Getting your Trinity Audio player ready...
|
Por Juan Carlos Espinosa
En La Habana Vieja solo se pueden ver las luces de los celulares, de los faros de los pocos vehículos y motos que circulan por sus estrechas calles o de los restaurantes privados con turistas con rostros desencajados.
Son las nueve de la noche del miércoles en el corazón de la capital cubana y han pasado ya doce horas desde que el sistema eléctrico del país colapsase por quinta vez en menos de un año.
Lo que en cualquier otro punto del mundo podría ser una situación extraordinaria o una experiencia única en la vida, en Cuba se ha convertido en la nueva normalidad.
Al menos así lo cree Juan Carlos, un carretillero (vendedor ambulante de frutas y verduras) de 60 años. Su tono, al hablar con EFE, es una buena muestra de lo que se ve en las oscuras callejuelas: una peculiar combinación entre resiliencia, resignación y una pizca de humor negro.
“Si coges lucha y te aferras, te mueres de infarto. No puedes hacer nada. ¿Qué podemos hacer? Nada. Hablar no te resuelve nada. Hay que esperar (a que vuelva la corriente)”, dice al lado de su carreta.
José, de 62 años, ayuda a Juan Carlos a vender y lo complementa recogiendo basura en las calles. La caída del sistema eléctrico, asegura a EFE, le ha afectado “mucho” porque vive al día y sin luz no puede hacer mucho como para ganarse la vida.
“Ahora mismo yo tengo un hambre que estoy volado”, cuenta mientras ríe.
Las horas sin luz también significan que la comida que han acumulado en sus congeladores durante meses como reserva para enfrentar la escasez de alimentos se echa a perder.
Juan Carlos, al enterarse de que el apagón no era como los cortes diarios de horas que sufre el país desde hace meses, sino una caída total del sistema, algo que puede demorar días en recuperarse, se echó a correr a cocinar todo lo que tenía.
“Lastimosamente, ya estamos acostumbrados”, cuenta.
Pese a los avances contrarreloj de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), la gran mayoría de los más de nueve millones de cubanos permanecen sin corriente un día después del nuevo apagón nacional.
De acuerdo con el director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Lázaro Guerra, a lo largo de todo el país se han creado “microsistemas”, pequeñas áreas con energía en torno a sitios claves como hospitales y plantas de bombeo de agua, que se prevé ir consolidando, ampliando e interconectando con el paso de las horas.
Según la última actualización, la capital cubana, con algo menos de dos millones de habitantes, contaba a primera hora de la mañana de este jueves un 79,4 % de los circuitos recuperados.
Grave crisis energética
La crisis energética que arrastra Cuba desde hace varios años se ha agravado considerablemente en los últimos doce meses, lo que se refleja en prolongados apagones diarios con una duración promedio que durante este julio y agosto fue de entre 15 y 16 horas, según la UNE.
Las centrales térmicas cubanas están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento; mientras que decenas de motores de generación están a diario fuera de servicio por la falta de divisas del país para importar suficiente combustible.
Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.
El Gobierno cubano culpa por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses a esta industria y le acusa de “asfixia energética”.
Diversos cálculos independientes coinciden en estimar que el Gobierno cubano necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el sistema eléctrico, una cantidad de la que La Habana no dispone.
Los cortes de electricidad son un grave lastre para la economía nacional, que se contrajo un 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que su Producto Interno Bruto sea negativo este año.
Además, atizan el descontento social en Cuba y han estado vinculados a las principales protestas que se han registrado en el país en los últimos años, como las de julio de 2021.
Puse varias veces el siguiente comentario en Cubadebate, pero no sale:
“En Cuba la demanda oscila entre 3200 MW y 3000 MW y el deficit oscila entre 1400 y 1800 MW.
Somos 9.78 millones de cubanos. El sector residencial segun Lopez Levy el ministro, consume el 61% de lo generado. Hagamos cuentas:
3200 demanda ×0.61 residencial=1952 MW que consume el sector residencial. Cada cubano o cubana como promedio consume 199 Watts en el horario de máxima demanda. Tómese como referencia que una lampara led o movil cargandose son 9 W, un ventilador o tv pequeño son 35 W, un refrigerador pequeño 50-150 W, una nevera o lavadora 400-500 W, una olla arrocera 800-900 W, una hornilla o microwave o aire acondicionado 900-1500-1800 W.
Si los cubanos como promedio consumen entre 150 y 180 Kw/al mes, siendo como promedio 3-3.5 personas por casa según censos, y la diferencia de consumo entre el horario de maxima demanda y el del mediodia es de 400 MW, 1800-1400, y 400/9.78=40.3, pensando que todo ese pico sea residencial, y por tanto tenemos que:
De 150 a 180 KW es el consumo doméstico siendo el 60% en horario pico. O sea 180/30=6 Kw diarios.
De ellos el 60% en horario pico nocturno. Son 3.6 kW. El horario pico es de 6 a 10 pm. 3.6/4=0.9 Kw por hora. Y son 3 personas por casa. Son 0.3 Kw por persona. O sea 300 W. Más que 199+40.
Esto quiere decir que apagando todos los dias una sola hora a todos los cubanos en el horario pico se ahorran 2934 MW. Sobran las termoeléctricas.
Pero no apaguemos a todos, solo dos tercios, el 66% de los cubanos. Se ahorran 1934 MW. Y el deficit es de 1800. Apagones de una sola hora dos días seguidos en el sector residencial solamente.
Ponga usted dos horas y es un dia sí y dos no.
Ponga cuatro horas y es solamente un tercio de los cubanos y cada tercer día. En cambio, vemos medio pais apagado y apagpnes de 34, 24, 18, 12 horas.
Si alguien ve un error matemático, rectifiquelo.
Pero lo que esto demuestra es que algunos cubanos con largos apagones están pagando la corriente de otros lugares residenciales donde no se va la luz. Seria interesante luego llevarlo a municipios de la Habana y provincias del país, para ver la planificacion de apagones por zonas versus consumo promedio en el sector residencial. O esta cuenta está mal, y que alguien me rectifique. Entonces no es solo un problema de recursos.
Puede alguien alegar con toda razón las altas pérdidas por transferencia, transformación, distribución, pero he visto al ir a Cienfuegos apagones de 34, 27 o 23 horas muy pero muy muy cerca de la termoeléctrica e incluso con una o las dos unidades andando. He visto en Camagüey apagones muy largos cuando se anuncian los déficits más bajos. En Villa Clara los repartos obreros tienen muchos más apagone que el rebelde y conflictivo barrio de El Condado, 99,9% residencial. Y en la Habana he visto desde lugares donde nunca jamás se ha ido hasta periferias casi como en provincia. Y en las carreteras los pueblitos están oscuros, pero coinciden las altas visitas con la electricidad.
Seria bueno un mapa de circuitos protegidos versus castigados, de horas de apagón vs consumo vs plan percapita por municipios.
Esta opinión yo creo que no ofende a nadie.
Que yo sepa todos somos iguales según la Constitución. Pero los apagones no lo son.