Ola de reacciones previas a los anuncios de Trump hacia Cuba

Desde que se conoció que el viernes 16 de junio Donald Trump anunciará en Miami cuáles son los cambios a la política hacia Cuba, no han cesado las reacciones en Estados Unidos. Lo mismo autoridades políticas o del sector de los negocios, que distintos representantes de la comunidad cubano-americana y la sociedad civil en general llaman la atención sobre la inconveniencia, desde todo punto de vista, de un retroceso en el acercamiento entre los dos países.

Todo apunta a que esencialmente los cambios endurecerán las condiciones para el comercio y los viajes de estadounidenses a la Isla. Es probable que el anuncio se produzca en un discurso “del estilo de un mitin de campaña” en Miami, en un guiño al sector anticastrista que más lo ha presionado sobre el tema, según dijeron a Efe dos fuentes cercanas al proceso a finales de mayo.

Trump anunciará en Miami nueva a política hacia Cuba

Casa Blanca: Trump sí hará los anuncios este viernes

La Casa Blanca confirmó que el presidente Donald Trump anunciará este viernes en la ciudad de Miami la nueva posición de su gobierno hacia Cuba, como habían adelantado varios medios y fuentes gubernamentales, informa Efe.

“El presidente viajará mañana a Miami para hacer un anuncio sobre su política hacia Cuba”, dijo Sarah Sanders, portavoz adjunta de la administración Trump, en una conferencia de prensa sin cámaras de televisión.

Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca. Foto: Getty Images.
Sarah Sanders, vocera de la Casa Blanca. Foto: Getty Images.

Sobre si Trump planea anunciar pronto un embajador para la Isla, Sanders dijo que no estaba segura “de cuáles son los planes para eso” ni de si estaría “incluido en el anuncio” del viernes.

Los cambios de Trump, según El Nuevo Herald

El Nuevo Herald adelanta contenido de la directiva presidencial que dará marcha atrás “significativamente” a la postura promovida por la administración Obama. Como justificación para su enfoque, el mandatario “tiene previsto citar las violaciones de los derechos humanos en Cuba”.

De acuerdo con la publicación, los cambios buscan “reducir drásticamente el flujo de dinero que le llega al gobierno cubano y presionarlo para que permita un mayor desarrollo del sector privado”. El blanco principal de la directiva son las empresas controladas por las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia y otras fuerzas de seguridad de la Isla, así como sus filiales, subsidiarias y compañías sucesoras, con las que serán prohibidos los negocios y transacciones.

Otro cambio importante sería que los viajeros estadounidenses estarán sujetos a una auditoría del Departamento del Tesoro, “para asegurarse de que su viaje encaja dentro de una de las doce categorías permitidas”. Mientras, para los viajes educacionales o para el contacto “pueblo a pueblo” será necesario el patrocinio de una organización que deberá enviar un representante con los viajeros.

No obstante, El Nuevo Herald aclara que la orden ejecutiva contempla excepciones para el pago de las tasas en aeropuertos y puertos, lo que permitirá continuar los vuelos y cruceros a Cuba, y también para las transacciones relacionadas con la renta de habitaciones en casas particulares y el envío de remesas a través del sistema financiero cubano. Otras excepciones buscarían expandir las telecomunicaciones y acceso a internet en la Isla, y continuar con las exportaciones de productos agrícolas y medicamentos.

“Vieron un borrador”

De acuerdo con Reuters, el presidente Trump “agravará el viernes las normas sobre los estadounidenses que viajan a Cuba y restringirá significativamente a las empresas estadounidenses de hacer negocios con empresas cubanas controladas por los militares”.

La agencia del Reino Unido basa su información en “funcionarios estadounidenses que han visto un borrador del memorando presidencial”, según el cual “Trump dejará claro que la prohibición del turismo estadounidense en Cuba seguirá vigente y su administración aumentará la aplicación de las reglas de viaje bajo categorías autorizadas”.

Los nuevos límites en los negocios estadounidenses se enfocarán en el Grupo de Empresas de Empresas de las Fuerzas Armadas (GAESA), un conglomerado involucrado en todos los sectores de la economía cubana, dijeron a Reuters los funcionarios bajo condición de anonimato.

