La ciencia es uno de los vínculos posibles entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos y protagonista de los discursos reconciliatorios desde ambas orillas. OnCuba reproduce a continuación un artículo de la revista especializada Juventud Técnica que da fe de ello.
Por: Bárbara Maseda
Building Bridges in Physics (Tendiendo puentes en Física) es el nombre que la Sociedad Cubana de Física (SCF) planea darle a un encuentro que celebrará en 2015 para estrechar relaciones con sus colegas de Estados Unidos.
“Vamos a invitar a miembros de la Sociedad Norteamericana de Física (American Physical Society) y a diferentes universidades con las cuales hemos mantenido relaciones a pesar de los obstáculos”, dijo la Dra. María Sánchez Colina, actual presidenta de la SCF. “No va a ser un evento científico para presentar ponencias, sino para acercarnos a representantes de instituciones con las que hemos colaborado y de otras con las que quisiéramos colaborar, y aprovechar así la oportunidad que brinda esta nueva situación”.
Se refiere al contexto generado por los anuncios del 17 de diciembre, que podrían tener un especial impacto en el sector científico a ambos lados del Estrecho de la Florida.
La SCF –una organización no gubernamental integrado no solo por profesores e investigadores de nivel superior, sino también por profesores de física de enseñanza media de todo el país– quiere con esta reunión, según palabras de Sánchez Colina, “romper el hielo”.
Pero la historia del deshielo de las relaciones Cuba-EE.UU. en el campo de la física comenzó mucho antes, a través de contactos que ella describe como “discretos” y que han consistido fundamentalmente en visitas de profesionales a uno y otro país.
En Cuba han recibido a varios ganadores del Premio Nobel de Física, como León Lederman (1988) y Murray Gel-Mann (1969); también a Walter Kohn, físico teórico que ganó el Nobel de Química en 1998; a María Tamargo, profesora de City University of New York (CUNY), por mencionar algunos ejemplos. Estos académicos norteamericanos han impartido conferencias en la Facultad de Física de la Universidad de La Habana (UH) y se han reunido con otras organizaciones científicas del país.
Pero dos o tres visitas aisladas, sujetas a esperas e incertidumbres de aprobación, no hacen cooperación: “Hay muchos profesores e investigadores que ni siquiera se arriesgaban a pedir el permiso. Ahora estoy segura de que van a querer venir masivamente”, dijo Sánchez Colina.
Acercamiento a la APS
Con la Sociedad Norteamericana de Física (APS, por sus siglas en inglés) también han tenido intercambios de trabajo. Myriam Sarachik, una de sus presidentas, visitó La Habana, se reunió con la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) y dio una conferencia sobre su organización. Leo Kadanoff, profesor emérito de la Universidad de Chicago, quien fuera presidente de la APS en 2007, también visitó La Habana en 2012.
Sobre los planes de estrechar vínculos con la APS, Sánchez Colina aclaró que no hay que perder de vista que, si bien se trata de una organización muy poderosa y de prestigio, es la sociedad de un país, y la relación con ellos no superaría la importancia de pertenecer a otros organismos regionales e internacionales, como el Centro Latinoamericano de Física (CLAF), la Sociedad Latinoamericana de Física (SLF), la Sociedad Iberoamericana de Física (SIF) y la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP). No obstante, dada la cercanía y el nivel de la APS, tener más contacto sería, por supuesto, un objetivo.
“Muchas veces nos han ofrecido membresías”, explicó Sánchez Colina. “Hemos tenido varios profesores que han sido invitados a ser miembros. Sé que Carlos Trallero Giner –actual director del CLAF– lo es, al igual que Ernesto Altshuler, quien estuvo en Estados Unidos haciendo un post-doc, a pesar de las trabas. Víctor Fajer, quien fuera presidente de la SCF hace tres mandatos, firmó convenios con la APS y asistió a uno de sus congresos también”.
