La polémica Torre K de La Habana, reconocida como la edificación más alta de Cuba, ya tiene fecha de apertura, según confirmó en redes sociales Havantur SA, el Grupo Internacional de Turoperadores y Agencias de Viajes líder en la promoción y comercialización de los productos turísticos de la isla.
El pasado 28 de diciembre, en su perfil oficial de Facebook, Havantur colgó un video promocionando la apertura en 2025 del hotel Iberostar Selection La Habana –nombre comercial del edificio–, pero hace solo unas horas respondieron el comentario de un usuario en la publicación asegurando que varios medios han comunicado como fecha de inauguración el próximo 15 de enero.
De ser así, terminaría un período de seis años de obras en el llamado “hueco de 23”, en el corazón del Vedado habanero, donde comenzó a levantarse una edificación de 42 pisos y 154 metros de altura, la cual dispone de 565 habitaciones y otras atracciones, como un voladizo o balcón en el piso 32 y un sky bar con vistas panorámicas de la ciudad en el piso 41.
El proyecto se presentó en 2018 como una construcción con “capital 100 % cubano, destinada a convertirse en un hotel de lujo y a señorear sobre el horizonte capitalino, muy por encima de dos edificios emblemáticos como el Focsa y el hotel Habana Libre, y a la par de los rascacielos más altos del Caribe: las torres Anacaona 27 y Caney, de Santo Domingo, República Dominicana.
Construida de hormigón armado, la Torre K tiene entre sus elementos distintivos sus ventanales con paneles de cristal doble reforzado, el uso de vigas de acero con revestimiento de yeso para prevenir el sobrecalentamiento en caso de incendio.
Aunque ha tenido defensores, el futuro hotel cinco estrellas administrado por la cadena española Iberostar ha estado en la mira de muchos desde el anuncio de su construcción. Tanto especialistas como habaneros de a pie han cargado y siguen cargando contra el polémico edificio por distintos motivos, desde su diseño y ubicación hasta el hecho de que se levante en momentos en que la isla atraviesa una profunda y prolongada crisis económica.
Esto último, en particular, le ha ganado numerosos críticos a la torre financiada por la Empresa Inmobiliaria Almest, del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA). Que se hayan destinado cuantiosos recursos para ella, en medio de un estancamiento del turismo y cuando otros sectores más urgentes requieren de mayor respaldo financiero, es considerado por muchos como un sinsentido.
Pero ahí no terminan las objeciones. No pocos han apuntado también contra su diseño, al que estiman inadecuado, poco original y hasta “feo”. Incluso la torre ha sido llamada un “adefesio” y un “horror urbano”, mientras que especialistas han referido su evidente similitud con la Beetham Tower, de la ciudad inglesa de Manchester, un edificio que tampoco ha escapado a las críticas.
Por demás, su ubicación y estatura han sido cuestionadas por arquitectos y urbanistas, al considerar que afecta la armonía de su entorno y rompe la línea visual o skyline de la capital cubana. De igual forma, se ha señalado que con su altura, número de habitaciones y otros elementos, viola –o, cuando menos, resulta una “excepción” – las regulaciones urbanas existentes para El Vedado.
Tampoco han sido bien recibidas por todos sus soluciones arquitectónicas –o la falta de algunas– como sus cristales, en los que el sol se refleja directamente en determinadas horas, lo que ha sido motivo de críticas por parte de choferes y peatones. En general, para no pocos expertos y legos se trata de una obra pretenciosa, pero desubicada, fuera de lugar en tiempo y espacio en la precaria Cuba de hoy.
ahora veremos a los expertos y legos que lo criticaban hospedándose en ella o subiendo a disfrutar de las vistas o consumir su gastronomía… así es la vida…
El mundo está lleno de “críticos ” y si nos guiamos por ellos entonces todo se volvería un caos porque cada cual quiere un mundo a su antojo
Creo que rompe con la armonía arquitectónica de esa zona.
Creo que es una ofensa al pueblo de a pie, a los que se han quedado sin hogar por eventos meteorológicos y sobre todo, porque jamás las autoridades de este país se han preocupado pormejorarle las condiciones a las viviendas devastadas año tras año por esos eventos .
Vamos a ver , si en más de 60 años, el gobierno en vez de reponer los techos ligeros hubiera dedicado materiales de construcción para garantizar sustituir esos techos ligeros por placas, resistentes a los huracanes, ¿Cuántas familias hoy no hubieran sufrido la pérdida de sus pertenencià.
Eso es lo que realmente necesita el pueblo, que piensen más en mejorarle su calidad de vida.
Eso techos ligeros son pan para hoy y hambre para mañana.
Es triste.