Andrew Cuomo viaja a La Habana acompañado por una veintena de ejecutivos de industrias tan diferentes como el transporte aéreo, la farmacéutica o la fabricación de leche en polvo y yogurt. El gobernador de Nueva York organizó esta misión comercial dentro de Global NY, una iniciativa creada bajo su gestión para expandir el comercio y las inversiones del empresariado de su estado. Dentro de esa diversidad, todos tienen un interés común: encontrar una oportunidad en un lugar (todavía) prohibido.
“Mientras la puerta empieza a abrirse entre EE.UU. y Cuba, queremos que los negocios de Nueva York sean los primeros frente a esa entrada” publicó Cuomo en su perfil de Twitter, horas antes de cruzar el Estrecho de la Florida. Con sus palabras, da a entender que aún no pueden atravesar el umbral fijado por las restricciones y sanciones por su país contra la isla, a pesar de la apertura decretada por el presidente Barack Obama.
Su delegación incluye a la nueva líder de la minoría demócrata en el Senado, la también neoyorkina Andrea Stewart-Cousins, quien comentó en un tweet que la nueva relación con el país caribeño “ayuda a mover la economía hacia adelante.” Varios de sus colegas legisladores presentaron leyes para acabar las limitaciones al comercio y los viajes entre los dos países.
La “diplomacia comercial” es uno de los pilares de nueva política de la Casa Blanca hacia Cuba, una estrategia al mando de la secretaria de Comercio Penny Pritzker, quien prometió visitar La Habana en algún momento del futuro cercano, con un propósito similar al del gobernador Cuomo.
“El presidente Obama y nuestro equipo deseamos una relación más abierta con las empresas y el pueblo de Cuba” dijo Pritzker en un discurso pronunciado en Tampa a finales de marzo pasado. “El Departamento de Comercio se siente orgulloso de desempeñar un rol de liderazgo en facilitar más viajes a la isla y en abrir la puerta a más exportaciones”.
La delegación de Cuomo materializa esa política con el visto bueno del gobierno de Raúl Castro. El gobernador de Nueva York anunció en febrero su viaje a La Habana en un comunicado conjunto con el jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en EE.UU., José Ramón Cabañas.
La misión comercial incluye a las siguientes empresas e instituciones.
Servicios financieros. La empresa de tarjetas de crédito MasterCards.
Transporte aéreo. La aerolínea JetBlue y el Aeropuerto Internacional de Plattsburgh.
Servicios médicos. El consorcio biomédico NY Genome Center y las compañías biofarmacéuticas Pfizer y Regeneron. También viajan representantes del Roswell Park Cancer Institute, un centro médicos especializado en oncología.
Negocios de la industria láctea como Cayuga Milk Ingredients y Chobani.
La empresa de software Info, especializada en el desarrollo de aplicaciones informáticas de todo tipo, incluyendo programas para servicios médicos.
Educación Superior. El sistema de la Universidad Estadual de Nueva York.
La oficina del gobernador informa que durante el día de hoy Cuomo se reunirá con el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y el cardenal Jaime Ortega Alamino. Al igual que para otros visitantes estadounidenses, su agenda podría incluir un recorrido guiado por el puerto del Mariel y la Zona Especial de Desarrollo adjunta, una vitrina de 500 kilómetros cuadrados para la nueva política local hacia el capital foráneo.
El puerto del Mariel, que según sus promotores cuenta con condiciones para recibir barcos Post-panamax, podría ser de especial interés para estos hombres de negocio, provenientes de uno de los mayores enclaves portuarios de Estados Unidos.
La economía más grande del Caribe insular vive la transformación más importante de los últimos cincuenta años, un cambio de dirección donde la inversión extranjera es vista como el alivio definitivo a la desaceleración del Producto Interno Bruto.
No obstante, cualquier oportunidad de negocios que estas empresas encuentren durante su estancia en Cuba tendrá que esperar. El propio gobernador Cuomo advierte en su sitio web que por ahora intenta fundar las bases para cuando “las restricciones al comercio sean relajadas en el futuro.”