Para los físicos residentes en Cuba no sería sencillo pagar las membresías anuales de esa organización norteamericana, en primer lugar por el precio ($145-Regular/$73-Profesionales jóvenes y de más experiencia/$36-Estudiantes de posgrado/$25-Estudiantes de pregrado), que sobrepasa por mucho los ingresos de los profesionales cubanos, y en segundo lugar, por la carencia de vías para realizar pagos desde la Isla a EE.UU.
De acuerdo con el sitio web de la APS, los atractivos de la membresía incluyen el uso de su extenso Directorio de miembros, asistencia a reuniones de la organización, participación en programas de formación y becas, y acceso a mucha información actualizada, a través de publicaciones gratuitas y de revistas/artículos científicos pagados que los afiliados pueden adquirir a descuento.
IEEE
La Dra. María Sánchez Colina piensa que el restablecimiento de relaciones podría favorecer la reapertura de la representación cubana del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), la asociación de profesionales técnicos más grande del mundo. El capítulo cubano fue eliminado en 2001, después del ataque a las Torres Gemelas.
“Varios profesores e investigadores de la Facultad de Física llegamos a ser Senior Members de esa organización”, dijo. “Nuestro capítulo, creado en 1998, incluía doce profesores. Organizábamos eventos; yo viajé a San Francisco a una reunión en el 2000. También nos daban una asignación anual de fondos que consumíamos completamente en el pago de las propias membresías y en la suscripción a dos revistas científicas que seleccionamos colectivamente.”
La IEEE reúne a profesionales de todo el mundo, pero sus oficinas centrales están en Nueva York, así que la política internacional puesta en práctica por EE.UU. después de los sucesos del 11 de septiembre llevó a la dirección de la organización a retirar su capítulo de Cuba, país que ya figuraba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Cuando se anunció nuestra exclusión, recibimos el apoyo de muchos países de Latinoamérica que se opusieron a la decisión, alegando que la IEEE era una organización internacional”.
El incidente no dejó rencores de este lado. Lejos de eso, es uno de los vínculos que, según la presidenta, habría que retomar: “No hemos tenido ninguna experiencia negativa, ningún problema que suponga una separación. Queremos estrechar estos lazos. De hecho hay personas del capítulo de México que ya nos han contactado opinando que este es el momento para reabrir la representación cubana”.
Ventajas y expectativas
Además de relaciones con organizaciones, el acercamiento a Estados Unidos podría darle a Cuba acceso a laboratorios, a compra de equipamiento y al establecimiento de cooperación en el terreno de la investigación.
“Desde la crisis de los años noventa nuestra forma de trabajo cambió,” explica la doctora. Antes de eso había sido muy diferente, gracias a nuestros vínculos con la Unión Soviética, pero al desaparecer todo eso tuvimos que buscar nuevos mercados y actualmente gran parte de nuestros resultados de investigación se deben a la colaboración internacional con América Latina y Europa. Nuestros investigadores y profesores viajan a esos países, utilizan los equipos allá, hacen las mediciones, y luego regresan a Cuba a procesar los resultados. Lo mismo sucede con las tesis de doctorado: aquí no se hace ningún doctorado exclusivamente “Made in Cuba”. No contamos con las instalaciones necesarias para ello. Tener entonces posibilidades de cooperación más cerca y de más nivel nos favorecería, por supuesto.”
En su oficina del Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE) donde nos reunimos para esta entrevista, hay algunos equipos de laboratorio en los que es fácil reconocer el sello soviético de aparatos enormes, toscos y con la resistencia de un tanque de guerra de la Segunda Guerra Mundial. Este desaliñado parque es la razón de que la parte experimental de la formación de los físicos cubanos sea su punto débil actualmente.
También hay un osciloscopio de fabricación norteamericana que, según cuenta, alguien consiguió de segunda mano en México por 2000 dólares, burlando primero las leyes del bloqueo norteamericano contra Cuba y luego los controles de la aduana local, donde para evitar contratiempos el viajante declaró que se trataba de “una impresora”.
“Cuando los laboratorios del primer mundo renuevan sus tecnologías,” explicó la presidenta, “donan o venden más baratos sus equipos de uso. Hay sitios web donde se pueden comprar, y sería más fácil traerlos de cerca. Eso eliminaría una serie de trabas y trucos que hay que estar haciendo para subsistir”.
