La Fiscalía General de Cuba informó este viernes de la imputación al exministro de Economía y Planificación y exviceprimer ministro Alejandro Gil por los delitos de espionaje, malversación, falsificación de documentos, evasión fiscal, tráfico de influencias y lavado de activos, entre otros.
La fiscalía indicó en un comunicado que también se le acusa de actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación, cohecho, infracción de las normas de protección de documentos clasificados y sustracción y daño de documentos u otros objetos en custodia oficial.
“La Fiscalía General de la República controló la investigación penal realizada por los órganos del ministerio del Interior contra Alejandro Gil”, según el comunicado, que explica que este organismo “ejerció la acción penal pública” y presentó las actuaciones al tribunal correspondiente.
Gil, el mayor alto cargo destituido por corrupción en Cuba en décadas, fue cesado en febrero de 2024 y un mes más tarde el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, informó de una investigación en su contra por “graves errores”, apuntando a delitos de corrupción.
Ahora, un año y siete meses más tarde, la fiscalía presenta formalmente los cargos contra quien fuera una de las personas de confianza de Díaz-Canel. Durante este tiempo, el exministro ha estado en prisión provisional.
Al referirse a la investigación sobre Gil en marzo de 2024, Díaz-Canel habló de “graves imputaciones” que habían llevado al alto cargo a renunciar a sus cargos como miembro del comité central del Partido Comunista de Cuba y diputado.
“Como parte de la invariable ética de la revolución cubana durante estos 65 años, la dirección de nuestro partido y del Gobierno nunca ha permitido ni permitirá jamás la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad”, dijo entonces el presidente en un comunicado.
La acusación contra el exviceprimer ministro se entendió como el culmen de una campaña anticorrupción que puso entonces en marcha el Gobierno, reforzada desde los medios oficiales, y que destapó distintos casos en varios niveles administrativos en un momento de creciente descontento social por la crisis económica.
Gil fue ministro de Economía y Planificación entre 2018 y 2024. Él estuvo a cargo de la implementación de la gran reforma monetaria de 2021, la controvertida Tarea Ordenamiento, que trató de poner fin al uso de una doble moneda en Cuba, pero fue un fracaso.
También fue el encargado de aplicar las primeras medidas de ajuste para tratar de estabilizar la economía cubana y regresar a la senda del crecimiento. Entre ellas destacó la polémica subida de los combustibles, con incrementos de hasta el 400 %.










