Si una semana atrás solo estaban fuera del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) las cuatro unidades térmicas sometidas a reparaciones de larga duración, este domingo amanecieron ocho bloques desconectados, en otra agudización de la interminable crisis energética en la isla.
La última en romperse fue la unidad 3 de Renté, que ya había estado fuera hace solo dos días y que ayer sufrió una “salida por emergencia” que, junto a una “demanda superior a lo pronosticado”, elevó la afectación máxima hasta los 1794 MW.
Junto a ella también estaban paradas en la mañana de hoy por averías recientes las unidades 5 y 6 de Nuevitas y la 8 del Mariel. A ellas se unen la 2 de Felton, la 2 de Santa Cruz, la 4 de Cienfuegos y la 5 de la propia termoeléctrica Renté, cuyas paradas son ya mucho más prolongadas.
Por demás, 60 centrales de generación distribuida tampoco producían electricidad por falta de combustible, lo que se traduce en 431 MW menos, mientras otros 275 MW están fuera de servicio por limitaciones térmicas, de acuerdo con el reporte de la Unión Eléctrica (UNE).
Debe subir la disponibilidad, pero…
En medio de este complejo escenario energético, la disponibilidad a las 6:00 de la mañana estaba por debajo de los 2000 MW mientras que la afectación era de 1305 MW.
Para el mediodía esta última cifra incluso debe subir hasta los 1400 MW, de acuerdo con la UNE. Ello, a pesar del aporte que puedan dar los 25 nuevos parques solares fotovoltaicos, que ayer tributaron 550 MW de máxima potencia en esa franja horaria.
Para la noche, con el incremento de la demanda prevista (3800 MW) la afectación escalará hasta los 1715 MW, aun cuando también la disponibilidad debe aumentar hasta los 2155 MW.
No obstante, para que así ocurra deben incorporarse 315 MW al SEN con la entrada de varias unidades térmicas y motores de generación distribuida. De no ser así o, incluso, de ocurrir otra avería, el déficit sería mayor que el estimado y, en consecuencia, también lo serían los apagones.