Entre las mejores noticias del recién concluido séptimo Congreso del Partido resaltó la decisión de discutir con una cantidad mayor de personas el documento que definirá el modelo económico y social del país. Era una decisión fundamental pues el país lo construimos todos, y a todos nos pertenece.
La experiencia anterior de generación de un consenso en torno a un programa del Partido (vivida en la discusión de los Lineamientos de 2011) servía de base para esta decisión, porque en aquella ocasión, gracias al concurso de la opinión popular, más del 50 por ciento del documento original fue transformado.
Cuba está entrando en una etapa decisiva del proceso de transformaciones iniciado años atrás. Decisiva por muchas razones: por un nuevo y complejo contexto internacional, con oportunidades y amenazas; porque en los cinco años mediados entre un Congreso y otro el país ha cambiado significativamente; porque los cambios generados exigen otros nuevos cada vez serán más complejos. No queda de otra, es así y tendrá que ser así.
El primero de todos los cambios es, al menos desde mi perspectiva, también el más importante. A diferencia de cinco años atrás ahora existe una especie de columna vertebral de la transformación futura, que tiene en la visión de país (una economía “socialista, sostenible y próspera”) la meta principal, y en los ejes estratégicos y los objetivos estratégicos los aspectos/ instrumentos/ recursos principales para alcanzarlo.
El carácter estratégico de los diferentes sectores estará determinado por cómo estos contribuyen con los ejes y objetivos, no es por lo tanto una suma de partes, sino un ejercicio integrador. Todo ello debe converger en un plan de desarrollo hasta el año 2030, plan que aun no ha sido diseñado en detalles.
Pero quizás el ejercicio más difícil en el futuro cercano esté en lograr el equilibrio necesario entre el desarrollo de formas estatales y no estatales (privadas y cooperativas).
Si la empresa estatal debe ser el motor de la economía nacional entonces habrá que lograr que sean empresas, que su dinámica sea la que una empresa debe tener, que tengan los rangos de libertad necesarios para responder de forma ágil a las oportunidades y a las demandas existentes. Hay que lograr que nuestros empresarios sean empresarios, pero también hay que dejarlos ser empresarios.
Hay que lograr que la innovación se convierta en una de los motores de esa empresa estatal. Hoy lamentablemente no lo es. El sapiens cubanensis aún no logra aplicar a plenitud sus “genes” innovadores y luego, cuando los aplica y obtiene resultados, siente que los incentivos asociados no son totalmente efectivos.
También tenemos que lograr que las empresas compitan entre ellas por los mercados existentes y que cuando haga falta, puedan nacer nuevas empresas sin un “trabajo de parto” tan largo y doloroso como en los días presentes.
Además, deberíamos lograr que aquellas empresas que no puedan ser eficientes puedan ser disueltas y reabsorbidas de “forma natural”, sin demoras que alargan una agonía que afecta a todos.
A todos, porque las empresas estatales son todas “del pueblo cubano” y cuando hay que “apoyar” financieramente a alguna que no es eficiente, ese apoyo sale de los bolsillos de todos nosotros.
Mirémoslo de otro manera. Un sistema estatal fuerte y dinámico no sólo será decisivo para alcanzar altas tasas de crecimiento, sino que también debe convertirse en una gran fuente de demanda, para otras empresas estatales, y también para todo ese otro sector no estatal que deberá crecer y evolucionar junto con toda la economía.
Sin embargo, desde mi perspectiva, todavía ese sistema estatal es demasiado grande, abarca muchas veces elementos no decisivos, se desgasta en gestionar muchos “medios de producción no fundamentales”. Por ejemplo, todavía hoy miles de cafeterías estatales siguen siendo gestionadas por formas estatales y el sistema de comercio, todo, incluyendo las imprescindibles bodegas de barrio, sigue siendo gestionado también por entidades estatales.
Todos los recursos que el Estado debe emplear en mantener funcionando esas entidades podrían ser utilizados en otros sectores. ¿Acaso no es preferible en vez de gastar en manteles para restaurantes que apenas venden, utilizar ese dinero en sábanas para hospitales, por ejemplo?
