Mike Pompeo defiende a diplomáticos de Estados Unidos en La Habana

El secretario de Estado respondió así a un ataque de Granma en el sentido de que la encargada de negocios, Mara Tekach, ha interferido en la vida interna del país y ayudado a "mercenarios" opositores.

El secretario de Estado Mike Pompeo durante un reunión de la OTAN en Bruselas el miércoles. Foto: EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

El secretario de Estado, Mike Pompeo, hizo una apasionada defensa de la diplomática estadounidense de mayor rango en La Habana después de que el gobierno cubano la acusara de interferir en la vida interna del país al reunirse con opositores.

“La Encargada de Negocios y su equipo en la Embajada de Estados Unidos en La Habana se mantienen firmes mientras llevan a cabo la misión del Presidente de defender los derechos humanos y promover la causa de la democracia en Cuba”, dijo el secretario de Estado en un comunicado refiriéndose a las críticas que la encargada de negocios, Mara Tekach, ha recibido durante las últimas semanas.

Según Pompeo, el gobierno cubano “ha lanzado estas acusaciones infundadas en un intento por distraer a la comunidad internacional de su trato al pueblo cubano, especialmente la detención arbitraria del opositor José Daniel Ferrer”.

En su opinión, el embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas, “goza de libertad de expresión en Estados Unidos y la usa para criticar públicamente a nuestro gobierno. Solo deseamos que otros ciudadanos cubanos, incluyendo más de cien presos políticos que están detenidos por el régimen cubano y otros opositores sometidos a acoso, pudieran disfrutar de la misma libertad de expresión y pudieran criticar a su propio gobierno en Cuba, lo cual pudieran hacer si Cuba honrara sus compromisos internacionales de derechos humanos”, enfatizó Pompeo.

Para el jefe de la diplomacia estadounidense, los funcionarios de su país tiene la obligación de denunciar las violaciones de derechos humanos “en todos los países donde se encuentran”. Es, dijo, “lo que se espera de ellos”.

El secretario de Estado se refería, en particular, a  un artículo publicado recientemente por el diario oficial Granma, que acusó a Estados Unidos de estar detrás de un campaña denigratoria a propósito de la detención de Ferrer, acusado de una supuesta agresión contra un miembro de UNPACU, entidad que preside en las provincias orientales del país. Se le acusa de ser un “agente asalariado al servicio de Estados Unidos con una larga trayectoria de acciones de provocación contra el orden público y la legalidad”.

“Es conocido que lejos de dedicarse a la promoción de los vínculos bilaterales, a velar por los intereses del pueblo estadounidense y de su gobierno, y al impulso de las relaciones pacíficas entre los estados, la misión diplomática de ese país en Cuba,  particularmente su Encargada de Negocios, se han concentrado en los últimos meses en el fallido propósito de reclutar mercenarios, de promover la división y la confusión en nuestro pueblo, de identificar las áreas de la economía contra las cuales dirigir las medidas coercitivas, y en tratar de calumniar y desacreditar la gestión del Gobierno cubano y a la Revolución”, afirma el Granma.

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