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El crecimiento del sector privado en Cuba, especialmente de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), está prácticamente paralizado debido a un proceso burocrático que ralentiza la aprobación de nuevos negocios, generando frustración entre potenciales emprendedores y limitando la competencia en el mercado.
“El proceso de aprobación de mipymes está prácticamente detenido”, afirmó Oniel Díaz, gerente general de Auge en declaraciones a la agencia International Press Service (IPS) con oficinas en La Habana.
Auge es una empresa privada cubana dedicada a servicios corporativos, entre ellos asesoramiento legal, que ha acompañado el crecimiento de más de 400 negocios en la isla.
“En los primeros años, desde 2021, se aprobaban alrededor de 100 mipymes semanales. Desde mayo de 2024 hasta hoy, apenas se han aprobado un puñado”, cuantificó el empresario.
Este enlentecimiento, según Díaz, genera un malestar palpable entre cientos de solicitantes que llevan meses o incluso más de un año esperando una respuesta oficial. “Esto fija un número determinado de negocios y limita la posibilidad de competir en el mercado a través de mejores precios, calidad y variedad de productos y servicios”, agregó.

Trámites congelados y descentralización incompleta
En septiembre de 2024 entró en vigor el Decreto-Ley 88, que transfirió la responsabilidad de aprobar nuevas mipymes de manos del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) a los consejos de administración municipales o gobiernos locales.
En teoría, ese cambio, que debía completarse en marzo de 2025, busca acercar la gestión a los territorios y facilitar la creación de empresas con impacto local.
Sin embargo, “la realidad es que marzo pasó y ese traspaso no se completó”, explicó Díaz.
Actualmente, solo 16 municipios de los 168 existentes en Cuba están autorizados para aprobar directamente la creación de mipymes. En el resto del país, el MEP mantiene el control, aunque ahora debe solicitar opinión a los gobiernos locales, lo que ha alargado aún más el proceso.
“Es muy difícil medir el avance cuando ya no se publican cifras oficiales con regularidad”, lamentó Díaz. “Antes el Ministerio de Economía y Planificación informaba frecuentemente sobre la aprobación de mipymes, pero eso se ha dejado de hacer”.
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Un entorno fiscal más estricto
Además de las trabas burocráticas, el sector privado enfrenta un ambiente de mayor control fiscal. En 2025, las autoridades cubanas han incrementado las inspecciones y sanciones a las actividades empresariales privadas.
Según Vladimir Regueiro, ministro de Finanzas y Precios, durante el segundo Ejercicio Nacional de Prevención y Enfrentamiento al Delito, la Corrupción, las Ilegalidades y las Indisciplinas Sociales, realizado del 24 al 29 de marzo, se ejecutaron 61659 inspecciones que derivaron en 1921 cierres temporales o definitivos de establecimientos, y se impusieron más de 36500 multas por un valor total de 131,3 millones de pesos.
Hasta noviembre de 2024, 43 mipymes fueron cerradas por irregularidades legales y contables, 41 de forma temporal y dos de manera permanente, según informó la vicejefa primera de la Oficina Nacional de Administración.
“En diciembre de 2024, el 55 % de las cuentas bancarias fiscales de mipymes tenían saldo cero, lo que indica que muchos negocios no operan formalmente”, señaló Regueiro.
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Escudo empresarial: una herramienta para orientarse en la selva burocrática
Ante este complejo panorama, Auge lanzó en junio de 2025 “El escudo empresarial”, el primer manual normativo cubano que compila y resume en 64 páginas más de 500 documentos legales relevantes para el sector no estatal.
“Es un manual ideal para quienes quieren iniciar un negocio y para los ya consolidados. Incluye qué permisos se necesitan y cómo solicitarlos, ayudando a prepararse y estar en regla”, explicó Daniel Torralbas, economista y analista de Auge, y uno de los redactores del manual.
El experto destacó que el manual llega en un contexto donde “se han disparado las inspecciones estatales a la actividad privada”.
Impacto socioeconómico de la ralentización
El estancamiento en la creación de mipymes limita la generación de empleo, la innovación y la oferta de productos y servicios en la economía cubana. Según datos oficiales, el sector no estatal representa cerca del 30% del empleo en la isla, y las mipymes son un motor clave para su crecimiento.
“El retraso en la aprobación de nuevas empresas no solo afecta a los emprendedores, sino que también dificulta la diversificación y dinamización de la economía”, señaló Díaz. “En un mercado con pocas opciones, los consumidores pierden y la economía se vuelve menos competitiva”.
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Desafíos financieros y falta de incentivos
Además de la burocracia y el control fiscal, los emprendedores enfrentan dificultades financieras. La ausencia de un mercado cambiario formal y la falta de facilidades crediticias complican el acceso a recursos para invertir y crecer.
“No hay incentivos claros como exenciones fiscales o créditos accesibles que ayuden a los negocios a despegar”, comentó Díaz.
Expertos coinciden en que para reactivar el crecimiento de las mipymes es necesario agilizar los procesos de aprobación y completar la descentralización administrativa. También es vital crear un entorno fiscal equilibrado que permita la supervisión sin asfixiar a los emprendedores.
“Debe haber transparencia y comunicación clara entre el gobierno y el sector privado”, afirmó Torralbas. “Solo así se podrá fomentar la confianza y la inversión”, agregó en el reporte de IPS.
Mientras tanto, los emprendedores cubanos continúan esperando que las promesas de reforma se traduzcan en acciones concretas que impulsen el desarrollo económico y social en la isla.