Al montarnos en un ómnibus cubano ocurre un fenómeno físico muy extraño. Nuestro cuerpo avanza en el mismo sentido de la “guagua” (como le decimos), sin embargo, como debemos bajarnos por las puertas traseras, al mismo tiempo que avanzamos, también retrocedemos. Lo confirma la frase típica de cualquier chofer: “¡vamo, caballero, avanzando pa trá!”, lo cual es, si nos detenemos a pensarlo, un contrasentido.
Una noticia publicada en Ciego de Ávila me ha provocado una sensación casi parecida al “avance hacia atrás”. En ese territorio solo tres entidades agropecuarias venden de forma sistemática sus productos a las instalaciones del polo turístico Jardines del Rey.
Tres, como los tres mosqueteros, esta vez sin D’Artagnan. Solo tres, como los tigres tristes del trabalengua infantil…
Cuando hace pocos años se permitió que “las formas productivas cubanas” vendieran directamente a los hoteles se pensó que la medida tendría un impacto dinamizador en la producción agrícola. El “convertidor monetario” aprobado para que los hoteles pagaran a los campesinos (10 pesos cubanos por un CUC) parecía suficiente para lograr incentivos que empujaran a los campesinos cubanos a producir más y vender más a los hoteles.
Lo preocupante es que Ciego de Ávila ocupa el tercer o cuarto puesto entre los polos turísticos del país y también es una de las cuatro primeras provincias en la producción de alimentos. Si allí no marcha bien esta relación… ¿cómo será en el resto del país?
Para entender el fenómeno, y al igual que en otras ocasiones, faltan muchos datos. Por ejemplo, no sabemos cuánto es el valor de la importación de productos agrícolas frescos de los hoteles cubanos; no sabemos cuáles son los productos agrícolas frescos que más importa el turismo ni su valor total. Tampoco está disponible la serie de ventas de productos nacionales agrícolas frescos al turismo y menos aún sus precios. No es que sean datos secretos (¿lo son?); es que sencillamente un profesor universitario como yo, no los ha encontrado. No obstante y asumiendo el riesgo de no tener esa información, caminaré buscando causas.
Teóricamente la situación es la siguiente: existe una demanda de determinados productos, pongamos por ejemplo yuca (es solo un ejemplo, no me parece probable que se importe yuca, ¿o se importará y no lo sabemos?). Esa demanda es mayor que la oferta, que está constituida por la producción nacional y las importaciones.
En condiciones ideales, y partiendo de que a los agentes económicos les es indiferente comprar yuca nacional o importada si los precios y condiciones de calidad son las mismas (cierto que es un supuesto difícil, pero estamos en la teoría), deben ocurrir dos fenómenos paralelos:
En el corto plazo, se incrementa el precio que están dispuestos a pagar los hoteles y a la vez también crece la importación de esos productos. (Por ejemplo, compramos yuca congelada en algún país de Centroamérica para suplir la baja producción nacional de yuca o un producto sin la calidad requerida para ese mercado).
En el mediano plazo esos precios mayores deberían estimular el incremento de la producción nacional de yuca e incrementar la oferta nacional y mejorar su calidad, lo cual contribuiría a equilibrar los precios y a disminuir las importaciones.
¡Sin embargo, eso no es lo que ha pasado en Cuba después de varios años de establecidas las condiciones para el experimento! Nuestros productores no producen más yuca y nuestros hoteles siguen importando yuca. ¡Pobres taínos! Creo que debemos hacernos la misma pregunta de Domingo, aquel maravilloso personaje de la televisión cubana en los años sesenta: “¿Y por qué?”
Asumiendo que nuestros agricultores todos son personas racionales, instruidas y con un coeficiente de inteligencia media normal, y que reaccionan de manera normal ante los incentivos, varias pueden ser las razones:
- Los precios que los hoteles pagan por la yuca, a pesar de haberse incrementado, siguen siendo poco estimulantes si se comparan con los de otros productos o con los de esos mismos productos en otros mercados dentro del país, el mercado agropecuario, por ejemplo.
