La institución que Cuba creará para preservar el pensamiento y la obra del expresidente y líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, tendrá su sede en La Habana, estará equipada con alta tecnología y “pondrá el énfasis en los niños, adolescentes y jóvenes”, de acuerdo con medios de prensa de la Isla.
Esta entidad, cuya creación fue decidida en febrero pasado con Raúl Castro aún en la presidencia, se ubicará en “una hermosa edificación” del barrio habanero del Vedado que se está reformando para este fin, según lo informado en un Consejo de Ministros celebrado el martes, antes de la partida del presidente Miguel Díaz-Canel a su gira por Rusia y Asia oriental.
En esa reunión se presentó un informe sobre la marcha del proyecto, cuyo principal responsable es el jefe de la Oficina de Preservación del Patrimonio Documental, Alberto Alvariño.
La institución, que el gobierno cubano espera que “esté lista” para finales de 2019, “será de carácter político, pública, equipada con alta tecnología, que estimule la información interactiva y, por sus objetivos, pondrá el énfasis en los niños, adolescentes y jóvenes, sin excluir al resto de los públicos”, explicó Alvariño.
“Entre sus funciones principales estarán la promoción y el desarrollo del trabajo de extensión, encuentros y concursos; estimular el desarrollo de eventos académicos, la docencia, proyectos de investigación, así como la edición y producción de libros y otras publicaciones”, agregó.
Cuba emitirá sellos de Fidel Castro por primera vez desde su muerte
También buscará “articular relaciones de trabajo con otras instituciones nacionales e internacionales” vinculadas con la figura de Fidel Castro, así como “contribuir al enfrentamiento de las campañas enemigas dirigidas a tergiversar la vida, obra y figura” del exmandatario, fallecido en noviembre del 2016 a los 90 años.
Raúl Castro calificó el proyecto como “ardua labor de suma importancia” cuando decretó la creación del organismo, para lo cual fueron convocados una treintena de expertos de diferentes especialidades y representantes de varias instituciones oficiales de la Isla.
Aunque Fidel Castro pidió antes de morir que no se usaran su nombre y figura para construir monumentos o nombrar calles e instituciones, la ley que aprobó la Asamblea Nacional en diciembre de 2016 para responder a esa última voluntad “autoriza por excepción el empleo de su nombre para denominar alguna institución que se constituya para el estudio y la difusión de su pensamiento y obra”.
Poco antes de anunciar este proyecto en febrero, las autoridades cubanas también anunciaron la creación de otra institución para dar continuidad y materializar las ideas de Fidel Castro sobre seguridad alimentaria y salud.
En octubre pasado, Cuba emitió el primer sello dedicado al líder revolucionario desde su fallecimiento hace casi dos años, como parte de una serie postal dedicada a emblemáticos patriotas cubanos, entre los que figuran los próceres José Martí y Carlos Manuel de Céspedes.
EFE / OnCuba
Pues nada, con el difunto acuesta, como el tuitero con Liz, les toca por default, por que tanto enfasis en recordarlo??, que les preocupara??, si verdaderamente el pueblo de Cuba lo recuerda a diario, como aquella cancion de Los Angeles Azules -Como te voy a Olvidar si en cada bache estas tu, en cada derrumbe estas tu, en cada apagon, en cada vaso’e leche estas tu, en cada plato’e arina estas tu, en cada fracaso estas tu, en cada CUC estas tu.
Lo recordaremos y mucho, querramos o no, unos por amor, otros no tanto, otros ni un poquito.
Leo con frecuencia éste y otros blogs en los que se critican los innumerables errores (y horrores) cometidos en este país que han producido el estado de cosas socioeconómico actual, que muchos coincidimos en que es algo menos que desastroso y sin salida satisfactoria previsible. Parece que muchos olvidan o eluden el hecho de que estos lodos son producto de los polvos que dichos garrafales errores (y horrores) produjeron.
Pero resulta que, al parecer, eso se dió “por combustión espontánea”, por culpa de los dirigentes de la base y a espaldas de quien dirigiera todas y cada una de las acciones y tomara todas las decisiones que acá tuvieron lugar durante medio siglo.
No cuestiono la grandeza política, la sagacidad, la inteligencia, el carisma, el valor y el arrojo del personaje que marcó indeleblemente la vida nacional. Pero, en honor a la verdad y a la lógica más elemental, me parece que esa actitud olvidadiza o elusiva es como “hablar de la cadena sin mencionar al mono”, lo cual no me parece honesto ni racional.
Ahora, con esta iniciativa incuestionable, incriticable e INEVITABLE de los tenedores del poder, se da un paso más -¿sería necesario?- hacia la deificación del personaje. Y me pregunto ¿porqué no someten a referendo o, al menos, a una extensa encuesta imparcial y vinculante, o al menos influyente para la realización o no de dicha “soberana” iniciativa?