El MV Bulk Freedom, un granalero con bandera panameña, abandonó el puerto de George Town anoche, poniendo fin al conflicto entre autoridades de las Islas Caimán y 14 inmigrantes cubanos, ha informado Cayman News Service.
El enfrentamiento que duró casi tres días entre el grupo de cubanos y el gobierno comenzó cuando el Bulk Freedom los devolvió a aguas nacionales, tras haberlos encontrado en la madrugada del martes después de dos días a la deriva.
Como su intención era de no retorno, cuando el barco llegó a George Town, el grupo, compuesto por 11 hombres, dos mujeres y un bebé, se negó a bajar e instó al capitán a que los llevara a Estados Unidos o a Centroamérica, pues consideraban que el régimen de Caimán es “igual o peor al cubano”, según una de las directas hechas por Javier Freites Varona, a través de Facebook.
Según Cayman News Service, el capitán objetó con una serie de razones, en gran parte basadas en las normas de salud y seguridad marítima.
Medios locales han informado que diez de los cubanos estaban pendientes de las solicitudes de asilo y llevaban etiquetas electrónicas, aunque el Control de Aduanas y Fronteras (CBC, por sus siglas en inglés) les había perdido la pista el domingo por la noche, después que zarparan en un malogrado viaje del que formaban parte Freites Varona, Erica Álvarez y su hija de diez meses.
El grupo documentó su estancia a bordo a través de las redes sociales desde una sala de comunicaciones, haciendo repetidas afirmaciones de que “estaban siendo maltratados por las autoridades de las Islas Caimán”, y que otros migrantes cubanos lo estaban siendo de la misma manera, lo que ha sido negado rotundamente por el gobierno.
Erica Álvarez, en una de las transmisiones a través de Facebook, culpó de los problemas de salud de su hija a las condiciones a las que eran sometidos en el barco. “Nos estamos asfixiando en la habitación sin aire. Por eso mi hija está así. No pertenecemos a las Islas Caimán y no queremos volver”, dijo.
Según Efe, vehículos de la Policía, un barco de la Guardia Costera y un barco de la Autoridad Portuaria permanecían a la espera de una solución en el muelle del puerto de George Town este jueves.
Tras horas de tensión, el gobierno obtuvo una orden judicial para atender a la menor Freites-Álvarez, después de que sus padres se negaran a acompañarla al hospital, pese a su estado febril.
El propio primer ministro Alden McLaughlin anunció que el gobierno había recurrido a los tribunales para conseguir el tratamiento y como resultado la familia Freites había sido trasladada al hospital de George Town.
Poco después, el CBC anunció que, una vez que la familia abandonó el barco, el resto del grupo fue sacado de abordo. También confirmó que todos los cubanos fueron escoltados a tierra a las instalaciones de cuarentena COVID-19 del gobierno y que se darían más detalles a lo largo de este viernes.
Con información de Efe y Caymannewsservice