Aunque no llega al escenario crítico que sufren el resto de las provincias cubanas, La Habana también se siente los despiadados apagones que resultan de una interminable crisis energética en la isla.
En medio de una situación catalogada como “de extrema contingencia” —en la que, incluso, días atrás se estableció un récord negativo de afectación de 1936 MW—, las autoridades se han visto obligadas a establecer un “cambio de estrategia” en la programación de los cortes eléctricos en la capital, de acuerdo con el periódico Tribuna de La Habana
Según explicó al medio Joel Aguilera Rodríguez, jefe del Despacho Provincial de Carga de la empresa eléctrica habanera, en el actual contexto energético “se han tenido que afectar dos bloques al unísono, en el horario de 10 de la mañana a la medianoche”.
Ello también ha sido necesario durante la madrugada, con apagones de dos horas, aunque muchos habaneros se han quejado en las redes sociales de que el tiempo sin electricidad suele ser mayor, y también de haber sufrido más de un corte del servicio.
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En sus explicaciones, Aguilera Rodríguez admitió que “en ocasiones” se ha adelantado la hora de inicio de la afectación de algunos bloques, hecho generalmente asociado a alguna de las reiteradas averías que han venido sufriendo las unidades generadoras en Cuba.
Sin embargo, el jefe del Despacho Provincial de Carga dijo que en esos casos “se trata de restablecer el servicio a las cuatro horas para no extender el período de las afectaciones”, aunque nuevamente los testimonios de no pocos internautas contradicen esa afirmación.
Por demás, el funcionario confirmó que solo menos de la mitad de los circuitos habaneros están incluidos en los cinco bloques que sufren apagones —112 de 285—, lo que lógicamente obliga a sobrecargar a una parte de la población para cumplir con las exigencias del Despacho Nacional.
El resto de los circuitos, dijo, “se mantiene con servicio porque actúan como estabilizadoras del SEN ante la salida imprevista de alguna de las unidades generadoras, o porque garantizan el servicio a centros de la Salud, fuentes de abasto de agua, y a otros centros vitales”.
De igual forma, “se protegen los sistemas soterrados de electricidad —como los de La Habana Vieja—, porque no están diseñados para interrupciones extensas y continúas del servicio, a diferencia de las líneas aéreas”.
Finalmente, Aguilera Rodríguez aseguró que el objetivo de la entidad que dirige es “cumplir con la programación diseñada para la semana”, pero dejó claro que “esta pueda sufrir cambios por las afectaciones imprevistas”, tal como ha venido sucediendo ya con asiduidad.
La prolongada crisis energética en la isla, que se extiende ya por varios años, ha empeorado a lo largo de 2025, a pesar de los planes y medidas —hasta ahora infectivos— de las autoridades para intentar reducir los apagones.
En ese contexto, los cortes se han venido extendiendo por más de 20 horas —e, incluso, por más de un día—, en distintas localidades cubanas y con más fuerza en los municipios; mientras La Habana —que en años anteriores apenas era afectada de manera limitada— ha visto arreciar las afectaciones en la medida en que se resiente la deficitaria generación y crece la demanda.