- Los precios del producto importado siguen siendo más competitivos que los del producto nacional o la calidad del producto importado es mejor.
- Existen agentes que tienen suficiente poder de decisión y deciden importar la yuca independientemente de la relación entre los precios nacionales y los de importación.
- Existen dificultades para que los productores puedan incrementar la producción, pues hay restricciones que dificultan el acceso a insumos, tecnologías y financiamiento.
- O resulta una combinación de todas las anteriores, que es generalmente lo que ocurre en la realidad.
Lo que dice la noticia del periódico Invasor es que los productores de esa provincia alegan dificultades de transportación, alto costo del combustible y exigencias de calidad de las personas encargadas en los hoteles que rebasan las posibilidades de los campesinos.
Lo más difícil entonces es introducir mejoras para que los productores alcancen aquellas condiciones. ¿Es tan difícil hacerlo? Creo que no.
Una vía podría ser que los propios productores con sus esfuerzos mejoren sus condiciones, algo que pueden lograr con recursos propios o a través de un crédito bancario.
Otra posibilidad es que la banca cubana se percate de que es posible generar un buen negocio a partir de esas necesidades y de forma proactiva induzca a los productores a usar créditos para mejorar sus condiciones de producción.
Pero hay más: el sistema turístico cubano, que es propiedad de todo el pueblo, asume una posición activa y genera a partir de sus propias entidades financieras un financiamiento específico en condiciones blandas para que los agricultores cubanos puedan alcanzar los estándares de producción y calidad que el servicio hotelero exige, y que será pagado por los agricultores con cargo a la venta de sus productos.
Encuentro otra alternativa: los productores se unen voluntariamente, crean una empresa cooperativa (¿de segundo grado?) y con fondos colectivos compran los equipos y medios necesarios para satisfacer la demanda.
No se acaban las opciones. Una cooperativa extranjera, la misma que ya está vendiendo la yuca a los importadores cubanos, por ese espíritu solidario cooperativo que la define y sobre la base de cobrar una pequeña regalía, les transfiere a estos productores cubanos los equipos necesarios para que incrementen y mejoren su producción ¿Podrían ellos importarlos, o recibirlos en donación sin los actuales trámites que convierten una donación en un viacrucis?
Los fondos internacionales que existen hoy para el desarrollo de producciones ecológicas pueden ser otra de las alternativas.
Los proyectos de agricultura de conservación, de comercio justo, etcétera… aquí cuentan con varias ventajas, sobre todo por la reducción drástica del uso de químicos que implican. Debido primero al “Período Especial” y después a las restricciones financieras que han limitado la posibilidad de la importación de estos recursos, los agricultores cubanos son grandes productores agroecológicos, aunque no todos lo sepan. El mercado turístico es un gran consumidor de estos productos.
Para no cansarlos, podemos barajar otra alternativa para facilitar el mejoramiento de la producción nacional de yuca. Atendiendo al incremento esperado del turismo en los próximos años y al impacto que tendrá en la demanda de productos frescos de la agricultura, se crea una institución financiera específica para el fomento de la producción agrícola a la cual acceden los productores de forma voluntaria.
Los fondos de esa institución se generan a partir de entidades, empresas estatales cubanas, micro, pequeños y medianos empresarios cubanos y cooperativas y también empresas extranjeras interesadas que perciben que es posible obtener ciertos márgenes de utilidad a partir de ese incremento de la demanda turística. ¿Será imposible hacerlo?
Nuestro sistema bancario tiene hoy recursos suficientes para estimular este tipo de proyectos y de alguna manera lo hace, pero lamentablemente permanecen prejuicios en otras entidades y organizaciones necesarias para completar la actividad bancaria, que siguen atando la expansión de las “fuerzas productivas”.
En Cuba falta visión de sistema o mejor aún, faltan esas regulaciones que hagan que todas las entidades involucradas funcionen como un sistema, en el mismo sentido y en la misma dirección.