Sánchez Colina, quien fue decana de la Facultad de Física de la UH hasta julio de 2014, señaló que de nuestra parte hay cambios por hacer para facilitar el intercambio: “Para que un profesor norteamericano venga a la universidad hay que solicitar un permiso tres meses antes. De la forma que funciona el mundo, no siempre es posible tanta antelación. Sabemos, por supuesto, que tiene que haber cierto cuidado porque alguien podría usar la fachada científica para otros fines, pero tampoco hay que ser irracional a la hora de hacer cumplir las reglas. Tengo el ejemplo personal de una visitante para quien se me negó el permiso simplemente por no cumplir con el plazo de solicitud, lo cual fue absurdo porque ya la persona nos había visitado [con autorización] anteriormente”.
Estados Unidos, un país donde se desarrollan absolutamente todas las líneas de investigación posibles en física, también es una plaza fuerte de reuniones y conferencias. “Los eventos científicos son fundamentales para la formación”, destacó Sánchez Colina. “No es lo mismo escribir un artículo, con lo cual estableces vínculo con dos o tres árbitros y recibes sugerencias, por importantes que sean. Poder tener contacto cara a cara con profesionales de tu misma especialidad es insustituible”.
Añadió además que la cercanía de Estados Unidos abarataría los pasajes con respecto a lo que se paga actualmente para volar a Europa (cuando se puede), ya que las altas cuotas de inscripción −que han aumentado de 150-200 dólares a un promedio de 500 euros−, han casi que anulado la presencia de los cubanos en estos foros.
Pero el bloqueo de Estados Unidos, aún vigente, es un obstáculo grande en el camino: “Pagarle a un cubano residente en Cuba va contra las leyes del bloqueo”, dijo, “Esto impide que nuestros profesores puedan hacer estancias de doctorado beneficiándose de una beca. Hay un caso de alguien que lo logró, pero hay que estar haciendo malabares”.
Los cubanos, según siguió explicando, tampoco pueden sacar provecho económico de sus conocimientos: “Hay una página donde las empresas publican sus problemas para que el público contribuya con soluciones. Cualquier persona de cualquier país puede participar. Si un residente en Cuba quisiera enviar su propuesta de solución, no habría forma de pagarle”.
La presidenta piensa que el aporte de su disciplina en una relación con Estados Unidos estaría en el plano teórico, dado que la preparación que reciben los estudiantes de Física de la UH es equivalente, en su opinión, a la de las mejores universidades del mundo.
“No es que no tengamos nada que envidiarle a esas universidades”, dijo sonriendo. “Sí les envidiamos el equipamiento. Pero la preparación de nuestros estudiantes está a la altura del más alto nivel internacional. La limitación de nuestra carrera es la parte experimental. Nuestros equipos son obsoletos, pero la formación que en última instancia proporciona las herramientas para llegar a dominar equipos de última generación, es buena. Eso está demostrado porque nuestros estudiantes van al mundo entero y tienen éxito. Nuestros graduados no van a estar en desventaja. Para un profesor norteamericano ser co-tutor de cualquiera de ellos puede ser muy provechoso”.
Sobre las líneas de investigación en las cuales podrían trabajar de conjunto dijo: “Nosotros en Cuba somos una comunidad pequeña. Nuestra disciplina ha tenido un amplio desarrollo en la física del estado sólido o materia condensada; ese es el fuerte de nuestra facultad. El ICIMAF (Instituto de Cibernética, Matemática y Física) tiene un Grupo de Física Teórica, con muy buenos resultados; es un grupo pequeño, de unas diez personas. En la parte central del país se trabaja en Cosmología, y en Oriente hay mayor desarrollo en la Física Médica”.
“Estamos a la expectativa”, resumió, “ansiosos de que esto ocurra; de que más profesores norteamericanos puedan visitarnos, y de poder seguir recibiendo a grandes figuras de la física”.
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