En momentos en que Cuba atraviesa una profunda crisis energética, el Gobierno reconoció este miércoles la gravedad de la situación y prometió la recuperación de más de 500 megavatios (MW) de potencia en los próximos meses como un paliativo para un país exhausto por los apagones.
Según trascendió en el programa televisivo Mesa Redonda, dedicada a la crisis energética en la isla, seis unidades de termoeléctricas están en proceso de reparación o mantenimiento, en una carrera contrarreloj que busca aliviar las largas horas de cortes de luz que afectan a millones de cubanos.
“La situación hoy es grave, es muy difícil”, admitió Alfredo López, director general de la Unión Eléctrica (UNE).
“Hay largas horas de apagones y dificultades para rotar los circuitos, lo que tiene consecuencias muy complicadas para la población, ya que estar en apagón le complica mucho la vida”, reseñó el funcionario sobre una situación de sobra conocida por la población de la isla, que azota tanto la vida cotidiana y familiar como la ya de por sí golpeada economía cubana.
La situación, con apagones de hasta 20 y más horas consecutivas, se refleja en las críticas de la población y el malestar social que ha desembocado en protestas en varias localidades, mientras las promesas y estrategias gubernamentales naufragan ante la realidad del venido a menos Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Sin ir más lejos, este miércoles el déficit de generación se mantuvo las 24 horas y se extendió hasta la madrugada de hoy. La afectación máxima fue de 1578 MW a las 9:00 de la noche, similar a la prevista por la UNE para esta jornada (1570 MW), mientras varios bloques térmicos se mantienen desconectados y persiste la falta de combustible.
El deterioro de las termoeléctricas: una crisis anunciada
La raíz de la actual crisis energética cubana se encuentra en el envejecimiento y la falta de mantenimiento de las centrales termoeléctricas, muchas de las cuales superan los 30 y 40 años de explotación.
Según López Valdés, desde 2017 se ha realizado muy pocos mantenimientos profundos en unidades clave, lo que ha provocado averías recurrentes y la caída de la capacidad de generación.
En un bloque de la termoeléctrica de Renté, en Santiago de Cuba, se lleva a cabo un mantenimiento en la caldera, que incluyó el desarme completo y la reparación de componentes críticos. “Esa unidad debe estar lista a finales de junio”, adelantó el director López.
En Nuevitas, Camagüey, por su parte, se ejecuta un mantenimiento ligero que debe concluir el 23 de mayo, tras la limpieza y reparación de una caldera que llevaba años sin atención. “Las paredes de la caldera tienen problemas y se están cambiando algunos paneles, un trabajo de cierta complejidad”, detalló el ejecutivo.
Entretanto, la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte, en Mayabeque, enfrenta retos similares. Allí, el mantenimiento ha revelado daños estructurales, incluyendo paredes derrumbadas y recalentadores de aire corroídos.
“Cuando destapamos la máquina, vimos hasta paredes derrumbadas. Se está reparando eso y se ejecutan labores en el economizador”, explicó.
El proceso de recuperación del SEN es una carrera contra el tiempo, cuando los meses más sofocantes del verano están ya al doblar de la esquina. En este escenario, López Valdés dijo que se trabaja con el objetivo de aportar más de 500 MW adicionales en los próximos meses.
Los trabajos incluyen la fabricación de serpentinas para economizadores, la producción de recalentadores en Sagua y la realización de soldaduras y ensamblajes en talleres especializados.
En la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos, las reparaciones han permitido que una turbina alcance su capacidad nominal de 158 MW. Sin embargo, López Valdés acotó que “persisten desafíos técnicos”, como fallas en el economizador, un componente con más de 50 años de servicio, en cuyo remplazo se trabaja, al igual que en los de otros elementos dañados.
El directivo reconoció que, aunque no se realiza un mantenimiento capital completo en algunas plantas, los trabajos buscan elevar la disponibilidad de las máquinas por encima del promedio del sistema. “Aspectos como la automatización requieren aún un trabajo más profundo, aunque se avanza en esa dirección”, admitió.
¿Termoeléctricas al desguazadero? Cuba apuesta por su recuperación, según el ministro del sector
A la par, López Valdés resaltó la labor de los trabajadores de la UNE, muchos de los cuales llevan meses laborando sin descanso, movilizados lejos de sus familias, en condiciones difíciles y bajo la presión de restablecer el funcionamiento de las plantas generadoras lo antes posible.
“Quiero reforzar la idea: la gente sufre los apagones, pero debe saber que nuestros trabajadores libran una verdadera batalla”, enfatizó.