Todo el sistema de tiendas recaudadoras de divisas sigue siendo gestionado de forma estatal, pero hago esta pregunta: ¿es necesario? ¿No puede el Estado participar como dueño o accionista y dejar que la gestión pase a otras manos?
Son todos retos, algunos de ellos de dimensiones sin precedentes. Decidir cuáles serán los medios de producción fundamentales es mucho más que un ejercicio teórico.
Diseñar los sistemas regulatorios (incentivos incluidos) para que toda la economía de conjunto avance es también otro de los grandes retos para permitir el despegue de lo que se continúa definiendo como el actor principal del entramado económico: la empresa estatal.
Mientras tanto, en otra parte podemos ubicar todo el sector no estatal.
Desde el salario de los trabajadores hasta el régimen tributario, se encuentra aquí un reto mayor. De una parte tenemos y tendremos un gran sector estatal que debe seguir generando la mayoría del empleo, pero a su lado, el sector no estatal debe crecer sostenidamente en el futuro. En ese sector también tenemos empleadores y empleados y desde la perspectiva de los ingresos (salarios y beneficios) las diferencias con el sector estatal son significativas.
Si se desea que el sector no estatal no sea solamente, ni preferiblemente, un sector de subsistencia, si en nuestra concepción de país ese sector debe jugar un rol complementario en términos de tamaño pero también importante en términos de transformación productiva y de generación de empleo calificado, entonces, entonces debemos mirarlo y pensarlo de otra forma.
Lo que resulta ya hoy una verdad demostrada es que en algunos sectores de la economía su rol es cada vez mayor y su desempeño, a pesar de las limitaciones (sospechas y resquemores) que aún deben enfrentar, es cada vez más importante e incluso me atrevería a decir que decisivo.
Restaurantes y cafeterías privados o cooperativos, contratistas y cooperativas de la construcción son buenos ejemplos. Pero también es cierto que sólo con restaurantes y cafeterías no se alcanza el impulso necesario, menos aún el deseado. ¿Por qué no expandirlo a otros oficios y tipos de negocios?
Hoy cuando ya hablamos de micro, pequeñas y medianas empresas en nuestro país, cabe pensar en los espacios nuevos que ellas deberán ocupar. En el mundo contemporáneo ocupan un lugar importante en la generación de empleo, en algunos países, en especial subdesarrollados, están confinadas a economías de subsistencia y a generar empleo precario.
En otros países se han diseñado políticas específicas que le han permitido a las también llamadas PyMES generar procesos dinamizadores de la economía, por su capacidad de innovación y su ubicación adecuada dentro de cadenas de valor (en productos y servicios). Se han convertido en parte decisiva del proceso de mejora de en esos países, contribuyendo a mejorar también el bienestar de las poblaciones respectivas.
Ese debe ser el destino de la pequeña y mediana empresa cubana. El proceso de transformaciones que Cuba deberá transitar. Lo requiere por varias razones que van desde el grado de calificación de nuestra población hasta el hecho real de que muchas veces resulta más conveniente estimular el nacimiento y crecimiento de estas empresas como el primer paso para el desarrollo de futuros bienes y servicios de importancia, reduciendo los costos totales.
Desde mi perspectiva, una de las ideas que ha presidido el proceso de transformaciones iniciado hace ya más de cinco años ha sido el de estimular esa integración. Cierto que aun se está lejos de esa meta, obstáculos han existido y muchos, resistencia a esos cambios también. Pero hay que seguir adelante.