Empresas estadounidenses cruzan los dedos

Entre las empresas estadounidenses se siente un significativo y cauto silencio, salvo pocas excepciones. Airbnb, que conecta a propietarios de viviendas con personas que buscan alojamientos turísticos y que ha hecho ganar a sus usuarios cubanos unos 40 millones de dólares desde abril de 2015, expresa:

“Hemos hablado con demócratas y republicanos [del Congreso] y esperamos que cualquier cambio apoye la diplomacia persona a persona y a los ciudadanos cubanos y sus familias que se han empoderado con la oportunidad de ganar dinero y compartir su espacio, su cultura y su comunidad con viajeros de todo el mundo”, dijo a Efe Nick Papas, un portavoz de Airbnb, en una declaración escrita.

Por su parte, desde el departamento de Comunicaciones Corporativas de la empresa de cruceros Royal Caribbean señalaron que no disponen de ninguna “mejor información” que la que ya circula sobre los anuncios previstos para este viernes. Por el momento, dijeron, no tienen “nada que comentar”.

De acuerdo con el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba, las compañías de cruceros Norwegian, Carnival y Royal Caribbean ingresarán más de 422 millones de dólares entre 2017 y 2019 con sus viajes a la Isla.

Engage Cuba: “No han estado en Cuba, no en este siglo”

“Claramente esta política ha sido escrita por personas que nunca han estado en Cuba, al menos no en este siglo. Porque si lo hubieran hecho, sabrían que lo único que la restricción de viajes hará es devastar a los cubanos que trabajan en el sector privado que han confiado en los visitantes americanos para proveer a sus familias.

“La idea de que después de 55 años de fracaso, retroceder hacia políticas de aislamiento producirá algún resultado es absurdo.

“Esta política no solo es una traición a la agenda “America First” del presidente Trump y a su promesa electoral de levantar las regulaciones que generaran desempleo, sino que será un tremendo golpe a los cubanos que sufrirán los resultados.

“Es una pena que el presidente Trump escuchara a dos miembros de línea dura del Congreso en lugar de la mayoría de su base republicana, la mayoría de los estadounidenses y casi cada uno de los cubanos en la Isla.

“Esta es una mala medida, es mala política y es mala para los negocios de Estados Unidos”.

James Williams, presidente

The New York Times: El inminente problema de Trump en Cuba

“Antes de ir a Miami, el presidente Trump necesitará sopesar con cuidado sus opciones”, señaló Christopher Sabatin en un comentario publicado por The New York Times, refiriéndose a los cambios posibles en la política hacia Cuba, que se espera el mandatario anuncie este viernes.

No obstante, Sabatin apunta “la reacción del Congreso, los empresarios y otros grupos interesados de Estados Unidos ante la revocación que hará Trump de políticas que apoyan un 75 por ciento de los estadounidenses”, como algo más importante aún que el contenido real de los cambios.

Los cambios sociales y económicos generados en ambos países han sido importantes desde que la Administración Obama suavizó las restricciones para viajar a la Isla, según enumera el diario.

Ante un cambio drástico de Trump con respecto a las medidas de Obama, “las universidades que han disfrutado de la libertad de intercambio académico, los negocios y sus trabajadores, y los millones de ciudadanos que han viajado a la isla y se han relacionado con las comunidades cubanas, deberán alzar la voz”, dice el profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales y Públicas de la Universidad de Columbia y director de Global Americans.

Menos cooperación, más narcotráfico

Dos funcionarios del Ministerio del Interior de Cuba entrevistados por CNN dijeron que en los últimos meses han visto un incremento del tráfico de drogas en la región. El hecho coincide con la eliminación de la política de “pies secos, pies mojados” por el gobierno de Obama y la revisión ordenada por el presidente Trump a los nexos estadounidenses con la Isla.

“Ha habido un reajuste”, comentó el coronel Héctor González Hernández, jefe de la Dirección de Lucha contra la Droga. “Tenemos evidencia de que las redes criminales están pasando del tráfico de humanos al tráfico de drogas o ambos al mismo tiempo”.

De acuerdo con la cadena televisiva, en lo que va de 2017 las autoridades de Cuba han decomisado o recuperado cerca de 3 toneladas de marihuana y cocaína: más del triple de la droga decomisada durante los primeros seis meses del año pasado.

Los funcionarios cubanos explicaron que dos reuniones con su contraparte estadounidense programadas para este año para abordar el enfrentamiento al narcotráfico fueron canceladas o pospuestas mientras el gobierno de Trump analizaba los posibles cambios en su política hacia Cuba.

