Lo que comenzó por un mero instinto de subsistencia hace 12 años, es hoy una de las más reconocidas experiencias de sostenibilidad y agroecología en Cuba.
Finca Vista Hermosa, un proyecto de desarrollo local en Guanabacoa, en las afueras de La Habana, agrupa a cuatro granjas familiares y es un referente hacia donde muchos miran si se trata de conocer sobre economía circular en el sector agropecuario.
Quienes se acercan por primera vez a la historia de este emprendimiento no sospechan que la mayoría de sus éxitos se sustentan en una técnica antiquísima, tan riesgosa como beneficiosa: el ensayo-error.
El coordinador de Finca Vista Hermosa, Raúl Relova, reconoció a OnCuba que han sido muchos los intentos hasta lograr un modelo de negocio sostenible, reconocido hasta por el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU Dongyu, en septiembre pasado, durante una visita a la granja.
En su visita a Cuba @FAODG también visitó la finca agroecológica Vista Hermosa, que forma parte de la Iniciativa #1000AldeasDigitales de la @FAO, donde remarcó la importancia de la tecnología y digitalización para acelerar la transformación de los #SistemasAgroalimentarios pic.twitter.com/ytfJl2uivG
— FAO Américas (@FAOAmericas) September 17, 2023
Relova, abogado de formación, quien fundó en 2012 esta experiencia junto con su amigo de la infancia Misael Ponce, usufructuario de la finca Vista Hermosa, explicó que encontraron en la agroecología la mejor manera de echar a andar este proyecto donde aunaron los sueños y conocimientos no solo de ellos, sino de las dos familias.
En los inicios y por casi diez años, la lógica del negocio era suplir todas las necesidades del restaurante Mediterráneo Havana, ubicado en el Vedado, también fundado por ellos. Durante la pandemia de covid-19 acudieron al delivery para mantenerse en el mercado y lograron hacer entregas a más de dos mil familias en La Habana.
Sin embargo, no volvieron a abrir el restaurante. Pero la filosofía “del campo a la mesa”, que había atraído durante todo ese periodo a visitantes estadounidenses hasta la finca para ver de dónde salían los ingredientes de los platos, le dio un nuevo significado al emprendimiento.
Cuando pudieron retomar las actividades presenciales, la finca no solo empezó a recibir a los habituales turistas, sino que el público nacional también tiene reservado un espacio en el ranchón los fines de semana.
Lecciones y certezas
Luego de 12 años emprendiendo en Vista Hermosa, Raúl ha convertido en certezas algunas de las lecciones que tuvo que aprender durante el crecimiento del negocio.
“Sostenibilidad para nosotros es ‘haz lo que puedas hacer y mantener’. Con lo que tengas. Economía circular es aprovechar todo lo que tienes y volver a incorporar lo que se desecha a lo que haces”, explica Relova, quien considera que, en ocasiones, estos términos se conceptualizan demasiado.
En Vista Hermosa llevan a la práctica esas ideas de diferentes formas. Lo mismo aprovechando los desechos para alimentar el ganado que para producir materia orgánica.
“Los cerdos criollos en la finca los alimentamos con el suero que genera la industria láctea que tenemos. No sustituye el pienso, pero incorporado a la alimentación como complemento sí ayuda muchísimo”, comenta.
Ese buen hacer motivó a otros a ser parte de este emprendimiento. Desde hace tres años otras fincas vecinas (El Jíbaro, La Prodigiosa y Vista Alegre) decidieron unirse y crearon el proyecto de desarrollo local que lleva el nombre de Vista Hermosa, que dispone de 120 hectáreas.
“De alguna manera siempre colaboramos con los vecinos, pero hacerlo de forma estructurada significa comprometer a cada uno a que tiene que ponerse en función de cumplir su parte. Se generan mecanismos de dependencia, donde si uno falla, el otro también”, asegura Raúl.
El encadenamiento aprovecha lo mejor que cada cual puede ofrecer y ha consolidado la experiencia inicial de Vista Hermosa en el manejo del ganado porcino, vacuno, caprino y bufalino y las producciones de carne, leche, huevos, hortalizas y otros cultivos con la que se garantizan los contratos y se sustenta el funcionamiento del restaurante en la finca.
Solo con el excedente
Como el resto de los productores pecuarios del país, los campesinos de Vista Hermosa deben cumplir con lo que se denomina “encargo estatal”, un plan de entrega de carne y leche al sistema agropecuario para su procesamiento por empresas estatales y posterior distribución a la población.
Tanto la producción de lácteos (queso y yogurt), comercializado bajo la marca propia Nabacoa, como la de carne destinada al consumo en la experiencia turística que ofrecen se sostiene en el excedente de las producciones.
En la actualidad las autoridades del sector les han pedido entregar más allá de lo pactado, debido al déficit de leche actual y para garantizar el consumo en hospitales y otros centros asistenciales. Esta situación ha impactado en el modelo de negocio.
“Se rompe la cadena de sostenibilidad. Si no producimos queso, no tenemos suero y al no contar con suero se impacta la crianza porcina. La actividad gastronómica se afecta muchísimo porque el cerdo es la base casi de un 30 o 40 por ciento de la oferta”, explica Raúl, quien espera retornar a la normalidad en breve.
Como proyecto de desarrollo local, Vista Hermosa también aporta un cinco por ciento de sus utilidades a un fondo gubernamental destinado a fomentar la creación de otras experiencias similares. Asisten a un centro de niños sin amparo familiar y un hogar de ancianos. Además, fomentan el amor por la tierra con un círculo de interés.
De igual forma, comparten lo que les ha salido bien y lo que no con campesinos de la zona, e incluso, de otras provincias del país. “En la medida en que nosotros ayudamos a los demás a desarrollarse podemos establecer mecanismos de colaboración y participación conjunta, donde todos crecemos”.
El futuro
Sin importar que llevan más de una década abriendo el camino para otros, el equipo de Vista Hermosa aún mantiene su asombro por lo que ha logrado. “Nunca imaginamos que íbamos a llegar hasta aquí. Pensamos en resolver un problema a nosotros mismos y ahora sabemos que se lo estamos facilitando a mucha gente, incluso, a un territorio”, comentó Relova, quien ha dedicado más de 25 años a la consultoría.
La experiencia de producción pecuaria de Finca Vista Hermosa y las cadenas productivas que ha generado serán replicadas en otras granjas de Guanabacoa, con fondos de la cooperación internacional.
Vista Hermosa también será beneficiaria de ese financiamiento, que les permitirá, entre otras inversiones, construir una nueva planta para el procesamiento de leche y fabricación de quesos, la cual duplicará el volumen que consiguen producir en la actualidad.
Otras de las metas a corto y mediano plazo son un mayor empleo de fuentes renovables de energía, perfeccionar el manejo de residuos, así como mejorar las producciones agropecuarias y de alimento animal. También prevén ampliar el turismo agroecológico.
Los sueños de dos familias, unidas por la amistad y el amor por su terruño, han ido tomando forma en un negocio innovador, sostenible y colaborativo. Vista Hermosa es un ejemplo de que, bajo el enfoque de economía circular, es posible producir alimentos, con menor impacto ambiental y beneficios económicos.
Muy interesante, me preocupa que nuestro ineficiente estado termine ahogando a estos emprendedores con sus exigencias.
No son exigencias, se les pide un aporte que pueden cumplir. Además de que se benefician de proyectos que lo logran porque el estado lo permite y apoya.
Bendiciones para ellos