La COVID-19 sigue ganando terreno en Florida: más de 10.000 nuevos casos durante cinco días seguidos

El más poderoso sindicato de maestros de Florida entabla demanda contra el gobernador diciendo que no hay condiciones de seguridad por la expansión de la pandemia.

Paco Vélez, director de Feeding South Florida, revisa los productos en su almacén en Pembroke Park, el mayor banco de alimentos de Miami-Dade. Foto: Cristóbal Herrera / EFE.

El camino de la COVID-19 sigue constante, firme y aparentemente sin impedimentos en Florida, que sigue a la vanguardia en el país como manteniendo la emulación con California, Kentucky, Texas y Georgia.

Este fin de semana se registró un promedio de 52%, confirmando la cifra de más de 10.000 que se detectaron durante los últimos cinco días. Ayer domingo los infectados llegaron a 12.478 nuevos casos, para un acumulado de 360.394 y 5.072 fallecidos desde que las cifras comenzaron a llevarse en marzo pasado. En el condado Miami-Dade han habido 87.035 casos y 1.309 fallecidos.

En una rueda de prensa en la localidad de San Agustín, al norte del estado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, atribuyó las altas cifras al incremento de las pruebas de detección, argumento que la Casa Blanca también ha esgrimido y se ha transformado en un verdadero mantra de los republicanos que defienden la idea de que la pandemia aumenta porque se están haciendo más pruebas.

«Es importante que pongamos esto en contexto porque mucha gente ve [las cifras de casos] y realmente se asusta y lo que tengo que decirles es: nuestro enemigo es el miedo. Lo otro es que a veces se confunde la cantidad de contaminados por los que están siendo testados y que no están enfermos porque la mayoría de la gente ve los casos y piensa que muchos están en el hospital», dijo DeSantis.

Los centros hospitalares de Miami-Dade ya no dan abasto y tienen de improvisar camas en los pasillos de cuidados intensivos. | CNN

Este incremento de los casos  ha llevado a las autoridades estatales a hacer un llamado para donar plasma a fin de salvar vidas en un momento en que está comenzando a escasear el antiviral Remdesivir, único medicamento regular que se está utilizando contra el virus.

DeSantis hizo el reclamo del Remdesivir este lunes durante su paso por Orlando, donde fue recibido por una manifestación de ciudadanos protestando por su falta de agresividad ante la pandemia. Los manifestantes lo acorralaron en la sala en la que daba breves declaraciones a la prensa. El personal de seguridad les cerró el paso y las puertas y no les quedó más remedio que golpearlas gritando: «Estás mintiendo».

En su respuesta, DeSantis dijo: «hay gente que ha tenido esto sin síntomas hace uno o dos meses y que tiene anticuerpos que podría ser usados». El plasma es tan demandado, que el director de la agencia One Blood, George Scholl, reveló que «la demanda de plasma no tiene precedentes. Es una puerta giratoria. Apenas llega, sale de nuevo. Esa es la importancia que tiene». Según el director, la agencia está viendo un incremento de 500% en la demanda. La Asociación de Hospitales de Florida dijo el fin de semana que espera un cargamento de 50.000 dosis en dos semanas.

Demanda al gobernador

Por otro lado, uno de los sindicatos de maestros más grandes de Florida presentó este lunes una demanda para impedir que el gobernador Ron DeSantis y los funcionarios de educación estatales abran las escuelas y colegios por considerarlo «imprudente e inseguro».

La Florida Education Associated (FEA) presentó la demanda en un tribunal estatal de Miami contra DeSantis, el Comisionado de Educación, Richard Corcoran, el Departamento de Educación de Florida, la Junta de Educación del estado de Florida y el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez.

La demanda alega que la orden de emergencia del 6 de julio requiriendo que todas las escuelas públicas secundarias reinicien las clases es una violación de la Constitución de Florida, toda vez que la contaminación sigue aumentando en todo el estado. La FEA calificó las condiciones actuales como «inseguras» para el aprendizaje en persona y sostuvo que su demanda se hace «para proteger la salud y el bienestar de estudiantes, educadores y comunidades».

«Gobernador DeSantis, usted necesita tener cocimiento de la realidad y estamos tratando de proporcionárselo. El gobernador tiene que aceptar la realidad de la situación acá en Florida, donde el virus está fuera de control», dijo el presidente de la FEA, Fedrick Ingram, en un comunicado de prensa.

La idea de reabrir las clases en agosto también se ha visto con preocupación por el Capítulo de Florida de la Academia Estadounidense de Pediatría, que representa a 2.600 pediatras de todo el estado. El doctor Paul Robinson, presidente de su junta ejecutiva, le escribió una carta a DeSantis la semana pasada pidiéndole reconsiderar la reapertura.

Robinson dejó claro que las tasas de infección en el estado son «extremadamente altas», con un promedio inestable de más del 14% durante las últimas dos semanas, cuando el Centro de Control de Enfermedades recomienda una cifra de 10% para mantener la vida pública desconfinada.

El médico agregó que la mayoría de los expertos en salud recomiendan mantener a los niños fuera de la escuela hasta que las tasas caigan entre 3 y 5% durante dos semanas.

«Todo el mundo quiere que se vuelvan a abrir las escuelas, pero no queremos comenzar la enseñanza en persona, enfrentar una explosión de casos y enfermedades, y luego ser obligados a volver a la educación a distancia», insistió Igrahm.

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