“Estamos esperando a ver qué pasa”, dijo el coronel Víctor López Bravo, de la Guardia Costera de Cuba. “Depende de los Estados Unidos anunciar e invitarnos a la próxima reunión. Esperamos que ocurra porque realmente beneficia a los dos países”.

No volver a la guerra fría

La fundación CubaOne, dedicada a conectar a jóvenes cubanos y cubano-estadounidenses, pidió hoy al presidente Donald Trump, en una carta abierta, no volver a “la Guerra Fría” con Cuba y tener como “norte” de su política hacia la isla “los intereses de EE.UU. y el bienestar del pueblo cubano”.

En el texto, los jóvenes de CubaOne hacen al mandatario una serie de recomendaciones para que cumpla con su promesa de campaña de adoptar “una mejor” política hacia Cuba que la de su antecesor, Barack Obama, quien propició junto al presidente Raúl Castro el deshielo de las relaciones cubano-estadounidenses a partir de fines de 2014. CubaOne señala que sin los cambios introducidos por Obama no hubieran podido hacer los viajes a la isla que han permitido conectarse con sus raíces a 2.000 jóvenes cubano-estadounidenses.

Giancarlo Sopo, estratega de comunicación y fundador de la organización, dijo a Efe que han escrito al presidente preocupados por los reportes de que va a restringir a uno por año, los viajes de los estadounidenses a la isla y el envío de remesas. Sopo aseguró que la comunidad cubano-estadounidense no “lo va a tolerar”, porque “eso afectaría de una manera desproporcionada a los cubano-americanos y tendría un efecto devastador sobre el sector privado cubano”.

Sopo dijo a OnCuba que, en cambio, hay mucho que el Presidente puede hacer para lograr un “mejor trato” con Cuba. “Por ejemplo: Puede negociar con La Habana para que eliminen tarifas en los pasaportes, las cuales penalizan de manera desproporcionada a personas de bajos ingresos, y lograr que sea mas fácil apoyar al sector privado de la Isla”.

“Lo que no debemos hacer es regresar a las políticas de la Guerra Fría que en más de 50 años fueron siempre inefectivas”, concluyó.

Tillerson: Normalización más adelante

En una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que su gobierno ve elementos “preocupantes” en la apertura impulsada por Barack Obama y que hasta el momento la política instaurada desde el 17D ha sido insuficiente para promover el cambio deseado para Cuba. “Tienen muy poco incentivo para cambiar”, dijo.

Según el jefe de la diplomacia estadounidense, el enfoque general de la revisión de la política hacia la Isla ordenada por Trump “es permitir que la actividad comercial y de intercambio con Cuba continúe todo lo posible, porque vemos el lado bueno, vemos los beneficios para el pueblo cubano. Y de algún modo, más adelante, se puede llegar al punto de normalización”.

Sin embargo, Tillerson insistió en que “Cuba no ha mejorado su historial de derechos humanos” y puso como ejemplo el hecho de que “los opositores y disidentes siguen siendo encarcelados”. En su criterio, si su gobierno desea mejorar las relaciones bilaterales “Cuba debe, absolutamente, comenzar a hacer frente a sus retos en derechos humanos”.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson. Foto: Michael Reynolds / EFE.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson. Foto: Michael Reynolds / EFE.

Estas declaraciones confirman lo adelantado en mayo por Francisco Palmieri, subsecretario interino para el Hemisferio Occidental, quien señaló que tras la revisión de la política hacia la Isla emergerían “importantes diferencias” con respecto a lo hecho por la administración Obama.

“A medida que desarrollamos estas relaciones de negocios y disfrutamos los beneficios del lado económico y de desarrollo, ¿estamos involuntaria o directamente proporcionando apoyo financiero al régimen? Nuestra opinión es que sí”, comentó el Secretario de Estado, quien piensa que deben realizarse cambios para “cumplir la ley”.

Para Tillerson, los Estados Unidos deben garantizar que se cumpla “la intención de la legislación Helms Burton”, una ley de 1996 que estipula que las restricciones económicas para Cuba debían mantenerse hasta que La Habana cumpliera ciertas condiciones, entre ellas que la familia Castro abandonara el poder. Pero, según el jefe de la diplomacia estadounidense “esa presión se ha eliminado casi por completo ahora”.

No obstante, aseguró que hay “algunas áreas, temas de importancia diplomática en el área regional”, en las que la administración Trump desea “relacionarse” con el gobierno cubano porque considera que “podría haber áreas de interés común” entre ambos países.

