En un escenario de creciente conectividad e inserción de la isla en las autopistas globales de internet, las autoridades de Cuba no esconden su preocupación por los contenidos en las redes.
“Tenemos más de ocho millones de ciudadanos conectados a internet, pero la pregunta es: ¿qué contenido están consumiendo y qué contenidos están generando?”, cuestionó este miércoles Jorge Legañoa, vicepresidente del nuevo Instituto de Información y Comunicación Social.
Lo hizo en el programa televisivo Mesa Redonda, dedicado esta vez a la reciente aprobación por el gobierno de la política para la Transformación Digital, la Agenda Digital Cubana y la Estrategia para el Desarrollo y Uso de la Inteligencia Artificial, en momentos en que el país atraviesa un álgido momento de crisis.
Legañoa, un activo periodista y analista político, recordó lo fulminante de los procesos de comunicación en manos de la ciudadanía, un asunto que, a raíz de los sucesos violentos en el habanero Palacio Tecnológico Finca de los Monos, regresó con fuerza al debate en las redes.
Para ejemplificar las dinámicas actuales, sin mencionar los hechos que ahora mismo reverberan en el ciberespacio, citó el caso de la explosión del hotel Saratoga, ocurrida hace un par de años, y lo viral de sus trágicas escenas en los móviles, y cómo los medios fueron a remolque de ese trasiego comunicacional.
“Los medios han quedado para interpretar la sociedad, pero la noticia, con los valores que desafortunadamente tienen, las están generando los ciudadanos”, lamentó el funcionario.
El especialista afirmó que la mayoría de los contenidos que se consumen en los celulares de los cubanos no son de factura doméstica, sino generados por plataformas y conglomerados trasnacionales.
Según su parecer, tales contenidos son mayoritariamente “colonizadores” y van contra la lógica del sistema socialista cubano.
Las competencias digitales
“Uno de los principales retos que tiene hoy nuestro país es la generación de contenidos”, lo que hace necesario entregar “competencias digitales para que el celular no sea un instrumento enemigo, sino un aliado de cada ciudadano”, estimó Legañoa.
Las competencias digitales, un término que se define como el uso crítico y seguro de las Tecnologías de la Sociedad de la Información para el trabajo, el ocio y la comunicación, fue un asunto abordado por Alain Lamadrid, otro de los panelistas.
Para el director general de Información, Comunicación e informatización del Ministerio de Educación Superior, es necesario “trabajar las competencias digitales en todos los escenarios posibles”, pero sobre todo “en los directivos, donde se toman hoy las principales decisiones”.
Lamadrid enfatizó en la preparación de los docentes, que “son los que van a aportar esas competencias que necesitamos en los niños, jóvenes, estudiantes, y en el estudiante de post grado”.
“No vamos a poder avanzar en la transformación digital si no generamos capacidades en las edades tempranas” advirtió, lo que, en su consideración, tributa hacia la construcción de una cultura tecnológica en las nuevas generaciones, con todas sus implicaciones morales.
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Tecnologías disruptivas
Cuba está acelerando el uso de tecnologías disruptivas. Léase la inteligencia artificial, el big data, el blokchaine, “que permitan transformar los procesos económicos que tenemos hoy en el país y que respondan a las necesidades fundamentales que tiene nuestra población”, dijo, por su parte, la ministra de Comunicaciones, Mayra Arevich.
Pero para establecer esas dinámicas de la modernidad, hace falta que se imponga “un cambio cultural” de carácter participativo, aseveró.
La estrategia de desarrollo diseñada por su cartera establece ocho ejes estratégicos, entre ellos el normativo, el de infraestructura, conectividad y acceso, el de sostenibilidad, así como los de educación y cultura, ciberseguridad e innovación, explicó la ministra en la Mesa Redonda.
Graduada en 1989 de ingeniera en telecomunicaciones, Averich respaldó los avances en la penetración de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en Cuba a partir de estadísticas oficiales.
En un país con una población de unos once millones —o de seguro menos, por la estampida migratoria de los últimos años— “hoy tenemos 7,8 millones de cubanos que cuentan con el servicio de telefonía móvil, más de 8 millones se conectan a internet“ (desde sus viviendas o instituciones), en tanto “7 millones de cubanos se conectan a internet por la móvil”, dijo.
Asimismo, la titular ponderó la ampliación de los pagos digitales en la isla a través de las plataformas Transfermóvil y EnZona, “de las cuales hacen uso 5 millones de personas”.
