El gobierno de Cuba flexibilizó las reglas para importación no comercial de alimentos, lo que permitirá a sus ciudadanos ingresar al país embutidos, conservas cárnicas y leche en diversas variedades, entre otros productos.
Los cambios fueron anunciados por el Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa), perteneciente al Ministerio de la Agricultura (Minag), entidad encargada en la Isla de las regulaciones sanitarias para la importación de alimentos de origen animal por viajeros y personas naturales, según refiere el sitio oficial Cubadebate.
“Estas regulaciones se basan en normas internacionales aprobadas en la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y están dirigidas a evitar la introducción de agentes biológicos que producen enfermedades perjudiciales a los animales domésticos, la fauna silvestre y el hombre”, apunta la publicación, que enumera las normas vigentes en Cuba sobre el tema y no precisa una fecha para la entrada en vigor de los nuevos cambios.
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La flexibilización ahora anunciada contempla facilidades para la importación de “conservas cárnicas (enlatadas) de bovinos, porcinos y aves, debidamente identificadas y de marcas comerciales reconocidas”, procedentes de un grupo de países autorizados “por su situación zoosanitaria actual y acuerdos establecidos entre servicios veterinarios oficiales”. Este grupo lo integran España, Portugal, Italia, Estados Unidos, Canadá y México, así como Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.
De estos mismos países también se autoriza la importación no comercial de embutidos, en tanto se permite importar conservas de productos del mar originadas en cualquier área geográfica. Lo mismo sucede con la leche fluida UHT, condensada, evaporada, postres lácteos y leche en polvo.
También tiene luz verde la entrada de quesos maduros pasteurizados originarios de cualquier área geográfica o elaborados a partir de leches ultrapasteurizadas.
En cambio, el Cenasa anunció que se mantienen las prohibiciones absolutas de importación para las carnes frescas, congeladas, deshidratadas o saladas, con o sin huesos; las vísceras comestibles; los productos cárnicos semielaborados (hamburguesas, picadillos, albóndigas, conformados como palitos de carne, nuggets y otros productos empanados, chorizos crudos, salamis, pastas untables, jamón crudo, salchichones y tocinetas crudos, fermentados, sobreasada, peperoni, cervelat y otros productos crudos fermentados) y productos semicocidos.
Esta prohibición es extensiva a cualquier producto o subproducto de origen animal con huesos, así como a la leche fluida y derivados lácteos en general no pasteurizados.
En lo relativo a las autorizaciones, la entidad explica que “las flexibilidades de los productos vienen dadas por el país donde fueron elaborados o producidos” y, por tanto, “la lista de países elegibles viene dada por el país que se refleja en las etiquetas de los productos”.
Además, especifica que “estas facilidades y la lista de países elegibles pudieran modificarse en relación con cambios en la situación zoosanitaria de los países de origen”, por lo que “pueden estar sometidas a constantes cambios, los que serán actualizados sistemáticamente” por el Ministerio de la Agricultura de Cuba.
Todos los productos —añade la nota— deben arribar al país “envasados íntegramente, de marcas reconocidas y debidamente etiquetados, sin rotura en el embalaje”, y aquellos “cuyo embalaje sufra alguna rotura o deterioro que pudiera convertirse en vehiculizador de agentes etiológicos causantes de enfermedades, serán decomisados e incinerados”.
Esta flexibilización para la entrada de alimentos a Cuba se anuncia poco después de que se publicara una resolución que establece otros cambios para la importación no comercial en la Isla, como parte del paquete de medidas anunciado recientemente por el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil. Entre los cambios anunciados entonces se cuenta el de “definir el carácter no comercial de la importación de las misceláneas por su valor y peso y por la diversidad de los artículos a importar, y no por las cantidades físicas”.
Sobre la aduana y las medidas anunciadas en Cuba: mejor tarde…
Anteriormente, en medio de la compleja situación económica y sanitaria que vivía el país a mediados del pasado año, y justo despúes de las masivas protestas antigubernamentales del 11J, ya el gobierno había eliminado de forma temporal el cobro de aranceles aduanales para alimentos y medicinas, una medida que se ha ido prolongando en el tiempo y que por el momento mantiene su vigencia hasta el próximo diciembre.
Estas disposiciones buscan aliviar la severa crisis que atraviesa el país, incrementada por el impacto de la pandemia, las saciones de Estados Unidos y las dificultades e ineficiencias internas. Lo anterior se refleja en un complejo escenario en la Isla, signado por las carencias de productos básicos, las largas colas, los sistemáticos y prolongados cortes eléctricos y una creciente inflación, lo que ha elevado el descontento social y ha llevado a las autoridades a anunciar un grupo de planes y medidas que aún no consiguen revertir la difícil situación.