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El día de Yudelyn comienza temprano. A las ocho llega a la casa de Nelsy, le prepara el baño y el desayuno. Es su tercer servicio domiciliario, aunque a esas alturas también ha realizado cuidados en hospitales. El tiempo lo reparte entre otro trabajo, su familia y la rutina de cuidadora, servicio que realiza junto a Elianis y Helen en la casa de Nelsy. Entre las tres cubren las 24 horas del día.
La señora a la que cuidaba antes de Nelsy tenía demencia. “Era un poco más complicado; allí solo estuve un mes porque hay situaciones que te afectan y se convierten en un problema más”, cuenta. Sin embargo, con Nelsy es otra experiencia: se cuidan mutuamente, conversan, ven televisión y hacen las labores domésticas juntas. “Ella está sola, solo somos ella y nosotras”.
Nelsy tiene 65 años. Fue radióloga y docente durante años en el Hospital Provincial Vladimir Ilich Lenin de Holguín. Además, realizó misiones internacionalistas hasta que varias enfermedades le impidieron seguir ejerciendo y la obligaron a permanecer en su hogar. Sus hijos viven fuera de Cuba y aquí solo le queda una hermana mayor que no puede ayudarla como necesita. Fue entonces cuando la familia contactó los servicios de CuidArte con Amor, donde trabaja Yudelyn.
Cuidar, acompañar, ayudar…
En enero de 2024 surgió CuidArte con Amor S.R.L., cuando Celia del Carmen Hernández Arias, historiadora de profesión y entonces docente en la Universidad de Holguín, motivada por los alarmantes resultados de un estudio que realizó junto a colegas sobre las migraciones femeninas hacia Estados Unidos a partir de casos reales, sintió la necesidad de ayudar a los adultos mayores que se quedaban en la isla.
A la vez, comenta, quería aliviar la carga de las familias que, con preocupación, dejaban a padres y abuelos solos, muchas veces al cuidado de los nietos, en medio de la crisis económica y energética nacional.

Cuba es un país altamente envejecido; de hecho, es considerado el más envejecido de América Latina y el Caribe, con un 25,7 % de su población integrada por personas de 60 años o más. Holguín es una de las provincias más envejecidas, con más del 22 % de su población en ese rango etario y una notable disminución de la tasa de natalidad sumada a la emigración de jóvenes en edad reproductiva y laboral.
A esto se suma una esperanza de vida elevada: 76 años para los hombres y 80 para las mujeres. Según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), se prevé que hacia 2030 la población decrezca, con 100 mil habitantes menos en edades laborales, mientras los cubanos de 60 años o más aumentarán hasta representar el 30 % del total.
Por otro lado, de acuerdo con datos de la propia Onei, más de 400 mil cubanos emigraron oficialmente al extranjero entre 2020 y 2023, cifras que no consideran el flujo de emigración irregular de los últimos años. Más de 1,5 millones de cubanos residen fuera del país, principalmente en Estados Unidos, España y México.
La mayoría de los ancianos depende de su familia para subsistir. El 17,4 % vive solo, y las pensiones y ayudas sociales por enfermedad están muy lejos de cubrir el costo de los alimentos, medicamentos y gastos básicos. Por otra parte, el incremento parcial de las pensiones a partir de septiembre —que beneficia a 1 573 320 personas, el 88 % del total, según datos oficiales— sigue lejos de ser suficiente para un desenvolvimiento confortable de las personas mayores.
El aumento de jubilados recontratados, de ancianos trabajando en oficios básicos como limpieza de patios, mandados, ventas menores, etc., y de personas con conductas deambulantes son fenómenos a tener en cuenta.
Dado este escenario, Celia buscó referentes de proyectos de cuidados para mayores en Cuba y encontró a TaTamanía, la primera de este tipo, con sede en La Habana y filiales en varias provincias. “En Holguín no teníamos nada parecido”, recuerda. Así que, junto a Adrián Ludet Arévalo Salazar y Carlos Máximo Leyva Zaldívar, con quienes integra esta sociedad de la que es representante directa, exploró formas de gestión económica hasta registrarse como mipyme.

“Nos propusimos que la empresa debía destacar por humanizar los cuidados desde la sensibilidad. Esa ha sido la esencia de nuestra labor hacia un sector muy vulnerable, sensible, demandante y algo olvidado, para el cual el Estado no cuenta con los recursos suficientes”, añade.
Hoy, a más de un año y medio de su creación, CuidArte con Amor es la primera y única empresa de su tipo en la provincia. Ofrece acompañamiento y protección personalizada a familiares, en sus domicilios o en instituciones hospitalarias. Así, un sector de la población —mayormente con familia en el exterior— puede contratar servicios de atención de 24 horas, con disponibilidad de cuidadores para ancianos, enfermos y personas con discapacidad, con la finalidad de prevenir la soledad y el aislamiento, además de brindar encuentros de apoyo psicológico para cuidadores y familiares.

Emprender en el sector de los cuidados en Cuba: retos y obstáculos
Emprender en Cuba, en las actuales circunstancias económicas, es complejo: obstáculos, burocracia y un mercado laboral fluctuante. “Como es una empresa de nuevo tipo, varias personas sienten temor de dejar un trabajo estable para venir a trabajar con nosotros”, afirma Celia.
El impulso de las empresas privadas ha sido esencial para generar empleos, dinamizar sectores deprimidos y aportar nuevos bienes y servicios. A finales de marzo de este año, según la Onei, operaban en Cuba cerca de 9 550 mipymes privadas, entre las que sobresalen tres actividades: las industrias manufactureras, la construcción y los servicios de alojamiento y comida. Emprendimientos dedicados a los cuidados son pocos, y vinculados a los adultos mayores, aún menos: TaTamanía, D’Hall Cuidados y Asirte, en La Habana; Cuba Care, en Villa Clara; Pazilda, en Santiago; y CuidArte con Amor, en Holguín.
“Queremos hacer mucho, pero son muchas las trabas para lograr, por ejemplo, convenios de colaboración con instituciones estatales y profesionalizar aún más los servicios”, insiste.

