La Organización Panamericana de la Salud (OPS) entregó al Hospital Clínico Quirúrgico Faustino Pérez, de Matanzas, una donación de insumos médicos para la atención de los afectados por los humos tóxicos provocados por el incendio en la base de supertanqueros de esa ciudad del occidente cubano.
La institución hospitalaria recibió un lote de 1000 mascarillas, un centenar de termómetros e igual cantidad de oxímetros que estaban disponibles en la Representación de la OPS/OMS en la Isla, de acuerdo con la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Además, teniendo en cuenta el impacto ambiental del siniestro y en prevención de otras posibles consecuencias al medioambiente y a la salud humana, la Unidad de Cambio Climático y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS preparó un documento con información técnica y recomendaciones para reducir la exposición de las personas a la contaminación del aire debido al humo provocado por un incendio de hidrocarburos.
El documento ya ha sido compartido con las autoridades cubanas y se espera que pueda ser útil para tomar decisiones y ejecutar acciones preventivas, según el despacho de prensa.
En una nota de la OPS citada por la ACN, al entidad sanitaria confirma “su solidaridad al gobierno de la Isla, el pueblo matancero, las personas lesionadas y las familias de las víctimas” y asegura qie sus oficinas en La Habana y en la sede “han mantenido la comunicación con el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para ofrecer el apoyo que pueda ser necesario, y ya hemos ejecutado algunas acciones de cooperación”.
El incencio en la zona industrial de Matanzas se inició en la noche del pasado viernes como consecuencia de la caída de un rayo en uno de los tanques de la base que contenía crudo nacional, según las las informaciones oficiales, que han dado cuenta de dos fallecidos, 14 desaparecidos y más de un centenar de lesionados como consecuencia del siniestro.
El fuego se propagó hacia los otros tres tanques de la batería y provocó el colapso de estas estructuras y varias explosiones durante los siguientes cuatro días, hasta que pudo ser controlado por los bomberos y otras fuerzas de Cuba, con la colaboración de expertos y equipamiento enviado desde México y Venezuela.
No obstante, todavía se mantienen las acciones en el lugar, aunque según las autoridades ya no hay riesgo de que las llamas vuelvan a propagarse.