Un programa de cooperación para el desarrollo del agro cubano con fondos de Francia y la Unión Europea (UE) incorpora por primera vez en este tipo de iniciativas al sector no estatal.
El programa, denominado Afro Verde Proylaif, incluye tres proyectos que suman en total más de 12 millones de euros (unos 13 millones de dólares) en subvenciones no reembolsables y unos 50 millones en préstamos.
La iniciativa busca promover tanto el uso sustentable del campo y captar divisas vía exportación de bienes agrícolas, como la capacitación técnica del personal sobre el terreno y en Bandec, la entidad bancaria estatal cubana que canaliza fondos para otorgar créditos.
Maury Hechavarría, viceministro de Agricultura, destacó el “desafío” que supone para el país lograr “financiamientos” destinados al sector primario.
El funcionario explicó que la estrategia es captar divisas con las exportaciones para comprar insumos en el exterior que permitan luego aumentar la producción en el agro cubano.
La generación de ingresos con las exportaciones es una “prioridad”, argumentó el viceministro, porque en último término redunda en la mejora la “seguridad alimentaria”.
Por su parte, el jefe de Cooperación de la UE en Cuba, Pedro Campo, indicó que para el programa son prioritarias la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria.
El bloque comunitario aporta unos 7,5 millones de euros no reembolsables a este programa, pero el volumen total de proyectos en curso que tiene en las áreas de la agricultura y la seguridad alimentaria en la isla ronda los 30 millones de euros.
El director para Cuba de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Jean-Marc Liger, destacó, por su parte, el “esfuerzo muy importante” que lleva a cabo Europa en la isla para promover la agricultura y ganadería sostenibles y contribuir a preparar la transición ecológica.
La aportación francesa a Afro Verde Proylaif suma 50 millones de euros en créditos blandos y a largo plazo y 5,3 millones en subvenciones no reembolsables.
Crisis económica y alimentos
Cuba padece una profunda crisis económica, que ha sido espoleada por la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y las fallidas políticas económicas y monetarias de la isla, que, a su vez, han agravado problemas estructurales de larga data en la economía nacional.
La producción agrícola ha caído de forma notable en las últimas cuatro décadas y actualmente el país importa 80 % de lo que consume y precisa unos 2000 millones de dólares al año para dotar la cada vez más exigua y fragmentada canasta básica.
El viceministro cubano de Agricultura reconoció que el programa de cooperación europeo no puede resolver todos los problemas del agro cubano, pero consideró que supone un “ejemplo” de buenas prácticas.
Efe/OnCuba.