Luego de la confirmación de la presencia de la peste porcina africana (PPA) en República Dominicana, el Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa), del Ministerio de la Agricultura (Minag), emitió una alerta sanitaria para todo el sistema de sanidad animal y los productores porcinos a fin de evitar la entrada a Cuba de esa enfermedad.
Su presencia en muestras de cerdos de República Dominicana se confirmó el 29 de julio por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) a través de su Laboratorio de diagnóstico de enfermedades de animales, y fue notificada de forma oficial a la Organización Mundial de Sanidad Animal por el servicio veterinario estatal dominicano.
Considerando la importancia de la especie porcina, así como lo extremadamente contagiosa que es esta enfermedad, el Cenasa decretó, entre otras, las siguientes medidas de prevención:
- Prohibir la entrada a Cuba de cualquier mercancía de origen porcino procedente de la República Dominicana y de Haití (por su cercanía geográfica y frontera terrestre).
- Incrementar la vigilancia de los productores porcinos, realizando inspecciones clínicas a sus cerdos para constatar su estado.
- Incrementar la bioprotección de las unidades o piaras porcinas con mayor énfasis en el aislamiento y limitación de entrada de personal y vehículos ajenos.
- Incrementar el control del traslado, compra y sacrificio de cerdos.
- Cocinar el salcocho con los residuos de cosechas, comúnmente muy utilizado en la alimentación de los cerdos en Cuba.
- Establecer cuarentena e informar al servicio veterinario municipal en caso de presentarse una alta morbilidad y/o letalidad de cerdos con fiebre.
Esta es la primera aparición de la enfermedad en el continente americano después de años de ausencia y de los sucesivos brotes en varios países de Europa desde 2007 y de Asia, incluida China, con la gran epizootia de 2018.
En Cuba se presentó por primera vez en mayo de 1971 en la antigua provincia de La Habana, y en 1980 en Guantánamo, extendiéndose a Santiago de Cuba y Holguín. Ocasionó grandes pérdidas económicas, con más de 250 000 animales sacrificados. Estos eventos formaron parte de las acciones de agresión biológica de Estados Unidos, y en particular de la CIA, documentadas por investigaciones y estudios estadounidenses.