El Gobierno cubano informó este jueves que prevé un promedio de interrupciones por apagones de unas tres horas por día hasta mayo próximo por mantenimientos programados a las centrales termoeléctricas (CTE) del país.
El Ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, explicó en una comparecencia en la televisión que los mantenimientos tienen como principal objetivo mejorar el servicio de cara al próximo verano y disminuir los cortes por averías que el pasado año provocaron largos apagones.
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“Después vamos a seguir trabajando durante todo el año para seguir incorporando potencia y aumentando la reserva para poder llegar a los meses de junio, julio y agosto en mejores condiciones que el año anterior”, señaló el ministro aunque advirtió que “pueden ocurrir días de afectaciones”.
Recordó que en 2022 ocurrieron grandes siniestros como los incendios en unidades de las centrales de Felton, situada en la provincia de Holguín, y en la de Mariel; así como el gran fuego en la base de depósitos de combustibles de Matanzas. Estos agravaron la compleja situación del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
De la O Levy subrayó que la isla cerró el 2022 y comenzó 2023 sin cortes “programados” en el suministro de electricidad, a diferencia de la mayor parte del año pasado, cuando los apagones superaron las 10 horas diarias.
Indicó que eso se debió a “un grupo de acciones”, entre ellas la incorporación de siete “patanas” o centrales generadoras flotantes contratadas a una empresa turca, hecho que calificó como “una ayuda muy importante”.
En ese sentido refirió que el país cuenta ahora con una disponibilidad de 633 megavatios (MW) de generación móvil y se está preparando la octava “patana” para su sincronización al SEN.
El ministro dijo que la central Antonio Guiteras, una de las mayores generadoras y actualmente en paro por una falla eléctrica, será sometida a un mantenimiento en el segundo semestre de este año para el que se requerirán al menos 40 millones de dólares en piezas de repuesto.
Sobre las condiciones técnicas de esa planta indicó que son “extremadamente críticas” por las dificultades que se han confrontado para la adquisición de las piezas.
El SEN cubano se encuentra en una situación precaria, como se evidenció el año pasado, cuando los apagones eran diarios y de hasta 12 horas al día en algunas regiones. Las afectaciones llegaron en ocasiones a casi el 40 % del país.
Entre las causas de esta situación se encuentra la antigüedad de las ocho plantas termoeléctricas terrestres del país, con un promedio de más de 40 años en uso; el déficit de inversiones y la falta de combustible para las centrales.
La situación se ha agudizado en los últimos años por la grave crisis económica que atraviesa el país por la confluencia de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones de EE.UU. y los errores en la política monetaria nacional.
Como una solución futura, las autoridades cubanas apuestan por incorporar las energías renovables que en este momento solo aportan 302 MW.
Los apagones tienen un importante costo económico, como ha reconocido el Gobierno. También generan descontento social, como se evidenció el año pasado tras las afectaciones que dejó el paso del huracán Ian, lo que se tradujo en protestas espontáneas, menores y de carácter pacífico.
Efe/OnCuba.