De igual forma, resaltó que ya dan servicio más de cinco proveedores de firmas digitales y, en tal sentido, ya está a punto la e-firma, una aplicación dentro de la cartera de Apklis, proveedor oficial y confiable para la distribución de aplicaciones cubanas y foráneas para Android.
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Planes de gobierno
Otras novedades en la agenda digital cubana será el venidero Portal del Gobierno, que, según la ministra brindará a sus usuarios información y transparencia en los trámites y servicios en línea que estarán “acompañados de una identidad del ciudadano, lo que le dará seguridad a la hora de poder acceder y guardar sus documentos digitales”.
Hasta el momento y sin precisar la etapa en la línea del tiempo, Averich dijo que de los cuatro millones de trámites en los registros civiles del Ministerio de Justicia, “más de un millón de ellos se han hecho a través de la parte digital”.
“La intención que tenemos como país es disminuir la cantidad de documentos que se piden en los trámites y poder fortalecer la relación gobierno-gobierno a partir del uso intensivo y extensivo de los datos con los que contamos. Eso va a ser un cambio cultural importante”, afirmó la ejecutiva.
En los planes en el corto plazo del Ministerio de Comunicaciones también aparece la irrupción de la nube cubana, “donde se pueden guardar los datos más importantes y correlacionar todos los datos con que contamos en el país de una manera segura”.
En la agenda del gobierno, asimismo, se contempla un modelo de ciudadanía digital, en una escala ascendente desde el municipio hasta el gobierno central.
Digitalización e inteligencia artificial en la Salud
De momento, los procesos que se han acelerado están ceñidos a la llamada bancarización y la actividad tributaria, pero en un futuro no lejano el gobierno planea avanzar en el programa de la salud digital, incluyendo los servicios hospitalarios de telemedicina y la memorización de las historias clínicas en la nube gubernamental.
“No importa si un médico me vio en La Habana y me voy para Santiago de Cuba y requieren ver algo de mi historia clínica. Parece algo muy lejano, pero no es así”, prometió la ministra, quien citó otros sectores sensibles a las transformaciones como el turístico, para convertirlo en todo un servicio inteligente.
En cuanto a la promisoria y a la vez controvertida inteligencia artificial (IA) Averich dijo que “no estamos en cero en Cuba“ y garantizó que todos los algoritmos que se diseñen serán “probados” para su evaluación dentro de una rigurosa normativa que privilegie la ética de las invenciones.
“Tenemos que lograr que ese desarrollo tecnológico sea acelerado, pero también que los algoritmos no se usen para denigrar la integridad del ser humano”, advirtió.
Por su parte, el vicetitular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), el Dr. Armando Rodríguez, aterrizó algunos ejemplos de la aplicación de la inteligencia artificial en el sector de los servicios médicos.
El hecho de que 25 % de los centros de investigación en Cuba sean de ciencias médicas ha permitido un creciente uso de la IA en diversos procesos, entre ellos el cálculo de los lentes a implantar en la cirugía de cataratas en el hospital oftalmológico Pando Ferrer, de La Habana.
Mientras, la universidad Jesús Montané Oropesa de la Isla de la Juventud creó un sistema de información y tecnología para el estudio de la enfermedad de Parkinson, teniendo en cuenta el procesamiento masivo de datos en tiempo real, reseñó el funcionario.
Rodríguez resaltó igualmente las alianzas entre las entidades estatales, académicas y el sector privado, como parte de un sistema “inclusivo”, en el que “todo actor tiene la capacidad de hacer innovación y de recibir beneficios”.
“Hay un tejido que se va formando alrededor de la transformación digital y que le hace muy bien al país”, estimó.
El gobierno cubano lleva adelante sus planes de informatización en medio de una severa crisis económica, atizada por los efectos de la pandemia, las sanciones de Washington y las ineficiencias internas.
Entre las reformas acometidas en busca de paliar la situación se halla la creciente apertura del sector privado, dentro del que las actividades relacionadas con el desarrollo informático tienen un peso importante.
Sin embargo, las dificultades y carencias existentes en la isla también conspiran contra un mayor acceso y uso de las TIC. Largos cortes eléctricos, inestabilidad en la conexión y la obsolescencia de la infraestructura golpean a los cubanos en su día a día y lastran en la práctica un empleo más amplio y eficiente de las herramientas y plataformas digitales.