Baja el número de pasajeros en el transporte público de Cuba

Según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información los cubanos se han visto forzados a utilizar más el servicio de taxis y menos el transporte público, en situación crítica

Personas hacen cola para subir a un ómnibus que cubre la ruta entre el reparto Guiteras y el poblado de Regla, y pasa por difrentes zonas de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Personas hacen cola para subir a un ómnibus que cubre la ruta entre el reparto Guiteras y el poblado de Regla, y pasa por difrentes zonas de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

El número de pasajeros del transporte público en Cuba en los primeros nueve meses de 2023 bajó un 14,6 % anual, mientras que el de taxis aumentó un 46,6 % en el mismo periodo, informó este viernes la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei).

De acuerdo con el informe, el total de pasajeros de guaguas (autobuses urbanos) pasó de los 301,1 millones de enero a septiembre de 2022 a los 257,7 millones en el mismo lapso de este año. La cifra usa como referencia los viajes totales que cada individuo hace en ese periodo.

En paralelo, los cubanos que se han visto orillados a utilizar el taxi, medio que, a falta de transporte público, disparó su demanda de 64,5 millones en los primeros nueve meses de 2022 a 94,6 millones en el mismo periodo del año en curso.

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Al mismo tiempo, los usuarios de las cooperativas de taxis ruteros –alternativa estatal a los transportistas privados– pasaron de los 13,4 millones a 15,3 millones, con un incremento del 14 % anual.

Cuba atraviesa desde hace años una crisis del transporte público que no da visos de ceder.

Datos oficiales dan cuenta de que, solo en La Habana, más de la mitad de la flotilla (poco menos de 900 vehículos) no funciona y la falta de carburantes empeora esta ya endeble situación.

El problema de movilidad se origina, entre otras razones, por la imposibilidad para reparar las unidades viejas –ya sea por no poder comprar las piezas o por las dificultades para importarlas–, así como los cíclicos déficits de combustible por los que suele pasar el país.

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Cuba ha sufrido de la falta de combustible desde los primeros meses del año en curso. Esto se ha traducido en cortes eléctricos en algunas regiones –el sistema energético utiliza carburantes para ponerse en marcha– y largas colas de automóviles en las gasolineras.

A finales de octubre, el presidente Miguel Díaz-Canel anunció que la isla había superado la “etapa” más difícil de su último ciclo deficitario de combustible del año.

Cuba se encuentra sumida en una grave crisis desde hace unos tres años por la conjunción de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos y los errores en la política económica y monetaria nacional.

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