Hace dos días,vi un vídeo en internet donde ud daba una conferencia a oficiales del minnt sobre la importancia de que las personas tuvieran acceso a internet,sobre todo en sus casas ,eso fue en el 2013,después de Eso comenzaron a multiplicarse los sitios wifi, esperemos que pronto sea en las casa como dijo ud en esa conferencia,referente a lo que ud escribe hoy en su articulo me parece logico ,vamos a ver si le hacen caso también , jajajjaaj,creo que el gobierno debe descentralizar mas,y tener el control solo de los puntos claves de la economia y de algunos servicios ,salud ,educacion, etc ,lo otro por favor dejarlo en manos privadas.soy medico estuve 6 años trabajando en venezuela cuando estaba el difunto presidente CHAVEZque en paz descanse, y alli era así,el gobierno controlaba pdvsa que era el caballo de batalla de la economía,y algunos otros servicios , otras cosas de no tanta importancia, en manos privadas , comercio ,etc, y no había ese asedio que tienen aquí con los cuentapropistas,que hay mas inspectores ahorita que trabajadores por cuenta propia y al final no resuelven nada , y se convierte ese cuerpo de inspectores en un antro de corrupcion
GRACIAS PROFE COMO SIEMPRE ,ACLARANDO Y APORTANDO IDEAS,SERA QUE LA MAXIMA DIRECCON DEL PAIS YA ALGO MAYOR ESTARA PREPARADA PARA ESAS REALIDADES,….ME PREGUNTO SIEMPRE…ESCUCHO LAS OPINIONES DE MACHADO VENTURAS Y ME DAN DESEOS DE LLORAR,AMO MI PAIS COMO TDO Y DESEO LO MEJOR PARA TODOS POR QUE NO DAR MAS OPORTUNIDAD A ESAS IDEAS FRESCA COMO EL PROFE RENOVADORAS
Realmente no se si reirme o llorar,economía socialista,sostenible y próspera,eso no existe ni existirá,y cuales son los objetivos estratégicos,recuperar los centrales la ganadería,los cítricos el cafe,recuperar lo mismo que el estado destruyó,buena suerte.
Celia,el estado controla PDVS y Sidor,hoy las dos son un desastre con grandes pérdidas económica y deudas al igual que Agropatria que fue expropiado.
Yo veo privados especialmente en los servicios y agricultura con limites de crecimiento para evitar enriquizimiento
desmedido,coperativas y el estado con los principales medios de producion y dandole a las empresas autonomia
y control financiero,las Pymes no las veo como alternativas en Cuba y la demora depende del tiempo que sea
capaz el pueblo de asimilar todo esto.
Yo lo que no entiendo es ese rechazo al enriquecimiento. Lo importante es promover que la gente se haga rica, cuanto mas ricos mejor y luego, con una legislacion correcta y justa garantizar que esos ricos paguen mas impuestos que el obrero asalariado, con leyes que protejan al mas desposeido, pero la riqueza por si no es enemiga de la prosperidad del pueblo.
Rey,cuando usted empieza a crear riquezas se desvincula del estado,paga sus impuesto y esta en paz ,de que serviria el CDR,los sindicatos ,quien lo obligara a marchar en la Plaza,el sistema comunista se ha mantenido en Cuba gracias al Control estatal,el pueblo ha dependido siempren del estado y esta practicamente obligado a obedecer.
excelente articulo, ya pasamos el tiempo acordado para la implementación de los lineamientos y los cambios todavía no cubren las necesidades de los trabajadores, de los pensionados que lucharon y se sacrificaron para que nuestra cuba llegara hasta el 58 aniv. se ha dicho que sin prisa pero sin pausa, pero los pasos siguen siendo aprovechados por una minoria y oportunistas, y la inmensa mayoria confiada en la revolucion continua esperando que se cumpla lo prometido.
Señor economista, por favor use sus conocimientos para ayudarse y ayudar, sea visionario pero pragmático. Esto próximo, y no es para ofender sino para alertar, se lo escribiré en mayúsculas: LA EMPRESA ESTATAL (SOCIALISTA O CAPITALISTA) NO FUNCIONA, ES CONTRANATURA. Gastemos todas nuestras energías en desarrollar una democracia fuerte y real, que para gobiernos limpios y capaces, que sean capaces de regular y gestionar una sociedad egalitaria y justa para todos. A eso debía ir encaminado nuestro plan de país. Fomentar la aparición de verdaderas empresas nacionales de cualquier tamaño, cooperativas, instituciones financieras y agencias de servicios profesionales que se encarguen de crear riqueza y el Estado solo debe encargarse de su justa distribución, así como de gestionar unos pocos sectores medulares como los de Salud, Educación, Energía y Recursos Naturales. Se acabó la guerra fría y más la matamos si convertimos a Cuba en un país de todos los cubanos (si se la quitamos a los comunistas que la quieren solo para ellos, a los capitalistas extremos que la quisieran solo para ellos, en fin a todas las ideologías creadas y estimuladas, para repartirla a través de la democracia solo entre cubanos productores de riqueza, conocimiento y civismo.