6,6oo millones y 12,295 puestos de trabajo

Liderados por la coalición Engage Cuba, un grupo de negociantes, economistas y expertos en Cuba realizaron un análisis del impacto económico que estima que un retroceso de las medidas hacia Cuba costaría a la economía estadounidense 6,6oo millones de dólares y afectaría 12,295 puestos de trabajo a lo largo del primer término de la administración Trump. Las políticas de la administración precedente para disminuir las regulaciones a las compañías interesadas en hacer negocios en Cuba, ha contribuido a “un significativo crecimiento y generación de empleo”.

Comunidades rurales a lo largo de la nación, la mayoría dependientes de industrias agrícolas, manufactureras y navieras serían “desproporcionalmente afectadas” si se añaden regulaciones en los viajes y el comercio con Cuba. Este análisis excluye las exportaciones agrícolas y médicas porque las disposiciones que permiten las exportaciones limitadas en estos sectores fueron autorizadas por el Congreso en 2001, por lo tanto, antes de los cambios regulatorios de la era Obama. Sin embargo, una nueva reglamentación sobre la exportación de productos agrícolas a Cuba podría costar 1.500 millones de dólares adicionales y afectar a 2.205 puestos de trabajo más en Estados Unidos.

Dadas sus condiciones de puertos de aguas profundas y proximidad a Cuba, la imposición de regulaciones amenazaría particularmente el crecimiento económico y la creación de empleo en los estados del Golfo, incluyendo Florida, Luisiana, Texas, Alabama, Georgia y Mississippi, todos los cuales apoyaron al presidente Trump en las elecciones de 2016.

“Con las familias cubanas no se juega”

“Dígale a Donald Trump y Marco Rubio que con las familias cubanas no se juega. Los cubano-americanos queremos seguir visitando y ayudando a nuestras familias en la isla”. Así convocan una protesta en Miami para este la tarde del jueves frente a la oficina de Marco Rubio.

“Protest contra Trump. Que no te quiten el derecho de viajar” dice el evento creado por #ProjectPastelito, una iniciativa de base organizada por líderes hispanos, activistas y miembros de la comunidad en asociación con el Partido Demócrata de Miami-Dade. El proyecto está en asociación con #CubaNow y “patrocinado por generosos donantes hispanos”.

“Un asunto de seguridad nacional”

Siete legisladores republicanos enviaron una carta al mandatario estadounidense en la que le solicitan mantener las relaciones con Cuba. Para ellos se trata de un “asunto de seguridad nacional”, de acuerdo a lo informado por la cadena ABC News.

Los firmantes dijeron estar “muy preocupados” por la posibilidad de que Trump revierta la política de Obama hacia la Isla. En su carta dicen que la medida puede hacer que Cuba dependa más de Rusia y China, rivales estratégicos de su país. “Posibilitar que eso suceda pudiera ser un resultado desastroso para la seguridad de los Estados Unidos”, escribieron.

Además, los políticos republicanos también argumentan que retroceder en las relaciones con Cuba puede socavar los esfuerzos por combatir delitos como el tráfico humano, el comercio ilícito de drogas, los delitos en el ciberespacio y los fraudes de identificación.

Los firmantes son Tom Emmer de Minnesota, Rick Crawford de Arkansas, Ted Poe de Texas, Darin LaHood de Illinois, Roger Marshall de Kansas, James Comer de Kentucky y Jack Bergman de Michigan.

Desde que el gobierno anunció que revisaría sus vínculos con Cuba, entre quienes han aconsejado mantener el rumbo se cuenta una decena de altos militares retirados quienes en una carta destinada al Asesor de Seguridad Nacional dijeron que los nexos con la Isla fortalecerían los intereses de seguridad nacional y la estabilidad en la región.

Congresistas: El progreso del acercamiento “es inevitable”

Por su parte, el gobernador de Mississippi, Phil Bryant, pidió a Trump continuar el camino del diálogo en una visita a Cuba en abril, mientras en mayo el Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, prometió respaldar una propuesta legislativa para ampliar el comercio agrícola con Cuba en una audiencia del Comité de Agricultura de la Cámara.

Emprendedoras cubanas piden el apoyo de Ivanka

Hoy, 55 empresarias cubanas enviaron una carta a Ivanka Trump en busca de su apoyo a las políticas estadounidenses que han empoderado a las mujeres cubanas y a sus familias en toda la Isla. Las mujeres invitan a la Sra. Trump a visitar Cuba y comprobar de primera mano cómo las políticas de Estados Unidos que expandieron los viajes y el comercio con Cuba han fortalecido a las mujeres cubanas y al creciente sector privado de Cuba.