La otra cara del asunto está en las regulaciones existentes para que a partir de esos fondos creados, nuestros agricultores puedan acceder a los bienes necesarios para incrementar sus producciones de forma ágil.
La centralización de las importaciones y el exceso de discrecionalidad en las decisiones, se convierten en barreras a veces infranqueables. Contemos también la ausencia de ese ya más que demandado mercado mayorista.
En realidad posibilidades hay muchas, el problema fundamental, a mi juicio, es que nos falta esa necesaria flexibilidad institucional, ese dinamismo que nuestra economía necesita hoy, esa coherencia agregada de las políticas económicas que es imprescindible si queremos incentivar la producción y la exportación
Nuestro país está a las puertas de grandes oportunidades. Hoy, con todo el derecho del mundo, reclamamos al presidente Obama que permita la exportación de productos cubanos, sin restricciones, al mercado norteamericano. Es uno de los mercados mas regulados del mundo, en especial para los productos agrícolas, con restricciones arancelarias y no arancelarias. Debemos aprender desde ya para exportar a ese mercado.
El turismo, nuestros polos, pueden ser la primera oportunidad, en especial para el aprendizaje, pues no se exporta lo que el productor quiere, sino lo que el Importador necesita y demanda. El aprendizaje no es solamente en aquella parte de la cadena que directamente produce y beneficia los productos, es también en las instituciones (regulaciones, reglas, etc.) que se necesitan para dar la respuesta adecuada y rápida a cualquier demanda.
Existen algunas experiencias exitosas, generadas desde la inteligencia nacional, con una enorme cuota de conocimiento, amor y entusiasmo. Suficiente instrucción y conocimiento existe en nuestro país y sobran las ganas de emprender negocios que ayuden a alcanzar la prosperidad deseada, la colectiva y la individual.
Este gran ómnibus que es el país parece tener una ruta, un conductor colectivo y un destino compartido. Es hora de sumar. Qué bien nos iría si la indicación de “avanzar hacia atrás” fuera solo aplicable al transporte urbano.
Hola, estoy buscando contactos en agro. Contactarme. Gracias
Genial! Sinceramente lo mejor que leo en esta revista en bastante tiempo. Quizas alguien ya habia hecho un analisis como este, quizas hasta puede que las soluciones aqui propuestas no sean las mejores, pero tiene bastante tela por donde cortar. Ahora pienso que el problema no acaba aqui, lo que sigue seria: Como hacer para que estas ideas salgan de la universidad y lleguen a donde hace falta: el campo, el hotel y los decisores?? Acaso ese otro problema de para otro analisis similar al del articulo
Dr, brillante su artículo. Gracias. Yo añado un componente en el rosario de trabas: el miedo. El miedo de personas con poder de decisión y con alto status de vida a tomar una decisión que no agrade a otros de alto status de vida y pierdan el de ellos. Y entonces, es mejor que sean esos otros los que se arriesguen a tomar decisiones. Total, nada va a cambiar y así estamos “bien”. Es un conformismo moderno, no sé si socialista o lo que sea. Lenin, en la década del 20 del siglo pasado tuvo que cambiar su política con los campesinos y permitirles hasta exportar descentralizadamente sus productos. Entonces fue que apareció el trigo y la “kartóchca” (papa en ruso). Si el gerente de un hotel tiene sus comodidades, se mueve en un auto TUR y puede importar los alimentos, ¿Ud cree que se va a poner a inventar nuevos métodos para incentivar la agricultura cubana? Ni por asomo. Tiene su vida resuelta y la agricultura cubana: bien, gracias. Y ya que estamos en los hoteles, para que funcionen deben importar desde el palo de escoba, detergente, sábanas, copas, cortinas, uniformes de empleados, aromatizantes, hasta zanahoria congelada, papas prefritas, guisantes, maiz dulce, carnes, vinos, cake y dulces finos (Si, no se asombren), flores, bombillos, interruptores, en fin….. No es un forúnculo en el cuerpo, es un mal sistémico.
