El equipo UH++, de la Universidad de La Habana, representará a Cuba en la final del Concurso Internacional Universitario de Programación (ICPC por sus siglas en inglés) que se celebrará del 31 de marzo al 5 de abril de 2019 en Oporto, Portugal, reporta la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Los habaneros lograron su cupo de manera directa al evento –auspiciado por la Association for Computing Machinery (ACM)—, gracias a su triunfo en el evento regional realizado este fin de semana en la sede de la Universidad de las Ciencias Informáticas de La Habana (UCI).
Su éxito les permite regresar al ICPC, competencia en la que el pasado 2017 anclaron en el lugar 44, durante el certámen en Dakota del Sur, Estados Unidos. Entonces terminaron con cinco problemas resueltos, y resultaron los mejores de América Latina y el Caribe, condición que solo han logrado equipos de Brasil, Argentina y Cuba desde 1996.
A los habaneros se unirá el equipo Limitless, de la Universidad de Oriente, según se supo posteriormente, debido a la cantidad de instituciones participantes en las eliminatorias regionales.
Dovier Antonio Ripoll, director general del ACM-ICPC del Caribe y Director Ejecutivo de la sede cubana de la Final Caribeña 2018, comentó a la ACN que el evento es un concurso académico de programación surgido en 1970 en el que el pasado año participaron 140 equipos –seleccionados entre unos 15 mil conjuntos aspirantes– , por lo que el puesto 44 de los cubanos puede considerarse muy significativo.
El torneo exige que los concursantes posean habilidades en programación, matemática, dominio del idioma inglés y trabajo en equipo. Cada conjunto está integrado por tres estudiantes y un entrenador, y la competencia dura cinco horas, durante las cuales los participantes deben resolver 13 desafíos, confeccionados en los meses previos por un comité académico.
“Todas las posibles soluciones tienen que estar previstas, y la evaluación es automática, por medio de un software que recibe el ejercicio, lo evalúa, y le dice al equipo si está bien o no, lo que ayuda a que sea en tiempo real y que el ranking se actualice”, explicó Ripoll.
Para llegar al mundial, los concursantes debieron vencer a nivel local, nacional y regional. La final caribeña tuvo dos sedes en paralelo: la Universidad Católica Nordestana de San Francisco de Macorís, en República Dominicana, con equipos del país sede y Puerto Rico; y en la UCI –novena ocasión en la que fue sede–, con selecciones cubanas y de Trinidad y Tobago. A la hora de la premiación, se tuvieron en cuenta los resultados de ambas sedes, de acuerdo a la cantidad de problemas resueltos y el tiempo invertido en ello.
Además, se realizaron competencias en otros países de América Latina en las que, unidas a las del Caribe, participaron unos 400 equipos en busca de una veintena de boletos al evento mundial.