Bueno yo opino que aquí lo que necesitamos es que se le suelten TODAS las amarras al sector privado en vez de evitar el enriquecimiento fomentarlo para que las empresas privadas crezcan y prosperen si pueden convertirse en exportadoras y aun en trasnacionales mucho mejor, que se dejen de miedos y se abran a la inversión extrajera sin el retraso inexplicable de las del Mariel que las empresas estatales pasen a manos privadas TODAS el estado no está para producir que se quede con única y exclusivamente las escuelas , los hospitales y tal vez las minas nada mas que se eliminen monopolios como etecsa , cimex y un largo etc que se promueva la competencia, si no más de lo mismo.
Lo de Cuba no se resuelve con paños tibios o reformitas. La cosa es de quirófano. Hay que abrir con bisturí. Lo demás no es mas que prolongar el dolor del paciente.
Profesor Triana, sigo cada artìculo que usted publica analizando la economìa cubana, por la profundidad y visiòn de sus criterios y porque en los medios de comunicaciòn es imposible hallar anàlisis asì. Quisiera expresar dos cuestiones o razonamientos que me hago a menudo: somos tan diferentes al resto del mundo como para no tomar referencias positivas de otros modelos econòmicos de paìses que, incluso, polìticamente son cercanos a nosotros como China, Vietnam, Rusia o Brasil? O es que todo lo que vemos al exterior es malo? La otra cuestiòn es que hace 7 u 8 años empezò a expresarse por la màxima direcciòn del paìs que se debìa cambiar la manera de pensar, hasta el presente no he hallado en ningùn espacio, que esa màxima direcciòn expresè què y còmo debemos cambiar la vieja mentalidad. Mientras, las extremadamente lentas decisiones que se toman, dan a entender que la vieja mentalidad debe ser cambiada tambièn lentamente. Tomar como una medida de mediciòn el hecho real de que una considerable parte de nuestra juventud opta por realizar su futuro fuera de su paìs. La repercusiòn de esta situaciòn afectarà econòmica y socialmente a Cuba.
dije algo impropio?
Creo que el quid del asunto no está en mejorar el crecimiento de las empresas (pequeñas, medianas y hasta grandes) no estatales. Creo que de cómo hacer eso sobran ejemplos y métodos. El problema es lograr que eso suceda y que quepamos todos. No he escuchado a nadie esbozar una fórmula que lo contemple todo. No quisiera creer que estamos en una encrucijada en la que solo hay dos opciones: empresas o estado. En el extremo del estado hemos estado mucho tiempo y está claro que no ha producido los bienes que esperábamos (aunque hay que analizar factores externos también) y se ha producido demasiado descontento. Pero ¿qué pasa en los países que están en el extremo de las empresas? Les ha ido bien pero solo a unos pocos. Entonces quiero escuchar a alguien que me diga cómo salimos del extremo del estado y no caemos en ese pantano donde los bienes solo están en manos de pocos. Francamente creo que es mejor correr el riesgo (mejor que quedarnos como estamos) pero ¿no sería mejor tener bien claro cómo minimizar ese riesgo? Quisiera escucharlo.
la verdad es solo una ,,para algunas personas el proceso va muy lento ,para otros limitados ,para otros de una forma a lo chino y para otros a los americano ,,para mi con que no hagan las cosas a lo loco me doy por bien servido ,,no vivo en cuba pero llevo ya muchos años monitoreando el proceso de cambios y ya tome la decision de invertir en cuba y vivir mi vejez en mi pais,solo estoy esperando el momento apropiado para mi ,,se a hecho bastante,,,SI ,,todavia falta mucho mas ,sin dudas que si pero ya con el tiempo todo llega