El 19 de febrero pasado publicamos una noticia que marcaba tendencia dentro de la temática Cuba en la red de redes. Había salido a la luz pública la existencia de una cepa más agresiva del Virus de Inmunodeficiencia Humana, caracterizada por desencadenar el SIDA más rápidamente.
El boom informativo se produjo en gran parte a partir de un reportaje de El Nuevo Herald, pero ya para el momento de nuestro anuncio la televisión cubana había relacionado CRF19 –una cepa originaria de África- con el desarrollo acelerado del SIDA en un grupo de pacientes en la Isla. Un artículo publicado en la revista EbioMedicine revelaba resultados del estudio realizado entre la Universidad de Liege y la Universidad de Católica de Leuven (Bélgica), en conjunto con el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, IPK (Cuba).
¿Implicaciones? La variante más reconocida del VIH suele tomar hasta 10 años para desarrollarse en la enfermedad, sin embargo, la muestra de personas diagnosticadas por el estudio con la “nueva” cepa desarrollaron el SIDA en los tres primeros años.
Un cuestionamiento ético planteado por diversos medios que replicaron la noticia mantuvo atención extra sobre el tema, pues criticaba el hecho de que un grupo de pacientes no hubieran recibido tratamiento durante los tres años que pasaron entre su diagnóstico y la aparición de la enfermedad, basándose en el calificativo “treatment naive” empleado en el artículo de EBioMedicine.
La doctora Vivian Kourí explicó a medios cubanos que dicho argumento fue “falso y malintencionado”. De acuerdo con la doctora, se cumplió toda la reglamentación requerida para el seguimiento de pacientes diagnosticados por el virus.
Como habíamos aclarado en nuestro primer anuncio, la terapia no se había administrado a esos pacientes hasta el momento de la recogida de la muestra siguiendo la regulación vigente con respecto al conteo de células necesario para comenzar el tratamiento (hasta 2010, inferior a 200 células CD4).
“En el caso de esta investigación, existieron enfermos con un conteo celular ya cercano a las 200 células a los que se les puso inmediatamente el tratamiento. Ninguno de los pacientes había recibido terapia Antirretrovirales (ARV) al momento de tomar la muestra. Por supuesto que en cuanto se les diagnostica SIDA fueron tratados”, refirió Kourí.
Sin embargo, medios oficiales aseguraron recientemente que esta cepa no resultaba exactamente nueva al momento de su proclamación por la prensa extranjera. Descubierta en 1997 gracias a una colaboración tecnológica con el Instituto Carlos III de España, CRF19 ocupa el tercer lugar en frecuencia entre los casos detectados en Cuba, representando entre el 17 y el 20{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de los subtipos presentes. No obstante, la constatación de que esta variante puede triplicar la rapidez con que se desencadena la enfermedad constituye un resultado de esta última investigación binacional.
Nueva cepa o no, la atención mediática sobre esta variante del virus que provoca el SIDA no está de más. Cuba mantiene un programa intenso para prevenir esta enfermedad e informar a la población de los peligros que implica el sexo desprotegido para su contagio, así que el hecho de que el VIH mute hacia una versión más peligrosa resulta un asunto de interés público indiscutible, independientemente de la polémica creada sobre ética profesional tanto en materia de salud como de periodismo.