En un paso que indica la dualidad de la política comercial hacia Cuba, el presidente Donald Trump anunció la prórroga por un año, hasta el 14 de septiembre de 2026, de las licencias que autorizan exportaciones desde Estados Unidos a la isla.
Pese a la dureza de su administración en ampliar y mantener el embargo económico, este renovado permiso demuestra que las transacciones comerciales, especialmente en alimentos y productos agrícolas, mantienen vigencia y representan un interés nacional para Washington.
La prórroga fue oficializada a través de un memorando fechado el 29 de agosto, dirigido a los secretarios de Estado y del Tesoro, que mantiene las facultades bajo la Ley de Comercio con el Enemigo, decretada en 1917, para regular ese comercio restringido.
Exportaciones autorizadas pese al embargo: cifras y condiciones
Las excepciones al embargo impuestas por Estados Unidos en el año 2000 permitieron las primeras ventas significativas de alimentos y productos agrícolas a Cuba, una medida que comenzó a partir de diciembre de 2001 y que se incrementó considerablemente durante la Administración Obama.
Desde entonces, las importaciones cubanas de Estados Unidos, que hoy día incluyen tanto del sector privado como estatal, han acumulado gastos superiores a 7,9 mil millones de dólares, incluyendo productos tan diversos como automóviles, equipamiento industrial, materiales de construcción, insumos farmacéuticos y productos médicos.
Según datos del US-Cuba Trade and Economic Council, solo en mayo de este año las ventas agropecuarias alcanzaron los 37 millones de dólares, la cifra mensual más alta registrada hasta la fecha.
En total, entre enero y mayo las exportaciones de productos alimenticios y agrícolas —como aceite de soya y de jojoba, extractos de café y llantas— sumaron 205 millones de dólares, un incremento de 16.6 % respecto al mismo período de 2024.
Sin embargo, estas operaciones se realizan bajo estrictas regulaciones: todos los pedidos deben gestionarse a través de entidades estatales o empresas ligadas al gobierno cubano, y requieren pagos anticipados, una condición que, según funcionarios cubanos, encarece el comercio y limita su alcance.
“Hay quienes dicen que no hay bloqueo porque Cuba puede comprar todo el pollo que quiera en Estados Unidos; y yo te diría, es verdad, Cuba puede comprar todo el pollo que quiera en Estados Unidos, pero el problema de quien hace ese análisis, es que no tiene en cuenta que se tiene que realizar a través de pagos anticipados y mecanismos que han ido endureciendo el marco de regulaciones”, explicó en agosto la diplomática Johana Tablada al canal AlmaPlusTV.
Ventas agropecuarias de EEUU a Cuba alcanzan niveles récord, pese a nuevas sanciones de Trump
Pérdidas para Cuba por el embargo, según la narrativa oficial
Para Cuba, el embargo impuesto por EE.UU. desde 1960 y ampliado en 1962 representa pérdidas que el gobierno cubano ha cifrado en miles de millones a lo largo de décadas.
En septiembre de 2024, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, informó que Cuba sufrió pérdidas por 5 mil 56,8 millones de dólares de 2023 a 2024 como consecuencia del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Al presentar a la prensa nacional y extranjera el informe más actualizado sobre los efectos del cerco estadounidense, el canciller cubano resaltó que los daños económicos experimentados desde el 1 de marzo de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024, mostraban un incremento de 189,8 millones con respecto al informe anterior.
Informe de ONU sobre el embargo de EEUU a Cuba: detallado y crítico
La afectación aproximada de más de 421 millones de dólares mensuales, más de 13,8 millones de dólares diarios, y más de 575 mil 683 dólares en daños por cada hora de bloqueo.
Regulaciones y marco legal bajo la Ley de Comercio con el Enemigo
La medida de prórroga firmada por Trump mantiene vigentes las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (31 CFR Parte 515), las cuales administran y restringen las transacciones financieras y comerciales con Cuba bajo el embargo.
Estas regulaciones, vigentes por más de sesenta años, prohíben el comercio, pero conceden excepciones específicas para productos considerandos humanitarios o de interés estratégico.
Contexto histórico y continuidad punitiva
El embargo económico a Cuba se inició de manera parcial en octubre de 1960, formalmente en represalia a la nacionalización de industrias estadounidenses en la isla, y se extendió completamente en 1962.
Sin embargo, el propósito declarado era asfixiar a la naciente revolución que pronto se involucró con el bloque soviético y se declaró socialista en un formidable desafío estratégico para Washington y su hegemonía regional.
Desde entonces, las sucesivas administraciones estadounidenses, tanto republicanas como demócratas, han renovado formalmente estas sanciones año tras año, manteniendo una política consistente, pero a la vez con matices y excepciones puntuales.
El expresidente Joe Biden firmó en 2024 la extensión del embargo hasta septiembre de 2025, y la presente administración de Trump continúa esa línea con la prórroga oficial ahora para 2026 a través de esta disposición sobre las licencias que regulan el comercio limitado.