Dos campesinos cubanos fueron víctimas de una trama burocrática por la cual no han recibido el grueso de los ingresos pactados en el contrato que ambos firmaron con una empresa estatal de Guantánamo, por sus cosechas de mango.
Se trata de Isaías Méndez y Ramiro Cobas, asociados a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Mariana Grajales, de Guaibanó, quienes suscribieron el convenio legal con la unidad empresarial de base (UEB) Valle de Caujerí, de la Empresa de Conservas de Vegetales, para la compra del mango colectado en la campaña de 2022.
Rubricado por las partes, el documento estableció que el productor recibiría 300 pesos cubanos y 90 en MLC (moneda libremente convertible) por cada tonelada de mango entregada a la industria, de acuerdo con el diario Granma.
Igualmente, dejó establecido como obligación del cliente, en este caso la empresa Conservas de Vegetales Valle de Caujerí, pagar los precios acordados en el contrato, precisa el medio.
Para sorpresa de los productores, en el momento de efectuar el cobro fueron advertidos de que solo 20 % de la fruta entregada sería pagada en MLC.
“Después de que se hizo el contrato, llegó un procedimiento (de la Empresa Nacional de Conservas) indicando cambios en el pago del mango”, explicó Eblis Hernández Méndez, jefe del Grupo Financiero Contable en la Empresa filial de Conservas de Vegetales Valle de Caujerí.
Preguntas sin respuestas
Según las pesquisas emprendidas por Granma, el procedimiento que reducía el porcentaje de la cosecha a pagar en divisas databa de octubre de 2021, cinco meses antes de la firma del contrato establecido para los finqueros Méndez y Cobas.
“Si a la hora de suscribir el contrato ya el “procedimiento” existía, ¿por qué en la empresa se intenta ocultarlo? Si la entidad consideraba legalmente válido el documento en el que ahora se ampara y, si además, de antemano, lo tenía en su poder, ¿por qué no lo tuvo en cuenta, desde el inicio para establecer los términos de pago, de mutuo acuerdo con la contraparte?”, pregunta el rotativo del Partido Comunista.
De acuerdo con Yuneisy García Rodríguez, directora en funciones de la UEB Valle de Caujerí, el rediseño del pago por la cosecha de mangos se les hizo llegar a los finqueros mediante reuniones con las diferentes formas productivas, pero tales comunicados fueron verbales y no documentales.
Sin embargo, las presuntas nuevas cláusulas que indicaban pagar solo 20% en MLC no estaban dirigidas a la industria del Valle de Caujerí y además, no contenían indicación alguna.
El destinatario de la propuesta era el Grupo Agrícola del Ministerio de la Agricultura, al cual se le sugería pagar en MLC solo 20 % del mango y 40 % del tomate que recepcionara la industria.
Privilegios de última hora para el tomate
“Se trata de una sugerencia, no más. Aun así, hoy se usa como algo definitivo para justificar un proceder arbitrario”, sostuvo Granma.
Pero hay más. El tomate debió ser pagado de acuerdo con el recorte propuesto, es decir, solo 40 % de su total en MLC, lo que resultó totalmente ignorado, pues la empresa honró la compra de la totalidad del cítrico a 150 MLC la tonelada.
Según argumentó Javier Córdoba, jefe del Grupo de Abastecimiento Técnico Material de la empresa, esa cantidad fue derogada porque “el país le asignó respaldo en divisa (al tomate)”.
¿Triquiñuelas empresariales?
“Yo no sé si en ese disparate habrá triquiñuelas”, dijo Ramiro Cobas al periódico y se quejó de todavía le deben más de 2 mil 500 de los 3 mil 150 MLC “que me pertenecen por el mango entregado”.
Incluso denuncia que en varias ocasiones la industria se ha mostrado reacia a “ firmar un documento que necesito para demandar a la empresa”.
“Engañado me siento, sí . Impusieron los cambios y ahora tratan de convencernos. ¿Por qué no lo supimos a tiempo?”, se preguntó, por su parte, Isaías Méndez.
“Esos mangos no me los encontré, tuve que cosecharlos con mucho esfuerzo, que nadie juegue con eso”, advirtió.