La Inversión Extranjera Directa en Cuba: un aporte al desarrollo nacional

Las autoridades deben acelerar el ritmo de aprobaciones, toda vez que hoy las cifras de inversión concreta resultan insuficientes.

Mariel. Foto: Progreso Semanal.

Está más que demostrado lo que ha significado para la Cuba posterior a los 90 el aporte de los capitales extranjeros. En primer lugar, en el turismo, pero también en la minería, el petróleo, las bebidas y los alimentos.

Sin embargo, el proceso de inversión extranjera no ha sido lineal en lo referido a los hacedores de política. Se podría decir que en una etapa inicial fue considerada un mal necesario (“no teníamos más opciones”), que después se consideró un complemento a los esfuerzos nacionales y últimamente que resulta vital para el desarrollo del país.

La Inversión Extranjera Directa y el ordenamiento

No voy a referirme a cada una de esas etapas en detalle, pero diría que los capitales externos han sido más que vitales para el desarrollo turístico cubano, ya sea por su aporte en las construcciones de las instalaciones hoteleras o en los contratos de administración. Tener decenas de contratos de administración hotelera con reconocidas firmas españolas —sobre todo con Meliá Hoteles e Iberostar, entre otras— ha podido garantizar elevados niveles de ocupación de esas instalaciones, no solo en hoteles de sol y playa, sino también en espacios urbanos.

No cometería error alguno al decir que sin la empresa mexicana CITEL al principio y la empresa STET italiana después, ETECSA estaría más rezagada aún: fueron millones de dólares en inversiones iniciales con capital de esas entidades destinado a comprar plantas telefónicas digitales e infraestructura de transporte, entre otras cosas. Todo ello en pleno Período Especial y con una falta de liquidez muy alta.

Lo mismo sucede con el níquel: más del 50% de su producción y exportación ha estado a cargo de la empresa mixta Sherrit SA. O con la exportación del 100 % de tabaco Premium mediante Habanos S.A. O con la exportación del ron Havana Club por parte de la empresa Pernod Ricard, entre otras empresas importantes.

Aunque parezca poca, la inversión de esas empresas extranjeras en la formación bruta de capital fijo en relación con la formación total del país en el año 2020 alcanzó la cifra de 5.4 %; en otros años su aporte fue mayor. También en 2020, entre las principales exportaciones de bienes y servicios del país, el aporte de la inversión extranjera fue de un 20% con respecto a las exportaciones totales de bienes y servicios.

Cuba por agilizar trámites para la inversión extranjera

Si se relaciona solo con las exportaciones de bienes cubanos, veríamos que en 2017 ocuparon el 62% de las exportaciones totales. Pero en 2020 llegaron a ser la totalidad de las exportaciones de bienes, con un 98.7%. Este dato corrobora que no solo es necesaria la inversión extranjera, sino también que las exportaciones de bienes solo han sido posibles debido a la presencia de esos mismos capitales.

Se trata, a la vez, de un indicador: hay que romper la inercia y las trabas que aún persisten en la aprobación de la inversión extranjera. Y cambiar la concepción de que los negocios son más factibles en la medida en que las empresas sean más grandes. Con la creación de las Mipymes cubanas hay una nueva posibilidad de establecer empresas mixtas entre una empresa extranjera y una empresa jurídica cubana no estatal de las recién creadas.

Diseñada para servir de puntero al resto de los negocios aprobados en el país, a mi entender la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZDEM) ha estado estancada. No se han obtenido los resultados productivos esperados, debido a múltiples factores sobre los que ahora no voy a profundizar. Pero, sin dudas, uno ha sido la lentitud en el proceso constructivo de los negocios aprobados, junto a la falta de materiales de la construcción y la calificación del personal.

Según el sitio oficial de la ZDEM, en 2021 hay 18 empresas en proceso constructivo. Una tiene seis años en construcción; más de tres empresas, cinco. Y el grupo mayoritario demora, como promedio, alrededor de cuatro años .

Si se compara con 2018, se puede apreciar el gran atraso. Ese año estaban en proceso inversionista 26 empresas. Esto significa que, como promedio, se han terminado menos de tres empresas por año.

