Para el economista Pedro Monreal, el debate actual en Cuba debería incluir las diferencias entre salario “justo”, salario “mínimo” y salario “digno”; y además considera que no debería ser entendido “como una remuneración vinculada con indicadores de ‘cumplimiento’ empresarial”.
En un hilo de X (antes Twitter), el especialista estima que un salario “justo”, por criterios de empresa, pudiera no reflejar el costo de vida, cuando “la ‘élite’ obrera cubana tiene un salario medio (6281 CUP) que apenas supera en 3% el costo del consumo básico”, según la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia (CBSR), citada por el economista.
1/5 Cuba es un caso de pauperismo sin solución a la vista. Con salario medio inferior al valor de la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia(CBSR) y con pensiones de miseria, el gobierno debería aclarar qué debería entenderse por soluciones “en la medida de las posibilidades” pic.twitter.com/QLAFRVG5uV
— Pedro Monreal (@pmmonreal) November 27, 2023
“En alto grado, es pobre en Cuba quien depende de un salario estatal”, asegura Monreal, quien cree que el gobierno de la isla debería aclarar qué debería entenderse por soluciones “en la medida de las posibilidades”.
Tras el ordenamiento monetario, el salario mínimo en Cuba se elevó a 2100 pesos mensuales, tal como se reflejó en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 69, publicada en diciembre de 2020. Desde entonces, la pandemia, la escasez, el desabastecimiento y la inflación se hicieron cargo del día a día de los cubanos.
Salario: golpes a la Educación y otros sectores
El asunto golpea a todas las áreas. Al cierre de octubre, un reporte de la televisión cubana indicaba que las aulas cubanas tienen un déficit superior a los 17 mil profesores, los que, entre otras causas como la emigración, abandonan el sector en busca de mejor remuneración. Adalberto Revilla, director nacional de Secundaria Básica del Ministerio de Educación, dijo al Noticiero Nacional que hoy están acudiendo a medidas “que tienen que ver con la estimulación desde lo material”.
Los bajos salaros también provocan éxodo de personal calificado en sectores como la industria eléctrica, como apuntó otro trabajo de la televisión cubana, el pasado año.
“Antes éramos una de las empresas que más se favorecía en términos de salarios, y uno podía cubrir sus necesidades. Con el Ordenamiento caímos en un escalón muy bajo, y eso incide”, declaraba entonces Yoandry Flores, jefe de bloque y operador de sala de control en la central térmica Antonio Guiteras, de Matanzas.
En septiembre de 2021, el miembro del secretariado del Comité Central del Partido Félix Duarte Ortega viajó a Nuevitas para “intercambiar sobre otros conceptos de salario” con directivos de la termoeléctrica “10 de Octubre”. “Más de 3 450 trabajadores han causado baja del Sistema Electroenergético Nacional desde el comienzo de año [tras la aplicación del Ordenamiento Monetario]”, revelaba.
Por otro lado, la inflación interanual en el mercado formal cubano se situó sobre el 34 % en octubre debido principalmente a las alzas de los alimentos, informó a mediados de mes la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei). El registro había sido del 39,73 % en igual periodo de 2022.
Sobre este aspecto, Monreal comentaba también desde X que “la inflación real es mayor”, ya que esta información “no incluye el crecimiento de precios en el mercado informal”.
“El salario no compensa”: daños colaterales del Ordenamiento en Cuba
En los últimos doce meses, la moneda cubana ha pasado en el mercado informal de 178 CUP por dólar a los actuales 260 CUP, según la tasa de cambio que elabora el medio no oficial El Toque, convertido en índice de referencia para medios y expertos.
El país sufre una grave crisis económica desde hace casi tres años. Es evidente en la escasez de productos básicos (como alimentos, medicinas y combustible), la dolarización parcial de la economía, una profunda depreciación del peso, prolongados y frecuentes apagones y un fuerte incremento de los precios.