El vicepresidente cubano, Ricardo Cabrisas, y el director general de cooperación y desarrollo de la Comisión Europea (CE), Stéfano Manservisi, repasaron en La Habana el estado actual y las perspectivas futuras de la cooperación bilateral, informaron medios de prensa de la Isla.
Durante el encuentro, celebrado en el marco del primer subcomité de cooperación Cuba-Unión Europea, Cabrisas y Manservisi reconocieron el avance alcanzado en el último año en la implementación del Programa Indicativo Multianual 2014-2020, según refirió la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Ese programa aporta a Cuba fondos no reembolsables por valor de 50 millones de euros (equivalentes a 57,2 millones de dólares) para apoyar proyectos en los sectores de la energía y agricultura, así como al intercambio de expertos.
El vicepresidente cubano y el directivo de la CE coincidieron en la importancia de continuar profundizando el trabajo en estos sectores, que son prioritarios para el desarrollo económico y social de Cuba, detalló el reporte.
Asimismo, Cabrisas resaltó la importancia de la constitución de este Subcomité de Cooperación, como parte de la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación firmado entre Cuba y la Unión Europea (UE) en diciembre de 2016, y consideró que contribuirá a fortalecer los vínculos de cooperación en un ambiente “de respeto, transparencia y confianza”.
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El director general de cooperación y desarrollo de la CE, Stéfano Manservisi, estuvo acompañado el embajador de la UE en Cuba, Alberto Navarro, y la directora para América Latina y el Caribe de la dirección general de Cooperación y Desarrollo de la CE, Jolita Butkeviciene.
También participaron por la parte cubana la viceministra de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ileana Núñez, y la directora de política comercial de esa cartera, Inalvis Bonachea.
Cuba y la Unión Europea cuentan con el primer marco legal para regular sus relaciones, un acuerdo de diálogo político y cooperación que entró en vigor provisionalmente en noviembre de 2017 y que marca el fin del aislamiento de la isla como el único país de la región con el que la UE no tenía aún un pacto bilateral.
Este pacto prevé, según la UE, ayudar a reforzar la democracia y el respeto de los derechos humanos, y dar una plataforma común para la inversión bilateral y para cooperar más estrechamente en desafíos globales.