Una intervención de gran alcance se ejecuta en el Sistema Noroeste de abasto de agua de Santiago de Cuba, infraestructura clave que garantiza el suministro a la mayor parte de la población de la ciudad.
Las labores incluyen la reparación de salideros de gran magnitud y la rehabilitación integral de la Planta Potabilizadora Quintero, con el propósito de estabilizar el servicio y elevar la calidad del agua que reciben los santiagueros.
Según reporte de Cubadebate, las acciones comenzaron el pasado 2 de octubre, con un paro técnico programado de 48 horas destinado a atender cinco puntos críticos donde se reportaban pérdidas sustanciales en las conductoras principales.
Danay Leyva, directora de Inversiones de Recursos Hidráulicos en el territorio, precisó que, aprovechando la pausa, también se decidió ejecutar una rehabilitación capital en las plantas Quintero 1 y Quintero 2.
“Este es un sistema completo de reparación a la planta potabilizadora”, explicó Leyva, quien destacó que los trabajos abarcaron la limpieza profunda de sedimentadores y filtros, así como avances en la automatización del sistema.
La funcionaria señaló que antes de la intervención el sistema operaba con una demanda de 400 litros por segundo, pero la alta sedimentación proveniente del volumen muerto de la presa había colmatado los sedimentadores, lo que reducía la eficiencia del proceso de potabilización. Las labores de mantenimiento buscan mejorar la infraestructura y garantizar un servicio más estable y seguro.
El proyecto cuenta con la participación conjunta de varias entidades, entre ellas el sistema de Recursos Hidráulicos, la empresa Aguas Santiago —encargada de la explotación de la red— y varias Mipymes de apoyo técnico, además de las brigadas de la ECOA 57 y la ECOI 11.
Tras la culminación de la fase más intensa de la reparación, la planta Quintero ha iniciado el proceso tecnológico que incluye las etapas de coagulación, decantación, filtración y desinfección, antes de devolver el agua al sistema de distribución.
Esta operación se desarrolla en un contexto particularmente complejo. A pesar de que la mayoría de los pluviómetros de Santiago de Cuba registraron más de 100 milímetros de precipitaciones en septiembre, la provincia enfrenta la sequía más severa de la última década, sumada a los apagones frecuentes que interrumpen el bombeo y a un deterioro acumulado en la infraestructura hidráulica.
La reparación debe representar un paso importante hacia la recuperación de un servicio vital para sus habitantes, en medio de las dificultades climáticas y energéticas que marcan el día a día de la urbe indómita.