La compañía portuguesa Vila Galé gestionará a partir de este mes tres nuevos hoteles en Cuba, en momentos en que el sector turístico de la isla experimenta un significativo retroceso.
Las nuevas instalaciones, que se unen a la que gestiona la cadena en Cayo Paredón desde 2023, se ubican en La Habana, Cayo Santa María y Varadero.
La empresa hotelera, una de las principales de su país, considera este paso “un nuevo hito en la internacionalización de Vila Galé en el mercado latinoamericano”, que refuerza su contribución al desarrollo turístico de la región, según cita Cubadebate.
El Vila Galé Express Park View, situado en el centro histórico habanero, cuenta con categoría de cuatro estrellas. Se encuentra emplazado en un edificio histórico de 1928, con de 55 habitaciones, un restaurante y un bar.
Mientras, el Vila Galé Cayo Santa María Resort, con 633 habitaciones, se localiza en Cayo Las Brujas, en el polo turístico de Cayo Santa María, en Villa Clara. El hotel accede directamente a una playa de dos kilómetros y va a operar con el régimen de todo incluido, señala el medio.
Finalmente, el Villa Galé Tropical Varadero es un resort de cuatro estrellas y 443 habitaciones. Cuenta con dos zonas de playa privadas, varias piscinas y también operará como un todo incluido, de acuerdo con la información oficial.
Vila Galé Hotéis, que opera principalmente en Portugal y Brasil, cuenta con alrededor de 10 mil habitaciones y 4500 empleados tras más de 35 años en el sector. Ya en 2023, antes de la apertura de su primera instalación en Cuba, sus directivos habían adelantado su intención de gestionar hoteles en el país caribeño.
En esa fecha, el administrador del grupo, Gonçalo Rebelo de Almeida, indicó que estos pasos formaban parte del plan de expansión de la cadena, según reportó entonces Expreso, sitio especializado en viajes y turismo.
La expansión de Vila Galé a Cuba, sin embargo, ha coincidido con el declive del turismo en la isla, en retroceso debido a los efectos de la pandemia, las sanciones estadounidenses y la severa crisis económica y energética que sufre el país.
Hasta el cierre de mayo, la nación antillana solo había recibido 862 343 turistas internacionales, un 27 % menos que en el mismo período del año anterior, que ya había marcado una caída.
Canadá, el primer mercado emisor a Cuba, experimentó una caída del 28,5 % con respecto a 2024 mientras que el turismo ruso, el de mayor crecimiento en el ejercicio previo, se contrajo un 45,5 %.
El resto de los principales emisores de viajeros a Cuba —como EE.UU. Alemania, Francia, México, Argentina, España e Italia— también experimentaron descensos en la comparativa interanual.
Con este bajo acumulado en los primeros cinco meses del año es prácticamente imposible el cumplimiento de la meta gubernamental de recibir 2,6 millones de turistas en 2025. Ello ahondaría la crisis del sector e impactaría negativamente en la ya deteriorada economía de la isla.