“Un retroceso en la relación traería consigo la caída de muchos de nuestros negocios y con esto, el sufrimiento de todas aquellas familias que dependen de ellos”, dice la carta.

Una reciente encuesta de Public Opinion Strategies encontró que más del 75 por ciento de los viajeros estadounidenses permanecen en casas de huéspedes privadas, comen en restaurantes privados y compran bienes de artesanos y artistas privados.

Airbnb publicó recientemente un reporte en el que citó que los cubanos han ganado 40 millones de dólares en los últimos dos años compartiendo sus casas en la plataforma. El informe también destacó que el 58 por ciento de los anfitriones de Airbnb en Cuba son mujeres.

Oniel Díaz, cofundador de Auge, empresa que ofrece asesoría para negocios, compartió su opinión con OnCuba:

“Para Cuba el principal impacto sería en las expectativas y el interés por invertir o hacer negocios en la Isla. Un cambio en las condiciones para el comercio lanzaría una señal que creo cerraría la etapa de enamoramiento a nivel global con Cuba –que por demás no hemos sabido aprovechar; siguen las trabas y contradicciones a la inversión extranjera, la burocracia, etcétera.

“Segundo: el impacto sobre los viajes, que al parecer será lo que más carga real tendrá de lo que pueda hacer Trump. Si retira las licencias, disminuirán los viajes de estadounidenses. Eso afectará a toda la industria turística privada: casas particulares, guías, carros de paseo… AirBnB incluso. Tampoco es que el turismo a nivel global dependiera de los turistas americanos, pero sin duda las expectativas a futuro de todos (estatales y privados) está montada en los 2 millones de turistas del norte que se estima puedan venir una vez liberados los viajes. Creo que el impacto mayor lo veremos sobre el futuro cercano y lejano.

Apoyo bipartidista

El 65 por ciento de los votantes estadounidenses apoyan las políticas de acercamiento a Cuba aprobadas por la administración Obama, de acuerdo a una encuesta de la compañía Morning Consult publicada este lunes por la coalición Engage Cuba. El sondeo, realizado en cerca de 2 mil votantes a nivel nacional, mostró además que el 64 por ciento de los republicanos respalda mantener las flexibilizaciones para viajar y hacer negocios con la Isla.

En cuanto al levantamiento del bloqueo a Cuba, el 61 por ciento de los sondeados apoya su levantamiento, cifra que se sitúa en el 55 por ciento entre los miembros del partido del presidente Trump.

“Es raro que en un ambiente político tan envenenado como el estadounidense haya un problema que una a los republicanos, demócratas e independientes por igual”, manifestó el presidente de Engage Cuba, James Williams. En su opinión, el apoyo mayoritrario de los estadounidenses al acercamiento con Cuba debería servir como una advertencia a Trump en su intención de enfriar nuevamente las relaciones con la Isla.

Senadores demócratas interceden por Cuba

Catorce senadores demócratas solicitaron al presidente Donald Trump ampliar  los vínculos con Cuba en una carta enviada este lunes al Secretario de Estado, Rex Tillerson. En la misiva, los miembros de la Cámara alta dijeron que normalizar las relaciones con la Isla daría a los Estados Unidos beneficios económicos y de seguridad nacional.

Los firmantes mencionaron las oportunidades de negocios que ofrece Cuba para las empresas estadounidenses, en particular las compañías de viajes y hoteleras, las aerolíneas y las dedicadas a la producción y el comercio de productos agropecuarios. También afirman que la cooperación bilateral es importante para la seguridad nacional de los Estados Unidos y abandonar los acuerdos firmados entre ambos países en temas como los viajes aéreos, el combate al narcotráfico, la cooperación científica y la aplicación transfronteriza de la ley, iría contra “los mejores intereses del pueblo estadounidense”.

Firmaron la carta los senadores Chris Murphy (Connecticut), Amy Klobuchar y Al Franken (Minnesota), Dick Durbin (Illinois), Debbie Stabenow (Michigan), Sheldon Whitehouse (Rhode Island), Elizabeth Warren (Massachusetts), y Brian Schatz (Hawái). También lo hicieron Michael Bennet (Colorado), Jon Tester (Montana), Patrick Leahy (Vermont) Rob Wyden (Oregón), Claire McCaskill (Misuri) y Jeanne Shaheen (New Hampshire).

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