortodoxo que hasta diciembre se desempeñó como abogado de negocios del ahora mandatario y Vicepresidente de la Organización Trump, Greenblatt podría estrechar los lazos con Cuba, dando continuidad a las políticas de Obama. Así lo indica el sitio de noticias Buzzfeed, según el cual el nuevo negociador es partidario de la conexión entre ambos países.

Greenblatt y su familia dirigen sitios web y organizaciones sin fines de lucro que apoyan relaciones internacionales más fuertes y colaborativas, en contradicción con las declaraciones electorales de Trump y su discurso de investidura.

Uno de estos sitios, Triplets4ACause, publicó en abril pasado un artículo que pedía el acercamiento entre adolescentes de los Estados Unidos y Cuba.

“Somos de la herencia cubana –nuestro abuelo nació y se crió allí– y estamos tratando de formar conexiones más profundas con los adolescentes cubanos mediante la comunicación, el intercambio de experiencias y el vínculo”, dice el post del sitio que se propone como slogan de portada “ayudar a hacer del mundo un lugar mejor”.

Antes, en 2014, Greenblat pidió a los lectores de otra de las plataformas que dirige –Inspire Conversation— que vieran el discurso de Barack Obama que anunciaba el acercamiento con Cuba, hecho al que llamó un “momento fascinante en la historia”.

“Este es un acontecimiento muy importante para discutir con los niños lo suficientemente mayores como para entenderlo”, dice el mensaje. “Los adolescentes, especialmente, tendrán la oportunidad de explorar un momento de la historia que hizo mucho para colorear la diplomacia y la comunidad internacional de hoy. También representa una oportunidad para las personas que viven tan cerca, pero se han vuelto tan distantes, para reunirse de una manera inspiradora”.

Estas declaraciones no resultan circunstanciales, teniendo en cuenta la filosofía personal del propio Greenblatt expresada en más de una ocasión.

“Mi filosofía, tanto en los negocios como en la vida –ha dicho el ahora negociador internacional– es que reunir a la gente y trabajar para unir, en lugar de dividir, es el camino más fuerte hacia el éxito. Realmente creo que este enfoque es capaz de producir resultados para los Estados Unidos en todo el mundo”.

Otra posible señal de lo que podría ser la actitud de la nueva administración hacia Cuba es que según informaciones trascendidas el pasado año, que amenazaron con torpedear la campaña electoral de Trump, entre los años 2012 y 2013 Greenblatt viajó a la Isla junto a otros directivos y asesores en busca de posibles acuerdos comerciales para el hoy presidente, violando incluso las leyes del bloqueo / embargo.

El nombramiento ha sido visto con poco entusiasmo por el electorado cubanoamericano que votó con la esperanza de que Trump revierta o al menos congele las medidas para la Isla promovidas por la administración Obama.

Clinton, Trump y Cuba

No obstante, Greenblat no se ha referido públicamente a la flexibilización de las relaciones con Cuba ni a su posición al respecto en su nuevo cargo.

Durante la campaña presidencial el negociador trabajó como vicepresidente del Comité Asesor sobre Israel, país del que es un abierto partidario debido a su religión. Por ello, los judíos cubanos radicados en Florida ven la elección de Greenblatt como una señal esperanzadora: podría ser un aliado potencial para velar por la comunidad hebrea de la Isla.

Algunos expertos, incluso, van más allá. Jaime Suchlicki, quien dirige el Centro de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami, opina que la designación de un judío ortodoxo como negociador indica que Trump va a revisar la política de Obama hacia Cuba.

“Es una señal de que los Estados Unidos estarán al lado de Israel y no con los países que se oponen a Israel”, afirmó Suchlicki.

Por su parte, Sebastián Arcos, director asociado del Instituto Cubanos de Investigaciones de la Universidad Internacional de la Florida, indicó que como Greenbalt tiene más conocimientos sobre Israel, para sus decisiones sobre Cuba podría beneficiarse de la experiencia de los consejeros cubanoamericanos presentes en la actual administración.

Esta visión situaría al negociador internacional más en sintonía con el discurso electoral de Trump.

Sin embargo, el nombramiento de Jason Greenblatt pudiera no ser el único guiño del presidente estadounidense hacia Cuba. Su propuesta para Secretario de Agricultura recayó en Sonny Perdue, ex-gobernador de Georgia, quien también estuvo en la Isla y ha sido partidario de negocios entre los dos países.

En 2010, en un viaje de tres días, el entonces gobernador pidió un aumento del comercio entre los Estados Unidos y Cuba, y afirmó desear que los dos países mejoraran sus relaciones porque “sería el mejor resultado para ambas naciones”.

Médico veterinario y propietario en el sector agroindustrial, Perdue tiene un largo historial promoviendo negocios con otros países. Donald Trump ha dicho que “ha pasado toda su vida entendiendo y resolviendo los desafíos que enfrentan nuestros agricultores”, en tanto Roger Johnson, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores, dijo de él que espera amplíe “las oportunidades de mercado para todo tipo de producción agropecuaria”.

El sector agrícola estadounidense es uno de los más interesados en la normalización de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, pues ven a la Isla como un mercado natural. Los productos agropecuarios estadounidenses se cuentan entre los autorizados para su exportación a la Isla, aunque todavía con limitaciones que dificultan el flujo comercial.

Agricultores, empresarios y políticos de ambos partidos se han pronunciado a favor de un levantamiento de las restricciones de comerciar y hacer negocios en Cuba.

Mientras tanto, una delegación de empresarios cubanos realiza una visita a los Estados Unidos hasta inicios de febrero. La comitiva, integrada por directivos y funcionarios de empresas estatales, rastrea oportunidades de negocios e inversión estadounidense y promueve las potencialidades del sector marítimo-portuario cubano, en particular, del nuevo puerto de aguas profundas en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM).

Su programa incluye encuentros con directivos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la firma de Memorandos de Entendimiento sobre gestión portuaria. Además, la delegación se reunió con Sylvester Turner, alcalde de la ciudad de Houston, Texas.

Alcalde de Houston: Queremos estar listos cuando el embargo se levante

En el intercambio, el político insistió en el interés de la comunidad empresarial de su ciudad por incrementar los vínculos comerciales con la Isla. Además, sugirió de nuevo aprovechar las posibilidades que brindan las regulaciones actuales de su país.

La visita de los empresarios cubanos a los Estados Unidos, a pocos días de la toma de posesión de Trump, ha sido vista también como un indicio del rumbo que pudieran seguir las relaciones entre los dos países con el nuevo presidente. A esto se une al hecho de que por primera vez en el último medio siglo, diplomáticos cubanos asistieron a la ceremonia de investidura presidencial en Washington.

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