En pleno retroceso desde hace varios años, la otrora pujante industria azucarera de Cuba padece en la actualidad de un rosario de problemas, entre ellos la falta de brazos suficientes para la zafra.
Así lo explicó este lunes Julio García Pérez, presidente del grupo empresarial Azcuba, durante una intervención en la Comisión Agroalimentaria del parlamento cubano en la que reconoció incumplimientos en la reciente campaña.
“Durante la zafra no se logró cumplir en la mayoría de las empresas agroindustriales con las medidas organizativas para asegurar la tarea diaria y los niveles productivos”, admitió el directivo, que achacó esta situación a “problemas subjetivos con limitaciones reales de carencias”, así como a “indisciplinas y falta de exigencia de presidentes de cooperativas y jefes de áreas en la industria”.
García Pérez no adelantó cifras del azúcar molida en esta zafra, en la que apenas participó una veintena de centrales, pero afirmó que la quema de caña “afectó de manera negativa la cosecha y los procesos industriales”, refiere el sitio Cubadebate.
En total, dijo, por este motivo “fueron afectadas unas 750 000 toneladas”, en tanto no se cortaron 16 000 hectáreas, las que “quedaron en los campos y, por tanto, afectaron las cepas”.
Además, el presidente de Azcuba señaló a “la fluctuación de la fuerza” como “uno de los elementos distintivos de los últimos años en el sector”.
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Trabajadores estatales, cooperativistas y reclusos
Al cierre del primer trimestre de 2024 solo laboraban en la zafra 6723 trabajadores estatales y 7418 cooperativistas, de acuerdo con la publicación, que no precisa el dato del período precedente para poder establecer una comparación.
Entre los principales motivos de la salida de trabajadores del sector azucarero, el reporte menciona “la búsqueda de oportunidades laborales de mayor remuneración y la demanda de fuerza de trabajo calificada por parte de los nuevos actores económicos”, a lo que podría sumarse seguramente también la emigración.
Al respecto, Amaury Depestre, director del central 14 de julio, de Cienfuegos, llamó a “trabajar de conjunto” y “buscar soluciones para desarrollar la zafra”, y a “poner en la mira” el salario y la pérdida de trabajadores en el sector.
El también diputado explicó que “para concluir la pasada zafra y cumplir el plan” su central “tuvo que buscar personal extra, entre ellos 113 reclusos que se incorporaron a la faena”.
Por su parte, el también diputado Noel Rolando consideró que existen “otras vías” para incentivar a los trabajadores, además del salario.
“La parte monetaria influye mucho, pero también la atención. A veces uno puede resolverle problemas a los trabajadores, que pueden influir en su rendimiento”, estimó.
La industria azucarera cubana, considerada en su momento la líder del mundo, arrastra desde hace décadas un retroceso que ha llegado a mínimos históricos en las últimas campañas.
La zafra 2022-2023 logró apenas el 68 % del plan previsto de 1,2 millones de toneladas, y en la iniciada el pasado diciembre al menos la mitad de los centrales ellos comenzó con retrasos debido a “deficiencias técnicas”, al déficit de combustible e inclemencias climatológicas.
Estos problemas se fueron arrastrando y repitiendo durante la campaña, cuyos resultados aún no han sido informados oficialmente.