En Cuba el sector de la construcción es uno de los que reclama mayor interés, tanto por el impacto directo que tiene en otras áreas económicas, como por el indicador de desarrollo y crecimiento que por sí mismo constituye.
Como precedente inmediato del presente año, se tiene el panorama que ofrece Construcción en Cuba. Indicadores seleccionados, publicación de la Oficina Nacional de Estadística e Información, que dispone una muestra del valor y volumen de las acciones constructivas ejecutadas en el período comprendido entre enero y diciembre de los años 2011 y 2012 y, en particular, el comportamiento en 2012.
Son registrados en este informe índices de los objetos de obra terminados, el valor de la construcción por actividad económica, cantidad de viviendas terminadas por sectores y provincias, los insumos básicos de producción nacional para la construcción, entre otros indicadores. Presenta también gráficos que ilustran la evolución en cada uno de ellos.
Resulta de particular interés la cifra del total de objetos de obra terminados en 2012, de las cuales 14232 fueron obras residenciales. (Después de estas, la mayor parte estuvo concentrada en redes eléctricas, con unas 5386).
Las actividades económicas donde el valor de la construcción* asciende a montos más elevados fueron la propia construcción y las concernientes a la administración pública, seguidas por defensa y seguridad, servicios empresariales y suministro de electricidad, gas y agua. Por otro lado, los valores inferiores los registran la explotación de minas y canteras, salud pública y asistencia social, educación e industria azucarera, en ese orden.
La construcción de viviendas es un tema especialmente sensible al constituir uno de los más graves problemas existentes en el país. En 2010, el déficit en esta actividad ascendía a unos 600.000 inmuebles, sin mencionar que alrededor de 8,5 de cada 10 edificios necesitan reparaciones con diferentes niveles de intervención. En el informe, la estructura de viviendas terminadas por provincias señala a La Habana como la del por ciento superior, seguida por Holguín, Granma y Pinar del Río. Isla de la Juventud, Guantánamo y Mayabeque, en ese orden, registran los porcientos más bajos.
En cuanto a la cantidad de obras que resultan de esfuerzo propio en comparación con las del sector estatal y cooperativo –como es previsible– se encuentran en un nivel inferior: 28,9% frente a un 71, 1%. Este panorama debe modificarse con la reciente entrada en funcionamiento de 12 cooperativas de la construcción, a las que se añadirán otras 12 eventualmente, haciendo un total de 24.
Definición de los principales indicadores
*Valor de la Construcción: corresponde a la suma de la ejecución física de los indicadores construcción y montaje con destino a inversiones y mantenimientos constructivos tanto ejecutados mediante contratación a terceros como por medios propios.
Construcción y montaje con destino a inversiones: los valores que corresponden con la totalidad de los trabajos de construcción y montaje, físicamente ejecutados; es decir, con independencia de los cobros y pagos por todas las fuerzas constructoras que intervienen. Incluye: el conjunto de trabajos destinados a crear una nueva edificación, obra vial, hidráulica, marítima, instalación de redes de transmisión y distribución de energía eléctrica, de comunicaciones, etc., así como el conjunto de operaciones dirigidas a situar, fijar y acoplar equipos y maquinarias tecnológicas, energéticas, de carga, de transporte, etc., incluyendo además todas las instalaciones y complementos necesarios para su puesta en explotación, así como las reparaciones capitales y los mantenimientos constructivos. Excluye: las maquinarias y equipos que queden en la obra como parte del activo tangible al concluir la misma; los estudios de proyectos de arquitectura e ingeniería necesarios; las inspecciones y los activos fijos intangibles que queden en la misma.
Mantenimiento constructivo: conjunto de trabajos cuyo objetivo es prevenir o corregir las afectaciones constructivas de elementos o partes aisladas de una obra, mediante la participación limitada de algunas especialidades constructivas, sin que esto modifique sus funciones, forma o dimensión original. Tienen como propósito el cuidado sistemático y preventivo de una obra y como tal no alteran el valor inicial del medio sobre el que se realizan. Por lo general se ejecutarán en un período inferior o igual a un año.
Viviendas: aquellas edificaciones cuyas características y disposición propia permiten que sean utilizadas como albergue individual o familiar, incluyendo los edificios residenciales que poseen locales para tiendas, restaurantes, albergues de obreros, etc.
Viviendas terminadas: las viviendas al término de la totalidad de los trabajos constructivos, según la documentación técnica elaborada al efecto; es decir, aquellas que han alcanzado el ciento por ciento de su ejecución física con respecto a su valor.
Objeto de obra: cualquier edificación u otra construcción que compone una inversión a la que se le reconoce una función diferenciada y límites físicos precisos y que, en función de estos, posee documentos y presupuesto propios. Los objetos de obra tienen en cuenta o consideran la parte de construcción civil, incluyendo en este concepto las instalaciones independientes de la tecnología que es propia a cada edificación, tales como alumbrado, tomacorrientes de uso general, hidrosanitarias y otras. En el caso de líneas, tuberías y otras similares, por extensión del concepto anterior, a la sección, circuito o equivalentes capaz de operar con independencia.
Objeto de obra terminado: el objeto de obra cuando todos los trabajos definidos según presupuesto y proyecto han sido concluidos, es decir, que el objeto de obra ponga en explotación el total de su capacidad. Para que conste como terminado tiene que existir el documento de Certificación aceptado por el inversionista y el constructor.