El Ministerio de Justicia (Minjus) aseguró este lunes que la actual crisis en la masonería cubana es un “tema interno” que debe resolver la propia comunidad masónica, y negó las acusaciones de interferencia gubernamental en la elección del liderazgo de la Gran Logia de Cuba.
En declaraciones a la televisión, un día después del enfrentamiento ocurrido en el Templo Nacional Masónico, el titular del Minjus, Oscar Manuel Silvera, Martínez afirmó que su ministerio mantiene un “respeto estricto a la masonería” y sus normas, y que estas son la base para la resolución de cualquier conflicto o disputa dentro de la fraternidad.
“La masonería tiene una legislación amplia, que abarca todos los aspectos de la vida de la fraternidad, y tienen los mecanismos para resolver las diversas situaciones que en la vida de la masonería se pueden dar”, apuntó el ministro, en una intervención reseñada por Cubadebate.
Sobre la pugna por el liderazgo de la Gran Logia, que ha provocado la división en dos facciones —una que respalda al Gran Maestro Mayker Filema Duarte y otra, mayoritaria según medios no oficiales, que se opone a este y eligió como Gran Maestro a Juan Alberto Kessel Linares—, el titular señaló que se trata de “un tema interno, que deberán abordar y resolver desde sus propias reglas”.
En cuanto a las acusaciones de injerencia gubernamental y de favorecer a Filema Duarte —a quien sus opositores consideran un “usurpador” respaldado por las autoridades—, Silvera Martínez las desmintió “rotundamente”, de acuerdo con la reseña oficial.
“Es falsa la acusación de interferencia, favoritismo o privilegios que ejercen supuestamente entidades del gobierno sobre miembros de estas agrupaciones”, apuntó el ministro sin mencionar explícitamente ningún nombre.
Tampoco hizo referencia a la citación y el acta de advertencia de la policía a Kessel Linares y a Víctor Bravo Cabañas, electo como Gran Secretario el pasado mayo por los opositores a Filema Duarte. Ambos habían llamado el viernes a sus seguidores a asistir el domingo a la Gran Logia para mostrar su oposición a una sesión convocada por Filema Duarte con sus partidarios.
Aunque Kessel Linares y Bravo Cabañas no estuvieron finalmente en el Templo Masónico, sus seguidores lograron ingresar al edificio e impedir la realización de esa sesión, en un tenso episodio en el que no faltaron los cruces de palabras, ofensas y hasta empujones entre ambos bandos.
El ministro no hizo referencia directa a estos hechos, pero reconoció que se han realizado “conversatorios, reuniones, entrevistas” tanto a solicitud de masones como del Minjus, con el objetivo de “garantizar mayor entendimiento”.
No obstante, no ofreció detalles de los encuentros y sus resultados.
Los opositores a Filema Duarte sostienen que el Gobierno mantiene su apoyo a este y no reconoce la destitución del Gran Maestro y la elección de una nueva autoridad por una mayoría de los masones, hecho que ha provocado el actual cisma y crisis de liderazgo en la Gran Logia.
Silvera Martínez, por su parte, consideró “falso, tendencioso y malintencionado” cualquier señalamiento de injerencia gubernamental en el proceso y dijo que desde el Minjus se admira y respeta “la historia maravillosa de la masonería”.
“Hemos, somos y seremos respetuosos con la maravillosa historia que une a los hombres en función de valores”, aseveró.
Sus declaraciones, de momento, mantienen la incertidumbre en torno a la evolución de la crisis, mientras Filema Duarte —quien asumió el liderazgo de la masonería el año pasado, luego de la salida del anterior Gran Maestro, Mario Alberto Urquía, acusado del robo de 19 000 dólares— ha reiterado que no piensa dejar el cargo y considera ilegítima su destitución.
Mientras, sus críticos no lo reconocen como Gran Maestro y defienden su derecho de decidir el liderazgo de la Gran Logia de forma democrática y sin interferencias externas.