“Tuvimos que perfeccionar todo porque estábamos a ciegas. Se trabaja con estrés, bajo presión, casi sin vacaciones”, enfatiza. A eso se suman los desafíos financieros para operar y el problema cambiario que distorsiona la economía, lo que impide encadenamientos o alianzas importantes entre empresas privadas y estatales.
A pesar de este panorama complejo, Celia busca crecer a través de la superación: investiga sobre cuidados y otros emprendimientos, las leyes que rigen este tipo de empresas en Cuba y marketing digital. Insiste en que “emprender implica doble sacrificio y preparación”.
Junto a su equipo ha encontrado apoyo en la Red de Emprendedores y Empresarios Holguineros, el proyecto Luna Nueva/Espacio Colaborativo, el Centro de Desarrollo Local de la Universidad de Holguín, el proyecto Mujeres sin Límites, la Dirección Municipal de Salud y la Plataforma Tecnológica de Emprendedoras Holguineras. Existe, además, una Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, que impulsa la investigación para apoyar políticas sociales desde el rigor técnico y la participación ciudadana.
“Cuando realizas alianzas, colaboras con otros y otros quieren colaborar contigo, el trabajo es más fácil. En las colaboraciones no solo hablamos de dinero, sino de un trabajo que queremos que salga bien, porque es necesario, humano y sensible. Asumimos una responsabilidad social con la comunidad. Esto se ha logrado en la Red y en Mujeres sin Límites”.

Enfocados en CuidArte…
Nelsy cuenta que desde que las “muchachas” están con ella se siente mejor y sus hijos más tranquilos. Se ríe y añade que le gusta que le cocinen nuevas recetas, disfruta de las conversaciones y de algunas travesuras de las cuidadoras.
“Es un equipo multidisciplinario que siempre está pendiente de mí y les agradezco mucho. Es una virtud que a esta edad me quieran y me cuiden como ellas lo hacen”, dice.

CuidArte con Amor cuenta con un equipo profesional que incluye la parte administrativa y de comunicación, a cargo de Celia. Los cuidadores —actualmente 14, mientras 10 se encuentran en proceso de ubicación— reciben un salario promedio de 10 460,23 pesos, superior al salario medio mensual de 6 649 pesos, según cifras oficiales del primer semestre de 2025 aportadas por la Onei. Aunque, en dependencia de la complejidad de los servicios, el salario puede aumentar.
Además, laboran en CuidArte una gestora comercial, una encargada de recursos humanos, supervisoras y un grupo de profesionales de la salud como geriatras, psicólogos, psiquiatras y enfermeras. Para optar por las plazas de cuidadores, destaca Celia, hay que ser mayor de edad y no necesariamente profesional, pero sí tener deseos de trabajar, sensibilidad y paciencia.
“Las mujeres son mayoría entre los trabajadores en la empresa. Salen de su zona de confort para emprender y ser dueñas de su economía, aunque quisiéramos incorporar más hombres”.
Para un mejor funcionamiento de CuidArte, se crean equipos por etapas, dependiendo de los servicios y para proteger la salud y estabilidad emocional de los cuidadores. A su vez, establecieron un código de ética y un reglamento disciplinario.
Para Yudelyn, esta es una experiencia retadora, sobre todo a la hora de realizar las labores hogareñas en la casa de Nelsy, porque en los servicios anteriores solo había sido acompañante. “Te enseña a interactuar, observar y conocer el entorno. Aprendemos que no se trata de imponer, sino de adaptarse a la personalidad, hábitos y necesidades”, relata.
“A las personas que contratamos —dice Celia— les decimos que, además de realizar labores domésticas, van a acompañar. El cuidado va más allá de lo que la palabra implica: no solo es estar allí, sino sacarlos de su zona de confort, pasearlos, leerles un libro, visitar familiares o propiciar que la familia vuelva a unirse. También educamos a los cuidadores para que sepan que tienen otras capacidades que pueden desarrollar”.

La Escuela para cuidadores y otros retos
A la par, Celia impulsa —junto a su equipo y la Dirección Municipal de Salud de Holguín— la Escuela para Cuidadores, con el objetivo de aportar formación y superación profesional a quienes se dedican a este sector. En la primera edición se graduaron 22 personas, y en la segunda quincena de octubre se realizará la segunda. La escuela está abierta tanto al personal profesional como a quienes no tienen capacitación previa. Todos obtienen su título como cuidadores.
Como socia de esta empresa que se consolida en la ciudad de Holguín, Celia Hernández aún tiene muchos sueños por cumplir en CuidArte con Amor: ampliar los servicios hacia otros municipios, responder a la creciente demanda de solicitudes, abrir una tienda de insumos y productos para adultos mayores y fortalecer alianzas con instituciones de Salud Pública y la Universidad de Ciencias Médicas.
Casi al final de la conversación, Yudelyn insiste en el papel de las mujeres y su naturaleza guerrera. “Vamos hacia adelante sin miedo. Ojalá este emprendimiento pudiera extenderse, porque para los ancianos tener en quién apoyarse —tanto en lo físico como en lo psicológico— es importante, y eso es algo que CuidArte con Amor prioriza”.