A estas alturas el gobierno debería de poner a Triana como Ministro de Economía. ¿Por qué no? Vayan ustedes a saber, a lo mejor la economía tiene que ver con el sentido común.
Cuba debe empezar a crear otros rubros exportables diferentes a los que tiene actualmente, o seguiremos siendo dependientes de turismo, niquel, tabaco y ron. Ni siquiera podemos decir que tengamos una industria niquelifera propia (siempre hemos dependido de tecnología importada (no importa de donde), pero importada). Con la salvedad de la biotecnología. La agricultura actualmente ni puede soñar con exportar, está bien maltrecha y no suple las necesidades nacionales. Además para exportar debe producir y competir ventajosamente con las economías (mayormente agricultoras y mas eficientes) de los países del area. La tienen difícil los campesinos ahí. Queda ponernos a mover las neuronas para hallar rubros exportables de los que poder vivir sin convertirnos en maquiladoras de las grandes trasnacionales. Si de algo siempre estamos alardeando es del gran capital humano que tenemos, pero en la concreta no se nota mucho.
Profesor mis felicitaciones,lo descubri por casualidad,en una de esas conferencias,que daba para una empresa de software,y otra a un grupo del Minint, facil de encontrar en youtube,claro para el resto del mundo, de acuerdo con algun forista, estoy seguro,que usted seria la persona indicada , o al menos algunas de ellas, para dirigir la economia cubana,o al frente del grupo que atiende la implementacion de los lineamientos economicos, pero claro, para eso haria falta, liberar las mentes de aquellos,que realmente tienen el poder, los pensamientos obsoletos, los individuos que tenemos muchos,que les conviene esa graciosa y dolorosa frase ¨por favor vamos a avanzar hacia atras¨, pues no desean, la liberacion de las fuerzas productivas, la independencia economica, que hasta cierto limite permite la independencia de pensamiento, y eso sin dudas es unos de los peores miedos que muchos tienen, pero en fin, algun dia llegaremos a ese pais que todos queremos, que combine la justicia social, con la libertad plena del hombre
Buen artículo, como casi todos los de Triana. Profe: yo le sugeriría que enviara el link de este artículo a los involucrados en el caso, dígase Ministerio de la Agricultura(o instancias inferiores), Ministerio del Turismo(o instancias inferiores) y cooperativas, o hacérselos llegar de alguna forma, y si son inteligentes de seguro podrían sacarle algo útil.
Triana y Omar Everleny. Qué afortunado soy al decir que ambos fueron profesores míos. Sin duda de lo mejor que existe en Cuba en cuanto a teoría económica se refiere.
No hay que seguir dándole vueltas al asunto, seamos sinceros, el sistema económico es ineficiente y debe ser sustituido, de hecho, hay dos chistes que lo ejemplifica: si a los que dirigen la economía de Cuba les dan a administrar el desierto de Sahara, éste se queda sin arena en un año y si hay tanto marabú es porque no existe una empresa estatal que tenga como objeto social producir marabú. Muy bueno el artículo, gracias Triana, gracias OnCuba
Hola Triana, estoy interesada en saber más sobre los “fondos internacionales para el desarrollo de producciones ecológicas” que mencionas en tu artículo. Se sabe el monto?, en qué tipo de producciones se invierte? dónde podría acceder a esa información? Gracias de antemano. Saludos
Pues del tema hablaba yo hace un tiempo con un amigo de Camagüey que me contaba que cuando salieron los lineamientos en una reunión con las cooperativas, la anap y el pcc el planteo la duda de si en el nuevo contexto podía venderle directo al hotel y le dijeron rotundamente que no que eso no estaba autorizado que si había que pedir permisos que si patatín que si patatán el riposto diciendo que aunque el era un guajiro bruto eso es lo que había dicho muy claro Raúl en el discurso y le dijeron que no que los permisos no estaban que se estaba estudiando cómo hacerlo , en fin lo mismo de siempre. El problema es que el estado es el ancla que mantiene a la economía en el fondo de la fosa de las marianas.