El Centro de Comercio Internacional (CCI) brindará formación, asistencia técnica y estrategias de recaudación de fondos, una mirada hacia la competitividad y sostenibilidad de las mipymes cubanas en las cadenas de valor prioritarias.
Mediante un acuerdo firmado con el ministerio de Comercio Exterior de Cuba, la institución centrará acciones concretas para potenciar las exportaciones, de acuerdo con un comunicado del CCI en su web oficial.
Las partes, agrega el texto, diseñarán estrategias conjuntas de financiación para nuevos proyectos que desarrollen cadenas de valor, además de ofrecer capacitación en sostenibilidad, comercio electrónico e inteligencia comercial.
Esta cooperación, alineada con el Marco de Cooperación de las Naciones Unidas (2026-2030), busca mejorar las capacidades empresariales e institucionales de Cuba para integrarse al comercio global.
Las iniciativas incluyen digitalización, aprendizaje electrónico y normas de sostenibilidad, un refuerzo a sectores clave para la diversificación de mercados.
El acuerdo retoma el compromiso de la Reunión Ministerial Mundial de Pymes en Johannesburgo, donde Cuba y otros 59 países apoyaron una hoja de ruta para las pymes, señala el CCI.
En un contexto de pérdidas
El sistema empresarial de Cuba cerró julio con 2 737 entidades registradas, de las cuales más de la mitad (55,1 %) tienen más de 20 años de fundadas. Casi dos tercios (64,8 %) clasifican como grandes empresas, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
El informe detalla que 291 empresas (10,6 % del total) reportaron pérdidas en ese mes, mientras que un 62,7 % alcanzó utilidades antes de impuestos de hasta 50 millones de pesos.
La Habana encabezó la lista con 51 empresas en números rojos. Le siguieron Camagüey (35) y Holguín (26). En contraste, Mayabeque, Ciego de Ávila y la Isla de la Juventud solo registraron 6 cada uno.
Aunque el informe destaca la longevidad y el peso de las grandes empresas en el panorama económico, también refleja que casi 3 de cada 10 entidades tuvieron utilidades reducidas. Ello evidencia los desafíos en materia de eficiencia y rentabilidad en medio de un contexto marcado por la crisis económica prolongada del país.
El camino de las mipymes en Cuba
A juicio del economista cubano Daniel Torralbas, columnista de OnCuba, actualmente la política del Estado cubano hacia las mipymes parece alejada de una visión estratégica del desarrollo, más próxima a un mero ejercicio de control y sanción.
El especialista considera que estas son tratadas como un sector residual, sin políticas públicas efectivas para impulsar su competitividad, innovación o crecimiento sostenible. Para Torralbas, esta es una responsabilidad directa del Estado, como encargado de diseñar e implementar estrategias integrales para el desarrollo económico en todos sus niveles.
La autorización de las micro, pequeñas y medianas empresas en los municipios cubanos enfrenta un notable estancamiento. En la sesión parlamentaria de julio de 2025, se reportó que los 44 municipios habilitados solo aprobaron 231 nuevas mipymes en diez meses.
Por su parte, el Instituto encargado de regular estas actividades ha mostrado una acción limitada a un año de su creación, poniendo el foco sobre el control.
A diferencia de instituciones homólogas en otros países, que priorizan la promoción y el desarrollo de políticas para impulsar las mipymes, en Cuba el enfoque ha sido predominantemente fiscalizador, lo que podría estar restringiendo el potencial de crecimiento de este sector.
En el primer semestre de 2025, los privados hicieron importaciones de bienes por 1195 millones de dólares. Las mipymes son responsables del 70 %. En cuanto a las exportaciones, aunque fueron de apenas 21 millones de dólares, registraron un crecimiento del 30 %.
Para Torralbas, tanto las empresas privadas como las estatales no han roto el modelo importador porque los mecanismos e incentivos de la economía tampoco han cambiado.