Existiendo en operaciones 24 empresas al cierre del 2021, algunas de prestación de servicios o de logística, la minoría está en la producción de bienes: solo 6. Dada la situación económica del país, es lo que más se necesita.

De acuerdo con las máximas autoridades cubanas, todo sugiere que se va a producir una mayor atención a esta área de capitales externos. En La inversión extranjera en Cuba, la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) acaba de informar que existen 318 negocios con capital extranjero, cifras muy por encima del mínimo a que llegaron estas empresas en 2008: apenas 211 empresas, pero aun distante del año 2002, cuando estaban funcionando 403 negocios con capitales extranjeros.

Gráfico 1: Asociaciones con capital extranjero en Cuba

Fuente: Elaboración propia en base a Anuarios Estadísticos de Cuba, ONEI (varios años) y Carpeta de Oportunidades de Negocios, del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión.

En resumen, si bien las cifras muestran una ascendencia positiva en el número de negocios, las autoridades deben acelerar el ritmo de aprobaciones, toda vez que hoy las cifras de inversión concreta resultan insuficientes. Se han visto los resultados positivos para las exportaciones de este tipo de empresas.

Existen disposiciones y estructuras que complejizan el proceso, entre ellas la agencia empleadora, entidad puente entre el trabajador y el inversionista, sumada a otros factores negativos.

El Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba (Mincex) aseguró que en 2020 consiguió inversiones foráneas por más de 2.000 millones de dólares; es decir, capital comprometido no invertido mediante 30 nuevos negocios autorizados. Pero en 2019 el capital comprometido no superó los 1.500 millones de dólares.

Alto y claro: estamos frente a una economía que debe invertir no menos de 2.500 millones de dólares anuales provenientes del exterior y otro grupo importante de recursos nacionales. Cuba aspira a tener entre el 25 y el 30 % de la inversión extranjera en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), lo cual le permitiría crecer a tasas superiores al 5 %.

Cuba lejos de sus necesidades de inversión extranjera

Hay que superar los años de decrecimiento de la economía nacional, y en esto desempeñan un papel vital los capitales externos. Ya se ha dicho y repetido que la Isla no tiene los recursos financieros internos necesarios para evitar la descapitalización de las empresas cubanas.

En octubre de 2021, el primer ministro Manuel Marrero expresó: “Hay que ser más proactivos y audaces”, ya que no se ha logrado atraer en la magnitud requerida el capital que se necesita para reactivar la economía. Hay que reflexionar sobre las causas que impiden llevar a feliz término los proyectos de inversiones en el país. “¿Vamos a esperar a que se levante el bloqueo?”, preguntó para luego enfatizar: “Tenemos que seguir adelante y desarrollarnos por nosotros mismos”. Y eso incluye, afirmó, a la inversión extranjera. No deben dilatarse esos procesos. Se necesita estimular y sumar en lugar de poner trabas.

Finalmente, dijo: “Se impone una transformación total en los modos de hacer las cosas; hay que escuchar todas las propuestas siempre que no atenten contra la soberanía y los principios del país, y hay que salir a la búsqueda de nuevos negocios, ser más proactivos. Ese cambio en los modos de analizar y de hacer, es hoy una necesidad impostergable”.

Los máximos niveles de dirección están conscientes de la necesidad de atraer inversión extranjera. Pero en la práctica aún persiste la mano de una burocracia que lo frena: la cantidad de aprobaciones nuevas así lo atestigua. Falta alineación de todas las entidades que participan en el proceso de aprobación, entre ellas las instituciones que deciden a niveles superiores al Mincex.

Todo indica que a pesar de la Ventanilla Única 1, creada por el Ministerio de Comercio Exterior para atender a las propuestas de inversión que se reciban, es preciso dar un vuelco a la velocidad de aprobación. Lo curioso, repito, es que las máximas autoridades exhortan a eliminar las trabas. Entonces sobreviene la pregunta: ¿quién traba lo que hay que destrabar?

La respuesta está en definir a los que traban para quitar a los que traban.

 

Nota:

1 La Ventanilla Única es un sistema de gestión de contenidos que permite documentar y publicar en línea los diferentes procedimientos para realizar trámites relacionados con el comercio exterior. Su objetivo es facilitar las diligencias de los empresarios cubanos y extranjeros que realizan operaciones de compraventa.

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