Poco a poco, el déficit de generación eléctrica en Cuba ha ido en ascenso en los primeros días de 2025. Y con ello, los apagones van también en aumento.
Si el primer día del nuevo año la máxima afectación fue de 489 MW, superior a la prevista por la Unión Eléctrica (UNE) y a la reportada el 31 de diciembre en más de 200 MW, ya el pasado 2 de enero fue de 660 MW y este viernes ascendió hasta los 777 MW.
También han ido creciendo las horas de apagón. Según la UNE, el día 1ro fueron menos de 4 horas, el día 2 ya estuvieron sobre las 8, distribuidas entre el horario del mediodía y entre la tarde y la noche. Y este viernes los cortes fueron más extendidos.
De acuerdo con el reporte oficial, ayer “se afectó el servicio desde las 08:13 horas de la mañana hasta las 14:27 horas” y luego volvió a afectarse a “las 14:59 horas por déficit de generación hasta las 20:44 horas”. En ambos casos, la mayor incidencia estuvo en la zona centro oriental.
Para este sábado, a juzgar por lo previsto por la UNE, los apagones serán mayores.
Aunque todavía a las 7:00 de la mañana no había afectaciones por déficit de generación, al mediodía faltarán unos 200 MW y en el horario nocturno la máxima afectación escalará ya hasta los 800 MW.
Según la UNE, siete unidades de termoeléctrica están fuera del sistema —tres por averías y cuatro por mantenimientos—, ninguna de las cuales debe reconectarse en esta jornada.
Mientras, son 41 las centrales de generación distribuida que no cuentan con el combustible necesario para generar electricidad, lo que se traduce en una afectación de 230 MW. De ellos, solo 50 podrán recuperarse en el horario pico.
Con ello, la disponibilidad a esa hora estará sobre los 2170 MW, superior a la de los últimos meses del pasado año, pero por debajo de la demanda estimada (2900 MW).
Después de un 2024 con largos y continuos apagones y tres desconexiones generales del Sistema Electroenergético, el Gobierno prevé una mejoría en la deficitaria generación eléctrica, gracias principalmente al montaje y conexión de varios parques solares.
Pero mientras, el país sigue a expensas de sus antiguas y sobrexplotadas termoeléctricas y de una generación distribuida que acusa igualmente la falta de mantenimientos y de combustible. Ello supone un aumento de los apagones en la medida en que se eleve la demanda y las roturas y falta de petróleo mermen la producción de electricidad.