Generación distribuida y diversificación de fuentes
A pesar de las dificultades, los directivos del sector eléctrico reportan algunos avances y anticipan mejorías, aunque no esconden las dificultades persistentes que han dado al traste con anterioridad con otros planes gubernamentales.
La generación distribuida, basada en motores diésel y fuel oil, ha recuperado una capacidad de 1 000 MW tras reparaciones y la llegada de piezas clave, refirió el director de la UNE, según el cual se ejecuta un plan mensual para mantener este crecimiento, aunque persisten serias limitaciones de combustible.
El gas natural, por su parte, se mantiene como un “recurso estratégico”. Para aumentar su producción, según el funcionario, se trabaja en varios pozos y en el mantenimiento de dos turbinas en Varadero, con la intención de tenerlas listas el 1ro de julio.
“Recuperar ambas nos dará un salto”, explicó un optimista López Valdés.
El directivo insistió en que cada MW recuperado es fruto del sacrificio de técnicos que trabajan sin horario, desde talleres hasta pozos gasíferos. “No es magia: es gente soldando tubos a 50°C, o renunciando a estar con su familia”, enalteció.
Por su parte, los parques eólicos cumplen sus metas de conexión mensual, aunque su aporte sigue siendo modesto en el balance nacional.
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Energía solar: ¿una tabla de salvación?
La transición hacia fuentes renovables es uno de los pilares de la actual estrategia energética del Gobierno cubano, que actualmente lleva adelante el montaje de un importante grupo de parques solares fotovoltaicos a lo largo del país.
Actualmente, los parques ya en funcionamiento generan 2,5 gigavatios-hora diarios, los que —según el director de la UNE— “significan 2,5 horas menos de apagón para la población”.
El objetivo, señaló el directivo, es que, para finales de este año, el 10 % de la generación eléctrica provenga de energía solar. Ello, aseguró, permitiría ahorrar medio millón de toneladas de combustible y unos 300 millones de dólares anuales en importaciones.
“Cada kilovatio que genera el sol es uno menos que debemos producir con combustibles fósiles”, destacó.
La expansión de la capacidad fotovoltaica es vista por las autoridades como una solución de mediano y largo plazo para reducir la dependencia de combustibles importados y minimizar las afectaciones a la población, aunque todavía no se perciba su aporte en medio de horas y horas de apagones diarios.
“Los parques que estamos instalando este año comenzarán a mostrar su pleno impacto el próximo año”, anticipó López Valdés.
Una crisis estructural y el peso del pasado
La crisis energética actual es el resultado de décadas de inversiones insuficientes, falta de mantenimiento y dependencia de tecnologías obsoletas.
Muchas de las centrales termoeléctricas en la isla fueron construidas hace varias décadas, y han superado con creces su vida útil. Las sanciones económicas de Estados Unidos, las dificultades para acceder a financiamiento y la volatilidad de los precios internacionales del petróleo han agravado la situación.
El Gobierno cubano ha intentado paliar la crisis con medidas de ahorro, reducción del consumo y planes de contingencia, pero el impacto en la vida cotidiana sigue siendo severísimo, lo que a su vez aumenta el escepticismo, tanto de analistas como de la población, ante las promesas oficiales.
Al referirse a la mesa redonda de este miércoles, el economista independiente Pedro Monreal la calificó de “anecdótica” y comentó que “la opción” de colocar “parches”, estaba dirigida a “liberar a los dirigentes de sus responsabilidades estratégicas. ”
Mesa redonda televisiva anecdótica. Que la opción sea poner parches, lo que hace es liberar a los dirigentes de sus responsabilidades estratégicas pic.twitter.com/H5pAucnh6N
— Pedro Monreal (@pmmonreal) May 22, 2025
“La aguda crisis eléctrica no es un asunto sectorial. Es una causa del desbarajuste económico y de la ruina del bienestar familiar. Explicar públicamente alguna estrategia (recursos, calendarios y responsabilidades) no debería quedar a nivel de autoridades del ministerio”, criticó también el académico e investigador cubano en la red social X.
No es la primera vez que las autoridades cubanas anuncian planes de recuperación energética. En agosto de 2022, el entonces ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, prometió la recuperación de 489 MW de potencia antes de finalizar ese año, además de la incorporación de 531 MW adicionales mediante nuevas inversiones.
En esa oportunidad en la Mesa Redonda, Arronte también anunció un plan de contingencia para reducir la demanda y el consumo de electricidad mientras durara la emergencia.
Sin embargo, dos años después, la mayoría de esas metas no se han cumplido y la crisis ha seguido agudizándose, paralizando poco a poco la vida nacional y arreciando aún más los apagones en Cuba.